A medida que la COVID-19 se ha expandido en los Estados Unidos de América (EE. UU.), ha quedado claro que su impacto se ha sentido con mayor fuerza en algunas comunidades, más claramente entre los estadounidenses de raza negra, que adquieren la enfermedad y mueren en forma desproporcionada en relación con otros grupos raciales. Los determinantes sociales de la salud pueden impulsar en parte esta disparidad, y los rasgos del vecindario ser particularmente relevantes en ella, dado que la propagación de las enfermedades infecciosas está usualmente influenciada por el entorno.
En este artículo publicado en la revista Annals of Epidemiology, órgano oficial de The American College of Epidemiology (ACE), los autores se fijaron como objetivo describir la mortalidad por la COVID-19 en Chicago durante la primavera del 2020 e identificar, a nivel de distrito censal, las características del vecindario que se asociaran con las tasas más altas de mortalidad por esta enfermedad. Este trabajo evalúa la influencia de 33 descriptores de los vecindarios en Chicago, EE. UU. donde, entre el 16 de marzo y el 22 de Julio de 2020, se registraron 2 514 muertes por la COVID-19.
El análisis que se realizó en las secciones censales se centró en las muertes fuera de los hogares de ancianos y describe las comunidades que pueden beneficiarse de las campañas específicas de prevención.
Los descriptores de los vecindarios se obtuvieron de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de la Oficina del Censo de los EE. UU. y la información sobre las muertes por la COVID-19 de la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook. Se consiguieron estimaciones muy localizadas de la calidad del aire, que incluyeron el dióxido de nitrógeno, el ozono y las partículas muy finas, de colegas de la Universidad Northwestern.
Los datos revelaron que las tasas de mortalidad por la COVID-19 en Chicago mostraban disparidades raciales similares a las observadas en todo el país. Aunque los residentes negros no hispanos comprenden el 31 % de la población de Chicago, representaron el 42 % de las defunciones por la COVID-19.
Por otra parte, los fallecimientos debidos a la COVID-19 entre los residentes hispanos/latinos ocurrieron a una menor edad: 63 años, en comparación con los 71 para los residentes blancos.
Con respecto al entorno residencial, el 52 % de las muertes entre los residentes blancos ocurrieron dentro de los hogares de ancianos, en comparación con el 35 % de los fallecimientos entre los residentes negros y el 17 % entre los residentes hispanos/latinos.
Al centrarse en las muertes que ocurrieron fuera de los hogares de ancianos, los investigadores encontraron que se observó una mayor mortalidad por la COVID-19 en vecindarios con mayores barreras que profundizan las diferencias sociales (alta proporción de beneficiarios del programa de la asistencia nutricional suplementaria, menos hogares con internet de banda ancha, menor nivel educativo y menos trabajadores capaces de laborar desde la casa) y baja cobertura de seguro médico. Los vecindarios con un mayor porcentaje de residentes blancos y asiáticos tuvieron una menor mortalidad por la COVID-19.
La mortalidad entre los residentes blancos fue más alta en los vecindarios con menor nivel educativo y un mayor porcentaje de residentes hispanos/latinos, pero menor en los vecindarios con un mayor porcentaje de residentes blancos o asiáticos.
Las asociaciones diferían según la raza, lo que sugiere que el contexto del vecindario puede estar más estrechamente relacionado con la mortalidad por la COVID-19 entre los residentes blancos.
En opinión de los autores la influencia del contexto residencial se ha evaluado en gran medida, en grandes áreas, como un factor que influye en las tasas de mortalidad de la COVID-19, lo que parece justificar el hecho de que en este estudio se encontraron disparidades en la mortalidad general por la COVID-19 según la raza y la edad, así como que las barreras que profundizan las diferencias sociales y las dificultades en el acceso a la atención médica se asociaron con una mayor mortalidad por la COVID-19.
Los investigadores también hallaron que, si bien la tasa de mortalidad general era más alta entre los residentes negros, ninguna característica del vecindario se asoció a estas tasas en este grupo específico de la población. En contraste, entre los residentes blancos, las características del vecindario parecían importar.
Debido a que el SARS-CoV-2 continúa propagándose los autores señalan que esta investigación puede utilizarse para ayudar a identificar las comunidades que también se beneficiarían de los recursos y la educación adicionales que mejorarían su capacidad para detectar y prevenir las infecciones. Sus resultados pueden incorporarse a la comunicación y a la capacitación para hacerlos más relevantes para las poblaciones más afectadas y comenzar a mitigar las disparidades de salud específicas de la COVID-19 que experimentan estas comunidades en los EE. UU.
Fuente: Scannell Bryan M, Sun J, Jagai J, Horton DE, Montgomery A, Sargis R, et al. Coronavirus disease 2019 (COVID-19) mortality and neighborhood characteristics in Chicago. Annals of Epidemiology [Internet]. 2021 [citado 17 May 2021];56:47-54.e5. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1047279720304099 doi: 10.1016/j.annepidem.2020.10.011
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