El objetivo de la mayoría de los deportistas con lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) que se someten a cirugía de reconstrucción es volver a la práctica deportiva. Sin embargo, en la última década se observó que las tasas de reincorporación son inferiores a lo esperado a partir de medidas estándar basadas en la actividad y el deterioro.
El objetivo de este artículo publicado en J Orthop Traumatol (2019) 20:10 y que da continuidad al tema del mes, es resumir los conocimientos actuales sobre el retorno al deporte tras la reconstrucción del LCA.
Una pregunta fundamental es qué constituye la vuelta al deporte. Está claro que la actividad más exigente para la función de la rodilla aumenta el riesgo de sufrir futuras lesiones. Por eso es importante utilizar una terminología precisa. Lynch y col. definieron inicialmente la vuelta al deporte como «una o dos temporadas en el deporte al mismo nivel que antes de la lesión». Más recientemente, una declaración de consenso describió un continuo de retorno al deporte.
El continuo consta de tres elementos: retorno a la participación, retorno a la práctica, y retorno al rendimiento. El retorno a la participación es la vuelta al entrenamiento o a un nivel deportivo inferior al deseado.
El retorno a la práctica es el regreso al deporte que se realizaba antes de la lesión, pero sin rendir al nivel deseado, mientras que el retorno al rendimiento es cuando el deportista rinde al nivel que tenía antes de la lesión, o por encima de éste. Sin embargo, la aplicación empírica de este continuo teórico aún no ha sido validada.
Hay muchos factores que influyen en la vuelta a la práctica deportiva después de la reconstrucción del LCA, incluyendo factores quirúrgicos, de rehabilitación, sociales, psicológicos y demográficos. Los factores para los que existen datos empíricos de apoyo incluyen ser varón y edad más joven.
Los pacientes que experimentan un intervalo de tiempo más corto entre la lesión y la cirugía tienen tasas de retorno más altas, más aún en deportes de élite. Los autoinjertos de tendón isquiotibial favorecen el regreso al deporte competitivo a distintos niveles y los autoinjertos de tendón rotuliano favorecen el regreso al deporte previo a la lesión.
Se demostró que una respuesta psicológica positiva está estrechamente relacionada con la vuelta al deporte previo a la lesión. Los niveles más altos de motivación durante la rehabilitación también se asocian con tasas más altas de regreso al deporte luego de la cirugía.
Vea el texto completo en: Vuelta al deporte tras la reconstrucción del ligamento cruzado anterior. Intramed. Artículos – 11 de septiembre de 2024 (debe registrarse en el sitio web).
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