proteínas

Un estudio ha examinado las posibilidades de progresar a demencia de aquellas personas en las cuales, en pruebas sobre el estadio preclínico de la enfermedad de Alzheimer (EA), se han observado las primeras señales biológicas o biomarcadores de este trastorno neurodegenerativo. Los investigadores analizaron los datos de más de 2000 personas que participaron en dos estudios a largo plazo sobre la EA, que incluían pruebas sobre la presencia de proteína β-amiloide, atrofia cerebral y señales tempranas de deterioro cognitivo. Ampliar…

Investigadores de la Universidad de Pennsylvania han descubierto que las sinucleopatías, un grupo de enfermedades en las que se incluye la de párkinson, se distinguen por diferentes especies de alfa sinucleína mal conformada en diferentes tipos de células nerviosas. Este tipo de relación no había sido nunca antes establecida en ninguna otra enfermedad neurodegenerativa, afirma Chao Peng, director del estudio. Ampliar…

Los casos de cáncer de mama, de los que se detectan 18 mil anuales en la Argentina, según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en un 15 % aproximadamente se los identifica como ‘HER2 positivos’ y esto es porque sus células sobreexpresan esta proteína HER2 -receptor del factor de crecimiento epidérmico humano- en su membrana. A los pacientes que tienen este tipo de tumores, se los trata generalmente con el anticuerpo monoclonal trastuzumab (Herceptin®) que se une a este receptor para que el sistema de células citotóxicas naturales del sistema inmune eliminen a la célula tumoral.

Científicos del CONICET del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), demostraron que el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) –una molécula que intervienen normalmente en los procesos de inflamación- produce una proteína llamada mucina 4 que inhibe la acción del trastuzumab al bloquear su sitio de unión en la célula tumoral, es decir el receptor de HER-2. Ampliar…

Investigadores españoles han descubierto que la proteína TC21 juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer de mama y de la metástasis de pulmón, dos procesos malignos que quedan bloqueados cuando se elimina o inhibe esta proteína.

La investigación, dirigida y presentada recientemente en una rueda de prensa por el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Xosé R. Bustelo, se publica en «Nature Communications» y ha sido financiada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

El estudio preclínico realizado con ratones confirmó que al inhibir esta proteína no solo se impide el crecimiento de los tumores de mama más comunes y de la metástasis de pulmón, sino también de los dos tipos de cáncer de mama más agresivos: el Her2 y los triples negativos, los subtipos más difíciles de tratar debido a su alta malignidad.

El estudio también permitió descubrir que la inhibición o inactivación crónica de esta proteína «puede hace que el tumor desarrolle mecanismos de resistencia para combatir la inhibición de esta proteína», un riesgo especialmente elevado en las terapias crónicas o muy largas, según Bustelo.

Sin embargo, los investigadores también identificaron los mecanismos moleculares que desencadenarían esa resistencia, «lo que significa que también se podrán desarrollar estrategias terapéuticas para prevenirla», puntualizó el investigador.

«Hemos demostrado que esta proteína puede ser una buena diana terapéutica para el cáncer de mama porque su inhibición no causa daños al organismo y, en cambio, sí es muy efectiva para frenar los tumores de mama y las metástasis de pulmón», pero a partir de ahora los esfuerzos de la investigación se centrarán en encontrar inhibidores de esta proteína.

«Es un camino largo que supone años de estudio y de multitud de fases y pruebas hasta llegar a una terapia efectiva» en pacientes pero «vale la pena apostar por ello», aseguró Bustelo.

Por su parte, Balbino Alarcón, investigador del CSIC y uno de los coautores del estudio, explicó que la inhibición también es efectiva para otra clase de tumores como los linfomas, aunque inútil como diana terapéutica para otros tipos de cáncer como el de piel, el de colon o el de pulmón.
mayo 16/2014 (EFE)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Un estudio ha revelado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central.

Un equipo multicéntrico, coordinado desde el Centro de Investigación del Cáncer por Alberto Orfao, ha demostrado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central centrados en la localización de células tumorales, según ha explicado a Diario Médico el investigador.

«Demostramos que la presencia de niveles elevados de este biomarcador en líquido cefalorraquídeo se asocia con un peor pronóstico global de la enfermedad en linfomas agresivos», argumenta.

El trabajo, que se ha publicado en la revista «Blood» bajo el título «Contribution of cerebrospinal fluid sCD19 levels to the detection of CNS lymphoma and its impact on disease outcome», ha consistido en evaluar la eficacia de un nuevo método para la detección de infiltración/invasión del sistema nervioso central en linfomas agresivos. La prueba se basa en la detección de proteínas de la célula tumoral en líquido cefalorraquídeo.

Aplicaciones futuras
Poniendo las miras en el futuro, el hallazgo plantea fundamentalmente la posibilidad de emplear este tipo de determinación basado en un panel de biomarcadores ampliado para el cribado diagnóstico de enfermedades neoplásicas en el sistema nervioso central y su monitorización tras el tratamiento, precisa Orfao.

Estudio de muestras
Desde el año 2006 se centraliza en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca el estudio de muestras de líquido cefalorraquídeo de 91 hospitales de toda España para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central en linfomas y leucemias agudas.

Se trata de un trabajo realizado gracias a la colaboración entre el Servicio General de Citometría de la Universidad de Salamanca, el Centro de Investigación del Cáncer y el Servicio de Hematología del Complejo Asistencial de Salamanca.

