cáncer de mama

Las mujeres con cáncer de mama en estadio inicial no necesitarían someterse a una cirugía para remover los nódulos linfáticos cancerosos ubicados debajo de la axila, informaron investigadores estadounidenses. El hallazgo les evitaría a muchas mujeres el dolor y los años de efectos colaterales relacionados con este procedimiento.
Ciertas pacientes con cáncer de mama a las que solo se les extrae el nódulo linfático centinela -el más cercano al tumor- sobrevivieron el mismo tiempo que las mujeres sometidas a cirugías más exhaustivas para extirpar los nódulos linfáticos de la axila, una operación denominada disección del nódulo linfático auxiliar, ALND (axillary lymph node dissection).
Para el estudio, publicado en la Journal of the American Medical Association (JAMA), el equipo de Armando Giuliano, del Centro de Salud Saint John en California, analizó los dos procedimientos en mujeres con cáncer de mama invasivo a las que se les extirparon los tumores y se sometieron a radiación y quimioterapia.
Las tasas generales de supervivencia después de cinco años fueron casi las mismas en ambos grupos. La extirpación de nódulos linfáticos cancerosos en esas mujeres no sería necesaria porque la radiación y la quimioterapia atacan al cáncer en los nódulos linfáticos antes de que tengan tiempo de expandirse, explicó el equipo.
Los investigadores indicaron que extirpar los nódulos linfáticos de la axila implica un riesgo indiscutible y frecuentemente inaceptable de complicaciones, incluidas la infección y la inflamación crónica y dolorosa del brazo.
Los resultados, al combinarse con los de otros estudios, son lo suficientemente fuertes como para cambiar la forma en que son tratadas algunas mujeres con cáncer de mama.
«La implementación de este cambio de práctica mejoraría los resultados clínicos en miles de mujeres cada año al reducir las complicaciones asociadas con la ALND y mejorar la calidad de vida sin disminución en la supervivencia», escribió el equipo.
El cáncer de mama es la segunda causa de muerte por tumores entre las mujeres estadounidenses después del cáncer pulmonar. Causa la muerte de 500 000 personas y es diagnosticado en cerca de 1,3 millones en todo el mundo cada año.
Chicago, febrero 9/2011 (Reuters)

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Tomar decisiones sobre el tratamiento del cáncer de mama de acuerdo con medidas del bienestar general, el nivel de estrés y la capacidad de disfrutar de las actividades vitales normales de la paciente es más eficaz en ensayos clínicos en que la calidad de vida es el resultado primario, según muestra un estudio canadiense publicado en Journal of the Nacional Cancer Institute. Investigadores de la Universidad de Laval en Quebec, Canadá, revisaron 190 ensayos clínicos sobre tratamientos del cáncer de mama y encontraron que las medidas de calidad de vida (MCV) eran más útiles para decisiones clínicas en ensayos que usaban intervenciones no biomédicas, como la terapia de grupo.
Las medidas de MCV deben también incluirse en ensayos clínicos de tratamientos para el cáncer de mama metastásico cuando se espera una diferencia mínima en la supervivencia o cuando los tratamientos tienen diferencias sustanciales en la toxicidad, dijeron los investigadores.
En un comunicado de prensa, los expertos afirmaron que cuando la calidad de vida no es el punto final principal de un ensayo clínico «los resultados sobre las MCV idealmente deben aparecer en un artículo acompañante publicado al mismo tiempo que el artículo sobre los resultados médicos, de manera que se pueda presentar al mismo tiempo a los profesionales clínicos una visión completa sobre los riesgos y los beneficios de la intervención».
Los investigadores señalaron que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos enfatizan la importancia de la calidad de vida de los pacientes, pero que a veces los ensayos clínicos no incluyen dicha medida.
En un editorial acompañante citado en el comunicado de prensa de la revista, la Dra. Patricia Ganz de la Universidad de California en Los Ángeles comentó que el aumento en los estudios que consideran la calidad de vida «refleja la creciente aceptación de la voz de las pacientes en la evaluación del resultado en los ensayos de tratamientos para el cáncer de mama». Quebec, Canadá, enero 10/2011 (HealthDay)

