Las fluoroquinolonas de tercera generación pueden no plantear el mismo riesgo para la salud de los tendones que los compuestos de generación previa, indican los hallazgos de un nuevo estudio.
Si se confirma, esta será una buena noticia para los pacientes alérgicos a los antibióticos betalactámicos y otros en quienes las fluoroquinolonas son antibióticos de elección debido a sus propiedades farmacocinéticas favorables y su actividad de amplio espectro, de acuerdo con Takashi Chinen, de la Jichi Medical University, en Tochigi, Japón, investigador principal del nuevo estudio publicado en Annals of Family Medicine.
«Esto es particularmente notable en pacientes que tienen más riesgo de trastornos de los tendones, como los deportistas», declaró Chinen.
Para investigar la relación entre las fluoroquinolonas de tercera generación y la tendinopatía, Chinen y sus colaboradores llevaron a cabo el análisis de una serie de casos con autocontrol utilizando datos de reclamaciones administrativas de una sola prefectura en Japón, enfocándose específicamente en el riesgo de rotura del tendón de Aquiles.
El aumento del riesgo asociado con la exposición a fluoroquinolonas de primera y segunda generación es compatible con el riesgo elevado que se observó en estudios previos, la mayoría de los cuales se enfocó en compuestos de primera y segunda generación, señalaron los autores.
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