Los aportes del Dr. Carlos Juan Finlay continúan siendo, a los 109 años de su desaparición física, un referente ineludible en la batalla contra la proliferación del mosquito Aedes aegypti.
Propuesto varias veces al Premio Nobel de Fisiología o Medicina entre 1905 y 1915, Finlay recibió en 1907 la Medalla Mary Kingsley, conferida por el Instituto de Medicina Tropical de Liverpool, la más importante institución del mundo en Infectología, y un año más tarde la orden de la Legión de Honor, otorgada por el gobierno de Francia.
Hombre modesto, altruista y trabajador infatigable, el más universal de los científicos cubanos falleció a las 5 y 45 de la tarde del 20 de agosto de 1915, en la casona de la calle G, entre 17 y 19 (hoy sede de la Alianza Francesa), según el certificado de defunción expedido por su médico de cabecera, el doctor Alberto Díaz Albertini.
Por la obra de toda su vida, este eminente científico cubano merece, sin lugar a dudas, el título de «Primer Epidemiólogo Latinoamericano». (Más información)
Fuente: Diario Granma