La evolución en el manejo de heridas y su importancia en la historia de la humanidad

El hombre ha tenido que convivir desde sus orígenes con las heridas y no ha podido escapar de sus repercusiones. Producto de esto, su cuidado ha variado con el paso del tiempo y se ha visto desde la prehistoria hasta la edad moderna.

Su adecuado cuidado para el desarrollo de las sociedades puede considerarse tan importante como la lectura o las matemáticas.

Podría decirse entonces que los cuidados de las heridas en una sociedad la definen como tal. En definitiva, existe una evolución constante para su comprensión y correspondiente acceso; sin embargo, a pesar de la ruta a la información abierta y el avance tecnológico, no parece ser prioridad para los gobiernos de los países en vías de desarrollo, incluyendo el nuestro, debido a la pobre estadística nacional, el tabú que representan y la ignorancia de sus consecuencias (estancias hospitalarias prolongadas, grandes costos para los sistemas de salud, aumento de la población laboral inactiva, desintegración de núcleos familiares y trastornos psicosomáticos).

Por tal motivo, el siguiente texto se trata de un ensayo académico donde se plasma la progresión en cuanto al manejo de las heridas, con énfasis en su papel a través de las etapas históricas de la humanidad y con un enfoque para nuestra sociedad actual.

Pese a que la mayoría de las descripciones señalan a la cultura egipcia como los pioneros de la medicina, específicamente en el arte de la curación de heridas, es importante señalar que esto no es del todo correcto.

Los sumerios, antigua cultura mesopotámica, creadores de la escritura, fueron los primeros en transmitir y evolucionar el conocimiento de las artes médicas con sus respectivas limitantes, debido a la moral y religión de aquella época. Para ellos, os dioses infundieron todos los aspectos de la vida diaria y, por supuesto, se extendió al cuidado de la salud.

La diosa Gula (también conocida como Ninkarrak y Ninisinna) presidió la salud y la curación con la ayuda de su consorte Pabilsag (que también era un juez divino), sus hijos Damu y Ninazu y su hija Gunurra. Gula era la deidad principal de la curación y la salud y era conocida como el «gran médico de los de cabeza negra» (es decir, los sumerios).

Aun así, la vara entrelazada con serpientes que hoy es la insignia de la profesión médica se originó no con ella, sino con su hijo Ninazu, quien estaba asociado con serpientes, el inframundo y la curación.

Vea el texto completo en:

López-Becerril, José Octavio. La evolución en el manejo de heridas y su importancia en la historia de la humanidad. Cir Plast 2021; 31 (3)

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