La evaluación precisa del dolor es crucial para un tratamiento eficaz del mismo. El dolor agudo es uno de los síntomas más frecuentes tanto en atención primaria como en urgencias.
Aunque existen numerosas escalas y herramientas de evaluación del dolor, una evaluación adecuada tiene en cuenta no solo gravedad, sino también ubicación, naturaleza, duración, factores agravantes y atenuantes y síntomas asociados.
Sin embargo, el dolor es un fenómeno muy subjetivo y factores como edad, cultura, antecedentes espirituales, sexo, etnia y antecedentes médicos del paciente pueden influir en gran medida en la percepción y descripción del dolor. Los pacientes que no pueden hablar o que tienen problemas cognitivos también pueden presentar desafíos únicos para la evaluación del dolor agudo.
Además, los propios sesgos inconscientes del médico pueden distorsionar su interpretación del nivel de dolor de un paciente.
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