En este estudio concreto han participado 17 investigadores de 16 centros diferentes. En el centro salmantino han tenido especial relevancia en la realización del trabajo, además del propio Orfao, los investigadores Carmen Muñiz, Lourdes Martin, Antonio López y María Dolores Caballero.
marzo 14/2014(Diario Médico)

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Una dieta con mucha carne y quesos puede ser tan dañina como el fumar, pero un consumo moderado de proteínas es saludable después de los 65 años de edad, según un estudio que publicó la revista Cell Metabolism (10.1016/j.cmet.2014.02.006).

Los investigadores hicieron un seguimiento de la dieta y las condiciones de salud de una amplia muestra de adultos durante dos décadas, y encontraron que el consumo continuado de proteínas animales hace que una persona tenga cuatro veces más probabilidades de morir de cáncer que alguien con una dieta baja en proteínas.

Esto es un riesgo de mortalidad por cáncer comparable al que corre una persona que fuma.

«Existe la noción equivocada de que, porque todos comemos, es fácil y simple entender la nutrición», señaló el autor principal del estudio, Valter Longo, profesor de la Escuela de Gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California.

El consumo excesivo de proteína no sólo aparece vinculado a un incremento sustancial en la mortalidad por cáncer sino que las personas de edad mediana que comen mucha proteína de origen animal, incluidas carnes, leche y queso, son más susceptibles a una muerte temprana en general, según esta investigación.

De hecho los amantes de la dieta con alto contenido de proteínas fueron un 74 % más propensos a morir dentro del período del estudio que sus pares que consumían menos proteínas. También fueron varias veces más propensos a morir como consecuencia de la diabetes.

El asunto de cuánta proteína debe incluirse en una dieta saludable ha sido controvertido por mucho tiempo, agitado ocasionalmente por la popularidad de las dietas con alto contenido proteínico como las de las marcas Paleo y Atkins.

El estudio de la USC encontró que la adultez no es una fase monolítica de la vida ya que la biología cambia a medida que las personas envejecen.

La proteína controla la hormona del crecimiento IGF-I que ayuda en la etapa de crecimiento del cuerpo pero se ha vinculado con la susceptibilidad al cáncer. Los niveles de IGF-I caen sustancialmente después de los 65 años de edad y eso contribuye a un debilitamiento y pérdida de músculo.

El estudio llevó a la conclusión de que, si bien la ingesta elevada de proteínas puede ser dañina en la edad media, una dieta con niveles moderados o altos de proteína después de los 65 años de edad puede hacer que las personas sean menos susceptibles a las enfermedades.

Un aspecto importante del estudio es que los investigadores determinaron que las proteínas procedentes de plantas, tales como los frijoles, no parecen tener los mismos efectos sobre la mortalidad que tienen las proteínas de origen animal.

«La mayoría de la gente en Estados Unidos come casi el doble de las proteínas que deberían ingerir y quizá el mejor cambio sería bajar la ingesta diaria de todas las proteínas pero especialmente las de origen animal», señaló Longo.

Las conclusiones de este estudio sustentan las recomendaciones de varias agencias de salud según las cuales un consumo saludable es de unos 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal cada día en la edad mediana.

Por ejemplo, una persona que pesa 59 kilogramos debería consumir cada día entre 45 y 50 gramos de proteína por día con una preferencia por las proteínas de origen vegetal, como las legumbres.

Los investigadores califican como dieta con alto contenido de proteínas una en la cual al menos el 20 % de las calorías provienen de proteínas, incluidas las proteínas de origen vegetal o animal.

Una dieta moderada incluye del 10 al 19 % de calorías provenientes de proteína, y una dieta baja es la que incluye menos del 10 % de proteína.
marzo 4/2014 (EFE).-

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Morgan E. Levine, Jorge A. Suarez, Sebastian Brandhorst, Priya Balasubramanian, Chia-Wei Cheng, Valter D. Longo.Low Protein Intake Is Associated with a Major Reduction in IGF-1, Cancer, and Overall Mortality in the 65 and Younger but Not Older Population. Cell Metabolism, Volume 19, Issue 3, 407-417, 4 Mar 2014

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Investigadores han estudiado en los últimos años el efecto de una proteína denominada conexina 43, que consigue frenar la proliferación del glioma, el tumor cerebral más frecuente, gracias a que hace disminuir el oncogén c-Src en células madre de glioma.

La conexina 43 es fundamental para que los astrocitos se comuniquen entre sí, pero se ha comprobado que cuando hay un tumor cerebral, dejan de trabajar de manera cooperativa debido a la desaparición de la proteína y, por lo tanto, de su forma de comunicación.

Los investigadores descubrieron que la conexina 43 interactuaba con la proteína c-Src, que tiene unas funciones muy importantes en la proliferación de las células, ya que se trata de un oncogén, es decir, ayuda a convertir una célula normal en tumoral. De alguna forma, la conexina 43 consigue modular la proliferación de las células tumorales y ahora se ha hallado que sólo una pequeña parte interactúa con c-Src, y ello parece ser suficiente para disminuir la proliferación celular y, por tanto, el tumor.

Sin embargo, es inviable aplicar la proteína completa como herramienta terapéutica, así que los investigadores han logrado diseñar un péptido, es decir, una molécula formada por varios aminoácidos, que reproduce el efecto de la proteína, haciendo disminuir a c-Src y, a su vez, la proliferación de células tumorales.
febrero 17/2014 (Neurologia.com)

Gangoso E, Thirant C, Chneiweiss H, Medina JM, Tabernero A.A cell-penetrating peptide based on the interaction between c-Src and connexin43 reverses glioma stem cell phenotype.Cell Death and Disease 5, e1023;23 Ene 2014, doi:10.1038/cddis.2013.560

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