Derrame pericárdico como forma de presentación de hipotiroidismo

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Se presenta el caso de una mujer de 65 años de edad, blanca, obesa, con antecedentes de hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo II, polineuropatía motora severa y psoriasis. El único hábito toxico referido era el haber fumado por 15 años, hasta hacía 5 años.

Aproximadamente 1 mes previo a la hospitalización comenzó con sensación de falta de aire, aumento de volumen en miembros inferiores que pasó a ser generalizado, marcada distención abdominal, astenia, adinamia y pérdida del apetito. Recibió tratamiento ambulatorio con furosemida sin que se lograra cambio por lo que fue coordinada su hospitalización.

En el examen físico al ingreso, se constató un IMC de 38.3 kh/m2 (obesidad grado II), mucosas pálidas, murmullo vesicular disminuido en ambas bases sin estertores y Sat O2 96%. Los ruidos cardiacos eran rítmicos pero taquicárdicos y de bajo tono; Fc 110 lat/min, TA 100/60 mmHg.

El problema principal para orientar el proceso diagnóstico fue un síndrome hidropígeno. Se realizaron estudios complementarios entre los que se recibieron alterados: glucemia: 9.76 mmol/L, creatinina 165.7um/L, GGT: 220, ProBNP 602 pg/ml, ANA`s: no reactivo. La radiografía de tórax evidenció un aumento de la silueta cardiaca y el ecocardiograma reportó derrame pericárdico severo, con función sistólica conservada y alto riesgo de hipertensión pulmonar.

Fue llevada de urgencia a salón por cirugía cardiovascular donde se evacuaron 850 ml de líquido serohemático, tras lo cual presentó remisión casi total e inmediata de la disnea y paulatina de los edemas. Los estudios microbiológicos y citológico del líquido pericárdico fueron negativos así como la tomografía toraco-abdominal. Se solicitaron entonces hormonas tiroideas ante la sospecha de un hipotiroidismo lo cual arrojó TSH en 5.8 UI (elevado), T3 y T4 no reactivos.

Se realiza discusión colectiva con especialistas de endocrinología. Ante la alta sospecha clínica a pesar de una TSH ligeramente elevada, plantea un hipotiroidismo primario y se decide iniciar manejo con levotiroxina 75 mcg que más tarde se incrementa a 100 mcg/ día.

La evolución es hacia la completa mejoría clínica.

Autores:

  • Dra. Viviana Lisset Mora Cuasquen. Residente de  Medicina Interna. Hospital Hermanos Ameijeiras.
  • Dr. Elmer Humberto Najera Alvarado. Residente de  Medicina Interna. Hospital Hermanos Ameijeiras.
  • Dra. Karen Valdés Álvarez Especialista de Medicina Interna, Profesora Auxiliar, Mc en Infectología, Investigadora Agregada. Hospital Hermanos Ameijeiras.

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