La asociación entre la diabetes y las infecciones ha sido reconocida durante años, siendo estas causa importante de muerte y morbilidad en personas con esta enfermedad crónica. La pandemia del COVID-19 ha reavivado el interés por la compleja relación entre la diabetes las enfermedades infecciosas. Este artículo de revisión de la revista Diabetologia aborda esta temática desde la epidemiología, los mecanismos fisiopatológicos y la terapéutica.
Algunas infecciones ocurren casi exclusivamente en personas con diabetes, a menudo con altas tasas de mortalidad sin diagnóstico y tratamiento tempranos. Sin embargo, más comúnmente, la diabetes es un factor que complica la infección. Se produce una relación recíproca en la que ciertas infecciones y sus tratamientos también pueden aumentar el riesgo de diabetes.
Las personas con diabetes tienen un riesgo de infección de 1,5 a 4 veces mayor. Los riesgos son los más pronunciados para la infección renal, la osteomielitis y la infección de los pies, pero también aumentan para la neumonía, la gripe, la tuberculosis, la infección de la piel y la sepsis general. Los resultados de la infección son peores en las personas con diabetes, siendo el ejemplo más notable una tasa de muerte doblemente mayor de COVID-19.
La hiperglucemia tiene efectos nocivos en la respuesta inmune. La insuficiencia vascular y la neuropatía junto a las alteraciones cutáneas y la colonización intestinal y de las mucosas, contribuyen al aumento del riesgo de infecciones.
Las contribuciones de los nuevos hipoglucemiantes y de la vacunación para el control de muchas infecciones, aún no están claras pero el control de la glucemia parece ser la clave en la población general.
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