El estudio señala que los priones pueden vivir en el cerebro humano durante al menos treinta años antes de que el paciente comience a desarrollar los síntomas de la enfermedad.
En este artículo, publicado por la revista Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) durante el año 2018, los investigadores se propusieron identificar si existía relación entre el número de casos de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob reportados en Japón entre los años 1975 y 2008 e implantes de duramadre procedentes de cadáveres humanos efectuados durante una intervención quirúrgica en igual período de tiempo. (Más información)