Existe sobrada evidencia que demuestra la asociación de las enfermedades autoinmunes con un riesgo drásticamente mayor de enfermedad cardiovascular aterosclerótica y sus manifestaciones clínicas. El aumento del riesgo es coherente con la noción de que la aterogénesis está modulada por mecanismos inmunitarios tanto protectores como promotores de la enfermedad ya que los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, por sí solos, no explican este riesgo incrementado. Leer más…
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