Los estudios sobre medio ambiente y obesidad suelen utilizar medidas epidemiológicamente tratables que son aproximaciones para el equilibrio energético o la ingesta de composición de macronutrientes.
Principalmente para identificar cambios de comportamiento individuales para la prevención o reducción de la obesidad, o para informar la política.
De ambientes externos al cuerpo en lo que se refiere a la obesidad, el ambiente construido y el entorno alimentario se consideran entre los más importantes. La incorporación de la «socialidad» humana en la investigación sobre la obesidad y los entornos enriquece el campo ofreciendo posibles formas de entender la producción de obesidad a través del estrés social, la preferencia dietética, el consumo de alimentos y la actividad física.
Sin embargo, los entornos externos están en movimiento, especialmente con la forma urbana cambiante y la hibridación ambiental social desde Web 2.0, con la policentricidad urbana y la actividad en red y en línea influyendo en la producción de obesidad de nuevas maneras.
Mientras que las poblaciones rurales del mundo están experimentando los aumentos más rápidos de la obesidad, las grandes poblaciones urbanas se benefician de la escala en el establecimiento de las condiciones físicas para la actividad física y la disponibilidad de alimentos saludables, con ciudades más grandes y policéntricas con tasas de obesidad más bajas que las ciudades monocéntricas o dispersas más pequeñas.
Se argumenta que los entornos construidos, alimentarios y sociales marcan el contexto para la producción de obesidad o su mejora, siendo factores sociodemográficos más importantes que nuevos fenómenos como las tecnologías digitales e inteligentes.
Este artículo es parte de un tema de reunión de discusión: «Causas de la obesidad: teorías, conjeturas y evidencias» (Parte I).
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