cáncer de mama

biomarcadoresEn este consenso se revisan y actualizan las recomendaciones para el uso de biomarcadores en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama, de forma conjunta con la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Ampliar…

El cambio hacia la mamografía digital, en la que la película de rayos X es reemplazada por sistemas electrónicos más precisos, ha mejorado los índices de detección del cáncer de mama, pero también ha aumentado la tasa de sobrediagnóstico. Según indica un estudio llevado cabo en Estados Unidos, esto puede conducir a que más mujeres sean sometidas a biopsias innecesarias para dolencias benignas.

Un estudio, publicado en el último número de la revista Radiology, indica que el uso de la tecnología digital en las mamografías ha mejorado el índice de detección de cáncer de mama. Sin embargo, también subraya que el detalle que da la técnica ha supuesto el incremento de interpretaciones erróneas, lo que lleva a la realización de más biopsias en casos que al final resultan ser benignos. Ampliar…

Los casos de cáncer de mama, de los que se detectan 18 mil anuales en la Argentina, según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en un 15 % aproximadamente se los identifica como ‘HER2 positivos’ y esto es porque sus células sobreexpresan esta proteína HER2 -receptor del factor de crecimiento epidérmico humano- en su membrana. A los pacientes que tienen este tipo de tumores, se los trata generalmente con el anticuerpo monoclonal trastuzumab (Herceptin®) que se une a este receptor para que el sistema de células citotóxicas naturales del sistema inmune eliminen a la célula tumoral.

Científicos del CONICET del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), demostraron que el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) –una molécula que intervienen normalmente en los procesos de inflamación- produce una proteína llamada mucina 4 que inhibe la acción del trastuzumab al bloquear su sitio de unión en la célula tumoral, es decir el receptor de HER-2. Ampliar…

Entre los distintos cánceres, el más común en las mujeres es el de mama: anualmente ocasiona en todo el planeta alrededor de un millón y medio de casos y más de 500 mil muertes. En México es responsable de unos 20 mil casos y cinco mil decesos al año.

Karla Unger Saldaña, maestra y doctora en Ciencias de la Salud por la UNAM, dijo que este mal se asocia a estilos de vida relacionados con mayores niveles de desarrollo, por eso es más frecuente en países del primer mundo.

En cuanto a nuestra nación, aparece más en estados con ingresos altos, como los del norte, y en el DF, indicó la investigadora cátedra Conacyt, del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), e integrante de la Asociación Mexicana contra el Cáncer de Mama.

En un comunicado, expuso que en territorios desarrollados, el porcentaje de supervivencia observada a cinco años del diagnóstico es muy alto, mientras que en los menos avanzados es bajo.

Expuso que esto se debe básicamente a dos cosas: a que en estos últimos los casos se diagnostican en etapas clínicas avanzadas y a que el acceso a los tratamientos es mucho más difícil que en los primeros, señaló.

La historia natural del padecimiento se desenvuelve así: una persona con un cuerpo y células normales de pronto se expone a factores de riesgo que provocan que aquéllas muten y se desencadene una enfermedad que al principio no es sintomática.

De este modo, no se percata que lo tiene hasta varios años después, hasta que se consolida y se manifiesta por primera vez.

Por lo que se refiere al de mama, el primer síntoma generalmente es la aparición de una bolita; sin embargo, para que una mujer pueda palparla debe medir, por lo menos, un centímetro de diámetro (se ha estimado que en ella caben mil millones de células).

Esto significa que mientras se ha sentido bien, saludable, el cáncer ha crecido silenciosamente en su interior durante años.

Entre más crezca la bolita, más fácilmente puede erosionar y soltar células cancerosas, que se diseminarán a través de los vasos sanguíneos y linfáticos. Y lo más probable es que los ganglios de la axila sean el primer lugar al que se vayan.

Si sigue en progreso se puede ir a cualquier ganglio de la zona, hasta el cuello, y de no detenerse hará metástasis, esto es, se propagará a cualquier órgano del cuerpo. Por lo general se va a huesos, pulmones, hígado y cerebro, en ese orden.

