Las olas de transmisión de la fiebre amarilla ocurridas en la Región de las Américas entre los años 2016 y 2018 causaron el mayor número de casos humanos y epizoóticos registrados en varios decenios.
La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica viral grave que representa un desafío para el profesional de la salud: exige el reconocimiento temprano de los signos y los síntomas, muchas veces inespecíficos, que pueden parecerse a los de otros síndromes febriles agudos.
La detección temprana de los casos sospechosos o confirmados, el monitoreo de los signos vitales y las medidas de soporte vital, y el tratamiento de la insuficiencia hepática aguda, siguen siendo las estrategias recomendadas para el manejo de los casos.
El informe Manejo clínico de la fiebre amarilla en la Región de las Américas. Experiencias y recomendaciones para los servicios de salud, publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el año 2023, tiene como objetivo sistematizar la experiencia de los expertos de la Región de las Américas en cuanto al manejo clínico de los pacientes con fiebre amarilla, especialmente en los brotes y en las epidemias, mediante la contextualización de esa experiencia en el conjunto actual de la evidencia médico-científica y la consideración de las directrices técnicas ya disponibles en los países de la Región; y proponer recomendaciones regionales para la evaluación clínica y de laboratorio de los casos sospechosos y confirmados de fiebre amarilla.
Presenta flujogramas para la evaluación inicial del paciente con una sospecha clínica de fiebre amarilla y sugiere un conjunto mínimo de pruebas de laboratorio que puede ser útil en contextos donde hay escasez de recursos materiales y humanos; además, detalla aspectos de la organización de los sistemas de salud para enfrentar los brotes y las epidemias de fiebre amarilla.
El documento llena un vacío histórico, al reconocer la fiebre amarilla como una entidad nosológica propia que exige la detección temprana de los casos, el manejo adecuado de las complicaciones y, sobre todo, la organización de la red de servicios de salud para reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas a esta enfermedad.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS)
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