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Casi la mitad de los cánceres colorrectal y cervicouterino y más de un tercio de los de mama son diagnosticados en estadios tardíos en Estados Unidos, aún cuando hay disponibles métodos de control para identificarlos tempranamente, señaló un informe oficial.
Expertos sanitarios indicaron que se requiere más trabajo para asegurar que las personas se realicen los controles, lo que podría permitir una detección temprana y salvar más vidas.
«Este informe causa preocupación porque demasiados cánceres prevenibles no están siendo diagnosticados cuando el tratamiento es más efectivo», señaló en un comunicado el doctor Marcus Plescia, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Investigadores de los CDC estudiaron las tasas de los cánceres de mama, útero y colon según el estadio y las características demográficas en diferentes estados del país.
También usaron datos nacionales sobre nuevos casos de cáncer recolectados a través de diferentes registros de los CDC.
Los investigadores hallaron que las tasas de cáncer colorrectal en estadio tardío aumentaban con la edad y eran mayores entre los hombres y las mujeres de raza negra.
Las tasas de cáncer de mama en estadio avanzado eran mayores entre las mujeres de 70 a 79 años y las negras, informan los expertos en el reporte semanal sobre muerte y enfermedades de los CDC.
Además, los científicos indicaron que las tasas de cáncer cervicouterino en estadio tardío eran mayores entre las mujeres de 50 a 79 años y las hispanas.
Según los CDC, el lugar de residencia de las personas también juega un rol importante en la frecuencia de los controles y en la tasa de diagnóstico.
Por otra parte, los CDC indicaron que la nueva ley de reforma de salud firmada por el presidente Barack Obama en marzo, que cubre los test de control del cáncer, eliminaría las barreras presupuestarias que impedirían que las personas se sometan a evaluación.
El cáncer colorrectal es la segunda causa de muertes por tumores en Estados Unidos después del cáncer pulmonar, con 53 000 defunciones anuales. Las pruebas de control pueden hallar los cambios precancerosos llamados pólipos, posibles de removerse antes de convertirse en cánceres.
Unas 12 000 mujeres son diagnosticadas con cáncer cervicouterino en Estados Unidos cada año. Se trata del cáncer ginecológico más fácil de prevenir con pruebas de control y seguimiento.
En tanto, más de 191 000 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama invasivo en 2006, y más de 40 000 murieron por la enfermedad. Las mamografías son la mejor herramienta de control para la mayoría de las pacientes ya que pueden detectar los tumores antes de que sean lo suficientemente grandes como para sentirse o causar síntomas.
Chicago, noviembre 28/2010 (Reuters)

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Científicos de la Universidad de Santiago de Compostela y la Unidad de Investigación del Hospital del Jove de Gijón en Asturias, España, descubrieron que el factor de transcripción Pit-1 (FTP-1) en los tumores de mama puede servir para determinar el pronóstico de estas pacientes, al tiempo que ayuda a predecir el riesgo de metástasis, según los resultados de una investigación publicados en la The Journal of Clinical Investigation.
Los expertos analizaron las líneas celulares tumorales de ratones inmunodeficientes y observaron que los niveles elevados del FTP-1 en las mama son pro-tumorogénicos, ya que favorecen la proliferación celular y disminuye la apoptosis o muerte celular. Esto induce una mayor expansión y el desarrollo de metástasis en los pulmones.
El hallazgo se corroboró al analizar muestras de carcinomas mamarios humanos, en las cuales se encontró una asociación significativa entre una mayor expresión del FTP-1 y la aparición de metástasis.
Dicho marcador genético se había descrito originariamente en la hipófisis, donde juega un papel clave en la diferenciación celular y en la regulación de la hormona hipofisaria, como la del crecimiento y prolactina. De hecho, la ausencia del FTP-1 en la hipófisis provoca, por ejemplo, el enanismo.
Según los resultados, la determinación de FTP-1 en biopsias de tumores de mama podría ser utilizada como un factor de pronóstico en pacientes con la afección, específicamente en el caso del carcinoma ductal infiltrante, el más frecuente de estos tumores.
Del mismo modo, niveles elevados de FTP-1 podrían indicar un mal pronóstico en pacientes con ganglios positivos, por lo que estas pacientes «serían susceptibles de un tratamiento más agresivo y un seguimiento más estrecho». Por el contrario, en las pacientes con niveles de expresión de FTP-1 bajos, su pronóstico sería más favorable, y podrían evitarse conductas terapéuticas más agresivas.
Los autores, que forman parte del Comité Científico de la Fundación para la Investigación con Células Madres Uterinas (FICEMU) consideran que esta proteína se puede convertir en una diana terapéutica en estos tumores.
Estudios previos realizados por el equipo demostraron que la vitamina D inhibe el FTP-1, lo que podría sugerir posibles tratamientos con la vitamina o análogos de la misma en pacientes con tumores (menos en los tipo hipercalcémicos) que tengan una sobreexpresión del FTP-1.
Madrid, noviembre 11/2010 (Europa Press)

