junio 2014 Archives

Dres. Zhenying Zhang, Xiaoming Liu, Yongjun Piao, y Shixin Han
Int J Dermatol. 2013 Nov; 52(11):1338-41.

La leucemia cutis (LC) se define como una infiltración cutánea por leucocitos neoplásicos, ocasionando lesiones clínicamente identificables.  Los pacientes con LC pueden tener lesiones únicas o múltiples.  La presentación clínica más común son las pápulas eritematosas y nódulos.  El compromiso concomitante de la piel y la leucemia sistémica se ha observado en un tercio de los casos de LC.  Se presenta el caso de una leucemia mielomonocítica con erupción inicial símil síndrome de Sweet distribuída en la parte derecha de la cara, parte dorsal de la muñeca, y miembro inferior en una mujer de 70 años.

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Dres. Seung Man Woo, Jung Won Choi, Hyun Sun Yoon y col.
Journal of the American Academy of Dermatology , Volume 58 , Issue 6 , Pages 959 – 963.

El síntoma más molesto para los pacientes con psoriasis es su visibilidad.  El compromiso facial de la psoriasis es más común que lo que se piensa.  Un pequeño número de reportes sugieren que el compromiso facial podría ser un marcador de psoriasis severa, y que podría asociarse a inicio de enfermedad temprana y compromiso ungueal y articular.  El propósito de éste estudio fue clasificar la psoriasis facial acorde a la distribución y correlacionar las características clínicas de éstos pacientes con la severidad de la psoriasis corporal y de cuero cabelludo acorde a los tipos de compromiso facial.

En éste estudio retrospectivo se enrolaron 194 pacientes con psoriasis y compromiso facial, entre mayo del 2006 y marzo del 2007.

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Dres. Flytstöm, B. Stenberg, A. Svensson y col.
Comentario: Dra. Geraldina Rodriguez Rivello
British Journal of Dermatology. Vol 158 I 1. Pág 116-121. Enero 2008

La psoriasis es una enfermedad crónica, que independientemente de su extensión, puede afectar la calidad de vida de los pacientes.  Está indicado el tratamiento sistémico cuando fueron insuficientes los tratamientos tópicos y ultravioletas y la calidad de vida del paciente está alterada.  El objetivo es controlar satisfactoriamente la enfermedad.  Los tratamientos sistémicos como metotrexato, ciclosporina y acitretin son utilizados como prácticas rutinarias a lo largo del mundo.  En los años recientes, se introdujeron nuevas terapias biológicas, como etanercept, efalizumab, alefacept e infliximab.  En la era de éstas nuevas terapias, el metotrexato y la ciclosporina siguen siendo de primera elección al momento de elegir una terapia sistémica.

El metotrexato se utiliza desde el año 1950.  Es un antagonista del ácido fólico con efectos inmunosupresores y citostáticos.  Bajas dosis de metotrexato tienen efecto anti-inflamatorio.  Es necesario un monitoreo cuidadoso ya que puede producir mielosupresión y fibrosis/cirrosis hepática.  El primer estudio controlado con ciclosporina fue publicado en 1986.  La ciclosporina tiene características inmunosupresoras fuertes, inhibiendo la producción y liberación de linfoquinas y de la función de las células presentadoras de antígeno.  El principal efecto adverso es la nefrotoxicidad, hipertensión arterial y riesgo potencial de desarrollar cáncer de piel no-melanoma.

El objetivo de éste estudio fue comparar metotrexato y ciclosporina con respecto a su efectividad, calidad de vida y efectos adversos.
El estudio se llevó a cabo desde febrero del 2002 hasta febrero del 2005.  Luego de la aleatorización, se realizaron los siguientes laboratorios.  A los pacientes aleatorizados para metotrexato se le realizaban los siguientes laboratorios: hemograma completo, albúmina, creatinina, aspartato aminotranferasa y alanino aminotranferasa, fosfatasa alcalina, bilirrubina, orina y péptido procolágeno III.  El hemograma, y las transaminasas se medían a las semanas 2, 4 y 8; a la semana 12 se repetía el análisis de inicio.

A los pacientes aleatorizados para ciclosporina se les realizó el siguiente laboratorio: hemograma completo, estudio de electrolitos, creatinina sérica, urea, transaminasas, fosfatasa alcalina, bilirrubina, colesterol, triglicéridos, magnesio y análisis de orina.  Se realizaba medición de la tensión arterial 3 veces antes de iniciar el tratamiento.  Durante el estudio, se medía la creatinina sérica, y la tensión arterial cada 15 días.  A las 4 semanas de tratamiento, se analizaba la concentración de ciclosporina.  A la semana 12, se repetían los exámenes iniciales.  Se permitía el tratamiento tópico durante el estudio.

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