Investigadores de Francia analizaron la eficacia de los anticuerpos producidos por la infección natural, y por las vacunas, para neutralizar a las variantes alfa, beta y delta del SARS-CoV-2 y a una versión similar a la original del virus.
En este artículo, publicado en la revista Nature, los autores se fijaron como objetivo determinar la sensibilidad de la variante delta del SARS-CoV-2 frente a los anticuerpos monoclonales y a los presentes en el suero de los individuos que se habían recuperado de la COVID-19, o que habían recibido una vacuna contra esta enfermedad, y compararla con la exhibida por otras cepas y variantes de este virus.
El linaje B.1.617 del SARS-CoV-2 se identificó en octubre de 2020 en la India, donde al momento de redactar este artículo se había vuelto dominante en algunas regiones, al igual que en el Reino Unido, y se había extendido a muchos otros países. El linaje incluye tres subtipos principales (B1.617.1, B.1.617.2 y B.1.617.3), que contienen diversas mutaciones en el dominio N-terminal (NTD) y en el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína de la espiga que pueden aumentar el potencial para la evasión inmunitaria de estas variantes.
La variante B.1.617.2, también denominada delta, se propaga más rápidamente que las otras. Se considera que es un 60 % más transmisible que la variante alfa (B.1.1.7). La OMS la ha clasificado como una variante de preocupación (VOC). Se sabe poco sobre la sensibilidad de esta variante delta a la respuesta inmunitaria humoral.
Para la realización del estudio los investigadores examinaron la reactividad cruzada de los anticuerpos monoclonales frente a las cepas preexistentes del SARS-CoV-2 y la variante delta en los sueros de los individuos convalecientes, entre los seis y los doce meses posteriores a la aparición de los síntomas de la COVID-19, y en los de los receptores recientes de una vacuna contra esta enfermedad.
En total, los autores de la investigación analizaron muestras de suero sanguíneo de 103 personas convalecientes de la COVID-19.
De ellos 56 pertenecían a una cohorte de individuos de la ciudad francesa de Orleans que habían mostrado un resultado positivo a la infección por el SARS-CoV-2 mediante la prueba de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), e incluía a casos críticos, graves, de leves a moderados y asintomáticos de la COVID-19.
Los 47 individuos restantes fueron seleccionados de otra cohorte formada por los trabajadores sanitarios de los Hospitales Universitarios de Estrasburgo que tenían un diagnóstico confirmado de la COVID-19, por la PCR, y que experimentaron una forma leve de la enfermedad.
El equipo también analizó muestras de 59 personas seleccionadas al azar de una cohorte de individuos vacunados en Orleans, después de haber recibido la primera y la segunda dosis de las preparaciones de AstraZeneca o de Pfizer-BioNTech.
Según los resultados obtenidos en el estudio los investigadores señalan que algunos de los anticuerpos monoclonales, incluido el bamlanivimab, perdieron su capacidad de unirse a la proteína de la espiga y dejaron de neutralizar a la variante delta del SARS-CoV-2. También encontraron que esa variante es menos sensible a los sueros de los individuos inmunizados de forma natural.
Por otra parte, la vacunación de los individuos convalecientes potenció la respuesta inmunitaria humoral hasta superar el umbral de la neutralización. Estos resultados sugieren fuertemente, en opinión de los investigadores, que la vacunación de los individuos previamente infectados es probable que sea protectora contra una gran variedad de las cepas del SARS-CoV-2 circulantes, incluyendo la variante delta.
En los sujetos que no habían sido infectados previamente por el SARS-CoV-2, una sola dosis de la vacuna de Pfizer o de AstraZeneca indujo un nivel apenas detectable de los anticuerpos neutralizantes contra la variante delta.
En ese sentido, solo en el 10 % de las muestras de la sangre de las personas no previamente infectadas inmunizadas con una dosis de las vacunas de AstraZeneca o Pfizer-BioNTech se observó la capacidad de neutralizar las variantes delta y beta en experimentos de laboratorio. Sin embargo, una segunda dosis elevó esa cifra al 95 %, aunque los títulos de los anticuerpos neutralizantes fueron de tres a cinco veces menores contra la variante delta que contra la alfa. No se encontraron grandes diferencias entre los niveles de los anticuerpos generados por ambas vacunas.
Por lo tanto, una sola dosis de Pfizer o de AstraZeneca mostró una eficacia baja o nula contra las variantes beta y delta. Después de la segunda dosis ambas vacunas generaron una respuesta neutralizadora que se dirigió eficazmente a la variante delta.
De acuerdo a estos resultados, en opinión de los autores, el régimen de dos dosis generó altos niveles de seroneutralización contra las variantes alfa, beta y delta en individuos estudiados entre la semana 8 y la 16 después de la vacunación. Los niveles de los anticuerpos neutralizantes son altamente predictivos de la protección inmunitaria frente a la infección sintomática por el SARS-CoV-2.
Un informe reciente que analizaba todos los casos sintomáticos secuenciados de la COVID-19 en Inglaterra se utilizó para estimar el efecto de la vacunación sobre la infección. La eficacia fue notablemente inferior para la variante delta que para la alfa tras una dosis de la vacuna de AstraZeneca o de Pfizer.
Los autores destacan que en este estudio la eficacia de las dos dosis de la vacuna de AstraZeneca y la de Pfizer contra la variante delta se estimó en un 60 % y un 88 %, respectivamente.
De acuerdo a los resultados obtenidos los científicos concluyen que los experimentos de neutralización que realizaron en este estudio mostraron que los anticuerpos provocados por estas dos vacunas son eficaces contra la variante delta, aunque con una potencia entre tres y cinco veces menor que contra la variante alfa y que, en ese sentido, no se detectaron diferencias importantes entre los niveles de los anticuerpos generados por las vacunas de Pfizer o AstraZeneca.
Así pues, la propagación de la variante delta parece estar asociada a su capacidad de eludir a los anticuerpos dirigidos a los epítopos no RBD y RBD de la proteína de la espiga.
Según los investigadores estas observaciones demuestran que la variante emergente delta escapa parcial, pero notablemente, a los anticuerpos monoclonales neutralizantes y a los anticuerpos policlonales provocados por la infección previa con el SARS-CoV-2 o por la vacunación. En ese sentido una sola dosis de Pfizer o AstraZeneca fue poco o nada eficaz contra las variantes beta y delta.
En términos generales, los datos de Israel y el Reino Unido sustentan este hallazgo, aunque esos estudios sugieren que una dosis de la vacuna sigue siendo suficiente para prevenir la hospitalización o la muerte por el virus.
Las posibles limitaciones de este trabajo incluyen el bajo número de los individuos vacunados analizados y la falta de la caracterización de la inmunidad celular, que puede ser más reactiva que la respuesta humoral. Futuros trabajos con más individuos y períodos de estudio más prolongados ayudarán a caracterizar el papel de las respuestas humorales en la eficacia de las vacunas contra las variantes del SARS-CoV-2 circulantes.
Fuente: Planas D, Veyer D, Baidaliuk A, Staropoli I, Guivel-Benhassine F, Rajah MM, et al. Reduced sensitivity of SARS-CoV-2 variant Delta to antibody neutralization. Nature [Internet]. 2021 [citado 16 Ago 2021]:[20 p.]. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41586-021-03777-9.pdf doi: 10.1038/s41586-021-03777-9
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