El doctor Carlos Juan Finlay Barrés es una personalidad ineludible para el desarrollo de la inmunología cubana, por los estudios de inmunidad que acompañaron y apoyaron su universal hallazgo de la transmisión vectorial de la fiebre amarilla. Realizó algunos ensayos iniciales, que después ampliaría y compararía con los de otros investigadores. Para finales del siglo XIX tenía registrados y documentados en todos sus detalles más de cien inoculaciones experimentales, algunas de ellas curiosamente en sacerdotes jesuitas recién llegados a la isla y algunos de los cuales llegaron a ser inmunes al virus.
Las conclusiones de sus trabajos «Fiebre amarilla experimental comparada con la natural en sus formas benignas», de 1884, y «Estadísticas de las inoculaciones con mosquitos contaminados en enfermos de fiebre amarilla», de 1891, revelan su intención de encontrar formas de inmunizar contra la infección: «… la inoculación de la fiebre amarilla por una o dos picadas del mosquito como un medio plausible de conferir, sin peligro, la inmunidad contra las formas graves de dicha enfermedad». Confesó que tenía la hipótesis de que la inyección de leucocitos vivos en el cuerpo del inoculado serviría para «formar razas de leucocitos inmunizantes». Finlay supuso que la seroterapia a partir de sujetos inmunes tras la infección con la fiebre amarilla podría tener acción profiláctica en los no expuestos o atenuar las formas graves de la enfermedad. Así lo declaró en su reporte «A plausible method of vaccination against yellow fever«, publicado en The Philadelphia Medical Journal y aprobado por el ya entonces muy reconocido Emile Roux, del Instituto Pasteur de París.
En todos estos ensayos están los elementos que hoy clasifican como transferencia pasiva y terapia celular adoptiva, con los que se experimenta intensamente en la actualidad. También se ha dicho que tales aportes se anticiparon a los hallazgos de von Behring, el propio Roux y otros. Es justo decir que, durante más de veinte años, Finlay contó para sus experimentos y observaciones con la estrecha colaboración del doctor Claudio Delgado Amestoy.
Para leer más:
Historia de la Inmunología en Cuba de 1850 hasta mediados del siglo XX. Rev Cubana Hematol Inmunol Hemoter. 2017 Jun;33(2):1-16.
Plasma humano de convalecientes, ahora un tratamiento para la COVID-19, tuvo su origen en Cuba. Rev. Electron. Zoilo. E. Marinello Vidaurreta. 2020;45(4).


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