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Una investigación científica mostró que las mujeres que tomaban píldoras de reemplazo hormonal presentaban cánceres de mama más avanzados y eran más propensas a morir por ellos que quienes recibían terapia placebo, lo que eleva la preocupación sobre estos fármacos de uso común.
La investigación, publicada en Journal of the american associatin (JAMA) es el primer reporte de más muertes por cáncer de mama entre las mujeres que consumen terapia de reemplazo hormonal (TRH).
Y contradice estudios previos que sugieren que las mujeres que consumen esas medicinas presentaban tumores de mama menos agresivos y más fáciles de tratar.
«A diferencia de la idea preponderante de hace dos años, que los cánceres relacionados con estrógeno más progesterona serían favorables y no un gran problema, estamos mostrando que están asociados con un mayor riesgo de muerte por cáncer mamario», dijo el doctor Rowan Chlebowski, del Instituto de Investigación Biomédica de Los Ángeles.
Los hallazgos incluyen 11 años de seguimiento sobre el famoso estudio Women’s Health Initiative, que en el 2002 reveló que las pacientes que consumían estrógeno más progesterona durante cinco años tenían tasas más elevadas de cánceres de ovario, de mama, de accidente cerebrovascular y otros problemas de salud.
El equipo de Chlebowski analizó datos en más de 12 000 mujeres del estudio y halló que dos veces más consumidoras de TRH morían por cáncer mamario, comparado con las mujeres que ingerían placebo: 2,6 frente a 1,3 de cada 10 000 por año.
Casi el 24% de las pacientes con cáncer de mama que tomaban TRH presentaban tumores que se habían expandido a los nódulos linfáticos, comparado con el 16% de las mujeres que recibieron tratamiento placebo.
«Todos los cánceres temibles con pronósticos desfavorables también eran mayores», dijo Chlebowski, que citó incrementos en formas agresivas del cáncer de mama y no solo los alimentados por el estrógeno que son fáciles de tratar.
«Y luego, por primera vez, demostramos que las muertes por cáncer de mama también se ven incrementadas», añadió el autor.
Los médicos indican que la edad promedio de las mujeres del estudio Women’s Health Initiative era de 63 años, varios años después de la menopausia y señalan que los resultados no se aplicarían a las pacientes que consumen otras formas de TRH, o que inician el tratamiento inmediatamente después de entrar en la menopausia.
Chicago, octubre 21/2010 (Reuters)

