Un maestro espirituano de la ortopedia en Qatar

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Dr. Ángel Néstor Pozas Gutiérrez. La puerta se abre y el director médico del hospital cubano en Dukhan dice con respeto: «aquí está el profe», tras lo cual un hombre ágil y con sonrisa campechana extiende su mano; es el doctor espirituano Ángel Néstor Pozas Gutiérrez, especialista en Ortopedia.

Es profesional de la salud desde 1983 y se desempeña como ortopédico desde 1986. En 1992 fue su primera misión internacionalista en Angola, un país al cual tantos cubanos han aportado. Entrevistado por la corresponsal de Prensa Latina en Qatar, Susana Alfonso Tamayo, el Dr. Pozas Gutiérres recuerda sus experiencias como médico internacionalista:

«Llegué en el período inmediato de postguerra», dijo refiriéndose a la guerra civil angoleña que, con períodos intercalados de paz, se extendió hasta 2002 (1975-1991, 1992-1994, 1998-2002). «Aquello estaba destruido. Fuimos los primeros cubanos en llegar, un grupo de cuatro, y después otro de siete. Hicimos una brigada de once médicos, bastante completa, entre ortopédicos, anestesista, clínico, cirujano.»

«Las condiciones de trabajo eran agrestes. El salón de operaciones no tenía aire acondicionado, los instrumentos de trabajo eran rudimentarios. La jornada laboral resultaba extenuante, dos ortopédicos no dábamos abasto.»

La experiencia en Sudáfrica fue diferente, pese a tener mucho trabajo por igual debido a accidentes o la violencia interna, pero no le tocó esa vez enfrentarse a los vestigios de la guerra, sino a las consecuencias del sistema de segregación racial o apartheid, en vigor hasta 1992. Allí prestó servicios entre 1996 y 1999. «Mandela llevaba poco tiempo en el poder, el ambiente era desfavorable a los cubanos», comentó.

Yemen, en tanto, marcó la primera incursión en el mundo árabe para el espirituano, quien al arribar en 2008 palpó las desavenencias entre el norte y sur de ese país. «Mucha violencia entre ellos, los que hoy están en el poder antes eran rebeldes opuestos al gobierno de Ali Abdullah Saleh (1990-2012)», precisó. Según el doctor, durante los tres años que estuvo en Yemen, atendió principalmente a heridos de guerra, sin embargo nunca se sintió en peligro.

En Namibia estuvo entre 2013 y 2016, y rememora que allá vive un villaclareño muy admirado y respetado pues salvó a un grupo de namibios en la masacre de Cassinga, genocidio perpetrado el 4 de mayo de 1978 por una unidad helitransportada sudafricana contra un campamento de refugiados, con saldo de 650 muertos y más de 350 heridos, la mayoría mujeres y niños.

Para Pozas uno de sus logros en esa misión en Yemen fue el haber aprendido árabe, conocimiento que le ha resultado útil en su actual misión en Qatar, a donde llegó en abril de 2018.

Al ser interrogado por un denominador común en todos sus acometidas lejos del hogar, señala el aprendizaje, en tanto cada misión constituye una oportunidad para instruirse: «en este país aprendes de tecnología, en otros de la vida, de las costumbres, el idioma».

En su opinión, la medicina es una sola pero no se ejerce de la misma forma en todas partes del mundo, se aprenden soluciones de acuerdo a las exigencias del lugar. De ahí que ratifique que donde quiera que pases es una escuela.

«La medicina de nosotros es diferente. Nos formamos en una escuela donde lo primero es el paciente, hay otros lugares donde no es así, donde lo primario es la ganancia que tú obtengas de ese paciente. Eso a veces choca mucho. Pero el principio tuyo es ayudar estés donde estés, porque en eso te formaste», explicó.

Vea la entrevista completa.

Tomado de: Prensa Latina – 29 de enero de 2020

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