Se celebra, a propuesta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, se estima que en el mundo 2 200 millones de personas viven sin acceso al agua potable.
En el año 2025 el lema del Día Mundial del Agua, «Conservación de los glaciares», destaca como los glaciares son esenciales para la vida: su agua de deshielo es vital para disponer de agua potable y para usos agrícolas, industriales y de producción de energía limpia, además de ser esencial para la salud de los ecosistemas.
El rápido derretimiento de los glaciares provoca que los flujos de agua se vuelvan inciertos, lo que acarrea profundas repercusiones para el planeta y para sus habitantes.
A medida que aumenta la temperatura del planeta debido al cambio climático, el patrimonio helado se reduce, y el ciclo del agua se vuelve más impredecible y extremo.
La conservación de los glaciares es una estrategia de supervivencia. Hay que trabajar juntos para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero y para gestionar el agua de deshielo. (Más información)