El ADN libre en la circulación sanguínea humana ha sido investigado desde su observación inicial en 1948. Se sabe que los niveles del ADN libre en plasma es significativamente elevado en personas enfermas. Ampliar…
Trabajo publicado por la Dra. María del Carmen Seijas Sende del Hospital Pediátrico Universitario «Borrás- Marfán» de La Habana, y un equipo de investigadores, en la revista Folia Dermatológica Cubana. Ampliar…
Trabajo publicado por la Dra. Teresita Montero González del Hospital Militar Central «Dr. Luis Díaz Soto» de La Habana, y un equipo de investigadores, en la Revista Cubana de Medicina Militar. Ampliar…
Científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia «Josep Carreras» han descubierto una molécula en el genoma no codificante que provoca la proliferación de células y facilita que las tumorales se multipliquen y expandan. Los resultados se publican en Nature Communications. Sonia Guil, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, y Lourdes Farré, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), han descrito cómo en una región del genoma no codificante existe una molécula intermedia implicada en la regulación de procesos clave para el desarrollo y diferenciación de las células, y para la expansión de células tumorales. Ampliar…
La falta de sueño se relaciona desde hace tiempo con la enfermedad de Alzheimer, pero aún no se comprende del todo cómo las interrupciones del sueño impulsan esta dolencia. Un nuevo trabajo, que ha estudiado a modelos experimentales murinos y a personas, apunta que la falta de sueño aumenta los niveles de la proteína tau, clave de la enfermedad de Alzheimer. Ampliar…
Investigadores del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística y del Instituto de Biomedicina (IBUB) de la Universidad de Barcelona, en colaboración con el Centro de Regulación Genómica (CRG), han descrito tanto los genes requeridos en el proceso de regeneración de órganos y tejidos como los elementos reguladores de su expresión. Ampliar…
El ejercicio de resistencia y el de alta intensidad ralentizan y podrían revertir el envejecimiento celular, según un estudio de la Universidad de Leipzig, en Alemania, que se publica en European Heart Journal. No se obtendría el mismo efecto, por otra parte, con el entrenamiento de fuerza.
El estudio liderado por Ulrich Laufs, contó con la participación de 266 jóvenes sanos pero inactivos al comienzo del estudio a los que se asignó a cuatro grupos de forma aleatoria. Así, un grupo realizó durante seis meses ejercicio de resistencia (carrera de resistencia), otro entrenamiento interválico de alta intensidad (calentamiento seguido de cuatro series de carrera de alta intensidad alternada con trote y para finalizar vuelta a la calma con carrera lenta), entrenamiento de fuerza -con un circuito compuesto por ocho máquinas- y, en el último caso, los participantes continuaron con su estilo de vida inactivo.
Los individuos en los grupos de intervención con ejercicio realizaron tres sesiones semanales de 45 minutos cada una y solo 124 completaron el estudio. Los investigadores analizaron en muestras sanguíneas de los participantes -recogidas al comienzo del estudio y siete días antes de finalizar el trabajo- la longitud de los telómeros y la actividad de la telomerasa en los linfocitos.
“Nuestro principal hallazgo es que, al comparar los resultados con las muestras recogidas al comienzo del estudio y en el grupo control, se observó un aumento en la actividad de la telomerasa y en la longitud de los telómeros en los participantes que realizaron ejercicio de resistencia y ejercicio interválico de alta intensidad; un resultado que no se observó en el grupo que realizó ejercicio de musculación”, ha explicado Laufs.
De hecho, la actividad de la telomerasa aumentó de dos a tres veces y la longitud de los telomeros lo hizo de forma significativa en los grupos de resistencia y de alta intensidad en comparación con el resto de la muestra. “El estudio identifica un mecanismo por el cual el entrenamiento de resistencia mejora el envejecimiento saludable. Los resultados podrían ayudar a tener en cuenta la longitud de los telómeros como un indicador de la edad biológica en estudios de intervención futuros”.
Tomado de Noticias Al Día. Diciembre 5 de 2018.