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Un sotfware diseñado por la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) para la nitidez de las imágenes captadas por los satélites será probado en medicina, sobre todo en las mamografías. Desarrollado por el Goddard Space Flight Center, el denominado MED-SEG, también se utilizará en ecografías, destacaron los investigadores en un comunicado emitido por la NASA.
El uso de esta tecnología minimizará el error humano que ocurre cuando se evalúan radiografías y permitirá la detección temprana de anomalías en los tejidos analizados, explicó Thomar Rutherford, director de Oncología Ginecológica en la Universidad de Yale, Estados Unidos.
Con más de 25 años de su puesta en práctica, el sistema fue creado para mejorar el análisis de las imágenes de la Tierra tomadas por los satélites, así como diferenciar, por ejemplo, los lagos por su color azul y profundidad, entre otras de interés.
El dispositivo MED-SEG recibe las imágenes y datos de varias fuentes, entre ellas tomografía, resonancia, ultrasonidos, radiografías, tanto directas como indirectas. La información se puede almacenar, transmitir, procesar y mostrar en el sistema o mediante una red de ordenadores de forma inmediata.
A juicio de los investigadores, la introducción del software en la medicina conducirá al mejor diagnóstico del cáncer de mama. Su precisión permite al médico ver muchos más detalles y de mejor calidad, lo que ahorra a los pacientes gran cantidad de pruebas innecesarias,  destacaron los expertos.
Washington, octubre 15/2010 (PL)

Algunas pacientes con cáncer de mama se recuperan igual de bien con una cirugía menos invasiva para extirparles ciertos ganglios linfáticos que quienes son sometidas a la operación agresiva que se utiliza normalmente y que elimina todos los ganglios, según estudio publicado en la revista Lancet Oncology.
En la prueba más grande que se haya hecho para comparar ambos procedimientos, investigadores estadounidenses y canadienses encontraron que no es necesario que las pacientes con cáncer de mama precoz sufran una cirugía más intervencionista para vivir más.
Los médicos pueden utilizar otro tipo de cirugía para extirpar únicamente el primer grupo de ganglios linfáticos, como los ganglios linfáticos centinela en la axila, pero muchos expertos han asumido que la cirugía más agresiva les da a las mujeres mayores oportunidades de vivir.
El estudio se refirió a las pacientes con cáncer de mama precoz, no a las mujeres que se les diagnóstico la enfermedad en estado avanzado y que se les orientó una mastectomía. Los científicos observaron 5611 pacientes con cáncer de mama precoz cuya afección no se había diseminado a los ganglios linfáticos. A alrededor de la mitad se les hicieron las dos cirugías y la otra mitad fue sometida a operaciones para quitarles solo algunos de sus nódulos linfáticos. La mayoría de las pacientes de ambos grupos también recibieron otros tratamientos, como radioterapia.
Después de un seguimiento de ocho años, los médicos no encontraron ninguna diferencia en las tasas de supervivencia. Entre las 1975 mujeres que recibieron las dos cirugías, 1660 estaban vivas después de ocho años. De las 2011 participantes a las que solamente se les retiró un ganglio o algunos pocos ganglios con operaciones menos invasiva, 1675 estaban vivas.
«Esto es bueno para los pacientes, porque se trata de una técnica menos agresiva que podría significar que menos pacientes desarrollen efectos secundarios desagradables (como inflamación importante de tejido)», dijo Meg McArthur, directora principal de políticas de la organización caritativa británica Breakthrough Breast Cancer, quien no participó en el estudio.
John Benson, de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, calificó la investigación de «germinal» ya que podría ayudar a atender a la mayoría de las pacientes en etapa temprana de la enfermedad. Este experto no estuvo vinculado con la investigación.
«Ahora será difícil de justificar (la cirugía agresiva), pues no hay una diferencia marcada en la supervivencia», enfatizó. Puede haber algunos casos donde sea preferible el procedimiento más invasivo, como cuando los tumores son más grandes o la enfermedad está más avanzada, agregó.
Todas las pacientes con cáncer de mama deben ser monitoreadas cuidadosamente después de sus cirugías. De las participantes que se sometieron al procedimiento menos invasivo, el cáncer reapareció en la región de ganglios linfáticos en 14 pacientes, en comparación con ocho mujeres que se les realizó la cirugía más agresiva, precisó Benson.
El estudio fue financiado por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, el Instituto Nacional del Cáncer y el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Londres, septiembre 21/2010 (AP)

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