Señaló que existe un estudio radiológico que permite adelantar un poco el diagnóstico antes de que aparezca el primer síntoma.

Se trata de la mastografía, «con la que es posible descubrir cambios en la arquitectura de la mama que podrían sugerir que ahí podría gestarse un cáncer».

noviembre 15 / 2015 (Notimex) – Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

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La Sociedad del Cáncer de Estados Unidos, una de las organizaciones más respetadas en la lucha contra el cáncer de mama, recomendó recientemente a las mujeres comenzar a hacerse mamografías más tarde, a los 45 en vez de a los 40 años, y con menos frecuencia de la que había recomendado anteriormente.

Estas nuevas pautas fueron publicadas en la «Journal of American Medical Association» (JAMA) con el objetivo de actualizar la guía divulgada en 2003 por la Sociedad Americana del Cáncer, que recomendaba a las mujeres comenzar con las mamografías a los 20 y 30 años y continuar anualmente a partir de los 40 años.

Ahora, la Sociedad dice a las mujeres que pueden esperarse a los 45 años para realizarse su primera mamografía y recomienda que, a partir de entonces, estas radiografías de mama se efectúen anualmente hasta cumplir los 54 años.

Además, la organización recomienda mamografías cada dos años para las mujeres de 55 años o mayores, siempre que estén sanas y tengan una espectativa de vida de más de 10 años.

En una columna de opinión en el «Journal of American Medical Association», las doctoras Nancy L. Keating y Lydia E. Pace, ambas del hospital de Brigham and Women’s de Boston (Massachusetts), destacan que algunas de las nuevas recomendaciones pueden ser «sorprendentes» para pacientes que han superado el cáncer de mama, así como para el personal médico encargado de este tipo de cuidados.

La nueva edad para las mamografías anuales, 45 en vez de 40 años, se acerca a las recomendaciones de otros actores en la lucha contra el cáncer, como el grupo de expertos independiente de la Fuerza de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF), que recomienda mamografías bianuales para mujeres entre 50 y 74 años.

En su nueva guía, la Sociedad Americana del Cáncer desaconseja a mujeres que no han experimentado ningún símbolo de anormalidad en sus mamas realizarse exámenes clínicos, en el que los médicos o enfermeros tratan de sentir bultos en las mamas.

A pesar de sus recomendaciones, la Sociedad defiende que las mujeres entre 40 y 44 años deberían «tener la oportunidad» de hacerse una mamografía si lo consideran necesario, del mismo modo que las mujeres de 55 años o mayores deben de seguir con sus mamografías anuales si así lo desean.

No obstante, el cambio de perspectiva obedece a nuevos descubrimientos sobre los beneficios de las mamografías y sus perjuicios, entre los que destaca el peligro de falsos positivos para las mujeres que se someten a estas pruebas demasiado pronto.

El cáncer de mama es la causa de muerte más común entre mujeres de todo el mundo, destaca la publicación.

A pesar de que la mortalidad por cáncer de mama ha disminuido de manera constante desde 1990, en gran parte debido a las mejoras en la detección temprana y tratamiento, se estima que solo en Estados Unidos 40 290 mujeres morirán por esta enfermedad en 2015.
octubre 28/2015 (ansa)

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, desarrollaron un nanobiosensor para el diagnóstico de cáncer de mama en etapa temprana mediante un papel cromatográfico y una muestra de saliva del paciente.

En la actualidad, la mastografía y la autoexploraciónson los métodos más utilizados para la detección del cáncer de mama, pero en el primer caso el equipo empleado es costoso y en el segundo es necesario educar a las personas en temas de salud.

Por ello, un grupo de investigadores decidieron desarrollar un método más fácil, económico y con una detección rápida, ya que el cáncer de mama, más frecuente en las mujeres, aumenta cada día en el mundo, indicó el investigador del Laboratorio de Nanotecnología e Ingeniería Molecular de la UAM, Nikola Batina.

«Fue difícil encontrar el procedimiento para generar un patrón en un diseño tridimensional dentro del papel, que permitiera el fluido autónomo y uniforme de la saliva para determinar si el paciente tiene o no cáncer.

