El síndrome antifosfolípido (SAF) se acompaña de manifestaciones y complicaciones como las manifestaciones trombóticas, particularmente el tromboembolismo venoso (TEV) y los accidentes cerebrovasculares. Estas pueden ser graves y poner en peligro la vida de los enfermos. La conducta general frente a este síndrome precisa una adecuada valoración del perfil de anticuerpos antifosfolípido (AFL) y descartar la presencia concomitante de lupus eritematoso sistémico u otra enfermedad autoinmune sistémica, así como del riesgo cardiovascular y de hemorragia. Leer más…
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