El 14 de diciembre de 2020, las autoridades del Reino Unido informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se había identificado una nueva cepa variante del SARS-CoV-2 mediante secuenciación genómica viral. Esta variante se denomina SARS-CoV-2 VUI 202012/01 (por las siglas en inglés de “variante en investigación, año 2020, mes 12, variante 01”).
Los análisis iniciales indican que la SARS-CoV-2 VUI 202012/01 identificada en el Reino Unido puede propagarse más fácilmente entre las personas. Se están llevando a cabo investigaciones para determinar si esta variante está asociada con algún cambio en la gravedad de los síntomas, la respuesta de los anticuerpos o la eficacia de las vacunas.
La variante se detectó en el marco de una investigación epidemiológica y virológica iniciada a principios de diciembre del 2020, tras un aumento inesperado de los casos de la COVID-19 en el sudeste de Inglaterra. El episodio se caracterizó por un incremento de la tasa de notificación de los casos hasta más del triple durante los 14 días que van de la semana epidemiológica 41 a la 50 (del 5 de octubre al 13 de diciembre de 2020).
Las autoridades del Reino Unido están llevando a cabo investigaciones epidemiológicas y virológicas para evaluar más a fondo los cambios que conlleva esta nueva variante en la transmisibilidad, la gravedad de la infección, el riesgo de reinfección y la respuesta de los anticuerpos. Dado que una de las mutaciones (N501Y) se encuentra en el dominio receptor-obligatorio, las autoridades están investigando con urgencia la actividad de neutralización de los sueros de los pacientes restablecidos y vacunados contra esta variante para determinar si tiene algún impacto en la eficacia de la vacuna.
Todos los virus cambian con el tiempo, y lo mismo ocurre con el SARS-CoV-2, aunque la mayoría de esas mutaciones o cambios no suponen un beneficio directo para el virus e incluso pueden ser perjudiciales para su propagación. Hacen falta nuevas investigaciones de laboratorio para comprender mejor el impacto de una mutación específica en las propiedades del virus y en la eficacia de los diagnósticos, los tratamientos y las vacunas. Estas investigaciones son complejas y requieren tiempo y colaboración entre los diferentes grupos de investigación.
Las autoridades del Reino Unido han transferido los datos genómicos sobre esta variante a la “Iniciativa Global para Compartir Todos los Datos de influenza” (GISAID) y mantienen la vigilancia genómica del virus en todo el país para efectuar un seguimiento de la situación. (Más información)
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)
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