«El diagnóstico de cáncer de mama en fases tempranas fue uno de los objetivos del proyecto. Queríamos un nanobiosensor que la persona pueda usar cada seis meses para estar tranquila. Una gota de saliva puede ser la diferencia entre dormir tranquilo o no», sostuvo.

Una de las mayores ventajas que tendría el uso de este dispositivo es que la prueba no tarda más de 10 minutos y puede realizarse en casa.

«Nuestra filosofía es que sea accesible. No se necesitan aparatos clínicos especiales; y la respuesta «sí» o «no» es con base en el color que arroje», detalló Batina en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El investigador precisó que este sensor también es crucial para aquellos pacientes en periodo posoperatorio después de un tratamiento de metástasis, pues permitirá saber si el cáncer regresó o no.

El proyecto que se desarrolló en el laboratorio de la UAM comenzará a realizar pruebas clínicas en pacientes y está protegido bajo derechos de propiedad industrial en México, con solicitud de patente.

Para el doctor Batina esta tecnología puede aplicarse para el diagnóstico de diversas enfermedades, sin embargo, aclaró que el nanobiosensor que desarrollaron en su laboratorio no es universal y solo puede ser utilizado para detectar cáncer de mama.

«La aplicación de los nanobiosensoresen enfermedades progresivas pueden ser la solución. La nanotecnología permite la identificación rápida de moléculas y esto abre un nuevo principio para la detección temprana y rápida de enfermedades que se incuban en el cuerpo humano por años y no presentan síntomas con una poca cantidad de reactivo», precisó el experto.

Agregó que una de las contribuciones más importantes del desarrollo de este dispositivo es que al usar insumos de bajo costo, puede ser accesible para la mayor parte de la población, incluso, para la más desprotegida.

«Esto puede ser una gran contribución a la sociedad para salvar vidas. No es solo química y nanotecnología,hay mucho más detrás. Salvar la vida de las personas es la mayor satisfacción, y para eso es que investigamos y desarrollamos este proyecto de bajo costo, con una interfase sencilla y de respuesta inmediata», subrayó.
julio 1/2015 (PL)

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Un estudio de cinco décadas sobre mujeres estadounidenses mostró que las que estuvieron expuestas a mayores niveles del pesticida DDT tuvieron cuatro veces más probabilidades de contraer cáncer de mama.

Es el primer estudio de este tipo que vincula directamente el cáncer de mama en humanos con el DDT, que fue prohibido en muchos países décadas atrás pero sigue siendo muy usado en África y Asia.

«Desde hace tiempo se sospechaba que los químicos ambientales podían causar cáncer de mama, pero hasta ahora había pocos estudios sobre humanos que respaldaran esta hipótesis», dijo Barbara Cohn, del Instituto de Salud Pública de Berkeley, California (oeste de Estados Unidos) y coautora del estudio divulgado el martes en la «Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism».

Los investigadores examinaron a un grupo de mujeres que estuvieron expuestas a DDT en el útero en los años 1960, cuando el pesticida era popular en Estados Unidos.

Los datos provienen de un programa en California llamado «Estudios de Salud y Desarrollo Infantil (CHDS)», que analizó 20 754 embarazos entre 1959 y 1967.

Los investigadores pusieron el foco en 118 madres que tuvieron hijas que fueron diagnosticadas de cáncer de mama hacia los 52 años.

Las muestras de sangre almacenadas de las 118 mujeres les dieron a los científicos una idea del nivel de exposición al DDT que tenían cuando estaban embarazadas o poco después de dar a luz.

«Independientemente de los antecedentes de cáncer de mama en la madre, los niveles elevados de DDT en la sangre de la madre fueron asociados a un aumento cuatro veces mayor en el riesgo de la hija de sufrir cáncer de mama», señaló el estudio.

Se sabe que los químicos en el DDT son disruptores endocrinos, que pueden imitar o interferir con la función de la hormona estrógeno.

Investigaciones previas han vinculado la exposición al DDT a defectos de nacimiento, reducción de la fertilidad y aumento de riesgo de diabetes tipo 2.
junio 18/2015 (AFP)

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