El manejo de las fracturas articulares pediátricas ha evolucionado a lo largo de los años con un creciente interés en el manejo artroscópico.
Varios factores explican este atractivo reciente, entre los que se encuentran el progreso tecnológico con una mayor disponibilidad de métodos de diagnóstico, el aumento de las actividades deportivas responsables de estas fracturas y la familiarización de los cirujanos ortopédicos pediátricos con las técnicas artroscópicas.
En nuestra institución (Children’s Hospital, Toulouse University Hospital, France), 9 de 100 procedimientos artroscópicos se realizan como consecuencia de una fractura articular. En total, el 80% de las fracturas son de rodilla (56% fractura de eminencia tibial, 24% fractura osteocondral). La mayor parte del 20% restante se encuentra en la articulación del tobillo.
Dada la minuciosa exploración articular que proporciona la artroscopia, cualquier lesión cartilaginosa o meniscal asociada se identifica y aborda en el mismo procedimiento que la fijación de la fractura. Al ser una cirugía menos invasiva y con baja tasa de complicaciones, el manejo artroscópico de las fracturas articulares pediátricas brinda resultados muy satisfactorios con una recuperación más temprana.
Es de destacar que es técnicamente exigente y requiere un entrenamiento constante. Se debe monitorear el tiempo operatorio y considerar opciones alternativas para cada cirugía. En este sentido, la artroscopia debe verse como un medio, no como un fin.
Vea el artículo completo en:
Haga un comentario