Complicaciones y mortalidad cardiovascular durante la COVID-19. Grupo de Investigación en Muerte Súbita (GIMUS)

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El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó sobre un agrupamiento de 27 casos de neumonía de etiología desconocida con inicio de los síntomas el 8 de diciembre, incluyendo siete casos graves, con una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan, sin identificar la fuente del brote.

Apenas una semana después, el 7 de enero de 2020, las autoridades chinas identificaron como agente causante del brote un nuevo tipo de virus de la familia Coronaviridae, aislado en estos pacientes el cual ha sido denominado SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad conocida como COVID-19 (enfermedad infecciosa por coronavirus -19).

Lejos estábamos de imaginar en aquel entonces, ante la poca evidencia científica disponible, que la infección recién descubierta no limitaba su alcance al sistema respiratorio y que la enfermedad cardiovascular desempeña un papel fundamental en la evolución y pronóstico de la infección.

El autor en su Editorial aborda interesantes aspectos epidemiológicos, clinicos y fisiopatológicos sobre este tema de inagotable actualidad.

Autor: Luís Ochoa Montes
Acceda desde aquí: Acta Médica. Vol. 21. No.4 (2020)

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