La pérdida ósea aguda es un fenómeno común en pacientes ortopédicos, con diversas causas y mecanismos no por conocidos, menos complicados. La investigación no ha dejado de profundizar en este tema, pues tiene una gran insidencia en los riesgos de fracturas y aflojamiento de las prótesis, entre otros problemas.
Los pacientes ortopédicos deben someterse a una inmovilización de las extremidades afectadas durante varios días o semanas. Se sabe que cuando se restringe la función de una determinada parte o de todo el cuerpo, la actividad de los osteoclastos aumentará y su actividad vital superará a la de los osteoblastos, por lo que se producirá una pérdida ósea local o incluso de todo el cuerpo.
La pérdida ósea aguda suele ocurrir unas pocas semanas después de la inmovilización de las extremidades. En esta etapa, la masa ósea del paciente disminuirá drásticamente y el paciente es propenso a sufrir refractura osteoporótica. Después de esta etapa, la masa ósea se recuperará gradualmente, pero es difícil que la velocidad de formación y absorción ósea alcance un estado equilibrado, y la masa ósea de los pacientes continuará disminuyendo aun después de que se haya logrado algún avance en la recuperación.
Aunque el Manual Merck ofrece una guía bastante amplia y actualizada, el tratamiento clínico varía mucho.
Abrimos el tema con esta revisión donde se resumen los avances en el abordaje de la pérdida ósea aguda en ortopedia, a partir de las opiniones de académicos en campos relacionados sobre su etiología, patogénesis, medidas de prevención y tratamiento en los últimos años, y se integra a la evidencia médica y experiencia clínica relevantes.
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