memoria

Nuestro cerebro acumula información durante el día pero, ¿cómo la registra en nuestra memoria? ¿Qué hace que esta memoria perdure en el tiempo? Uno de los mecanismos principales es la consolidación de la memoria. De todo lo que vemos o aprendemos durante el día, el cerebro filtra qué olvidaremos y qué recordaremos.

Según la literatura científica, el momento óptimo para esta consolidación es mientras dormimos. Y se produce gracias a la reactivación de la información.

Ahora, investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), de la Universidad de Barcelona y del Hospital de Bellvitge, todos en España, han demostrado por primera vez en humanos el papel clave del hipocampo –estructura cerebral relacionada con la memoria– en los procesos de reactivación y consolidación de la memoria.

El estudio se ha realizado en pacientes de un tipo de epilepsia que se caracteriza por una atrofia y alteración de las neuronas del hipocampo. Esta alteración puede ser en uno de los dos hipocampos (epilepsia unilateral) o en ambos (bilateral).

Así, mientras los pacientes estaban ingresados antes de ser operados se les realizó una prueba para ver si la reactivación durante el sueño de la información recibida durante el día producía beneficios en la consolidación de la memoria.

«Antes de ir a dormir se les presentaba una serie de parejas de sonidos e imágenes (por ejemplo, un aplauso correspondía a la imagen de una mesa), y se les pedía que se aprendieran las parejas asociadas. Durante la noche, en una fase profunda del sueño, se les repetía la mitad de los sonidos aprendidos y a primera hora de la mañana se les preguntaba por las asociaciones», explica Luis Fuentemilla, coordinador del estudio.

En el grupo control –sin daños en el hipocampo– y en los pacientes con epilepsia unilateral –con solo uno de los hipocampos dañados– se observó que recordaban mejor las asociaciones que se habían reactivado durante la noche. En cambio, en los pacientes que tenían los dos hipocampos dañados no tenían ningún beneficio.

«Esta es la prueba que demuestra el papel clave que juega el hipocampo en el reactivación y consolidación de la memoria», subraya Fuentemilla. Para los autores, este descubrimiento podría servir para experimentar con terapias que incluyan la reactivación de la memoria durante el sueño en pacientes con lesiones cerebrales, pero también podría abrir una nueva línea de investigación sobre cuáles son los mecanismos neuronales que sirven para fijar lo que aprendemos.
septiembre 19/2013 (noticiasdelaciencia.com)

Fuentemilla L, Miró J, Ripollés P, Vilà-Balló A, Juncadella M, Castañer S.Hippocampus-Dependent Strengthening of Targeted Memories via Reactivation during Sleep in Humans.Curr Biol. 2013 Sep 23;23(18):1769-2013 Sep 5.doi: 10.1016/j.cub.2013.07.006.

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La dieta que contiene los ácidos grasos presentes en el pescado, el pollo y las ensaladas y evita las grasas saturadas de la carne y los lácteos puede beneficiar la conservación de la memoria y el pensamiento, según un artículo que publica la revista Neurology (doi: 10.1212/WNL.0b013e3182904f69).

«Dado que no existen tratamientos definidos para la mayoría de las enfermedades relacionadas con la demencia, las actividades modificables como la dieta, que puedan demorar el inicio de los síntomas de demencia, son muy importantes», dijo el neurólogo Georgios Tsivoulis, de la Universidad de Alabama, en Birmmingham (EE.UU.).

Los datos provienen del estudio «Razones para las diferencias geográficas y raciales en los episodios cardiovasculares».

La investigación enroló a 30 239 personas mayores de 45 años de edad entre enero de 2003 y octubre de 2007 y mantiene el seguimiento de los individuos para registrar los cambios en su salud.

Para este estudio, el más grande que se haya hecho hasta ahora de la llamada «dieta mediterránea», se revisó la información dietética de 17 478 negros y blancos con una edad promedio de 64 años, para determinar el grado en que mantenían una dieta de tal tipo.

A los sujetos del estudio también se les sometió a pruebas que miden la memoria y las capacidades de pensamiento a lo largo de un período promedio de cuatro años El 17 % de los participantes tenía diabetes.

La investigación encontró que entre los participantes sanos, los que seguían más de cerca la dieta mediterránea eran un 19 % menos propensos a desarrollar problemas con la capacidad de pensamiento y memoria.

No se encontró una diferencia significativa en el deterioro entre negros y blancos. Pero la dieta mediterránea no apareció asociada con un riesgo menor de problemas de pensamiento y memoria en las personas con diabetes.

«La dieta es una actividad importante que podemos modificar y que puede ayudar en la preservación del funcionamiento cognitivo en la edad avanzada», dijo Tsivgoulis, cuyo estudio contó con el respaldo del Instituto Nacional de Infarto y Trastornos Neurológicos, uno de los Institutos Nacionales de Salud.

«La dieta, sin embargo, es sólo una de varias actividades importantes en el estilo de vida que pueden desempeñar un papel en el funcionamiento mental en la edad avanzada», añadió. «El ejercicio, el evitar la obesidad, no fumar y tomar los medicamentos para condiciones como la diabetes y la hipertensión también son importantes».
abril 29/2013 (EFE).-

» Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Tsivgoulis G, Judd S, Letter AJ, Alexandrov AV, Howard G, Nahab F. Adherence to a Mediterranean diet and risk of incident cognitive impairment. Neurology. 2013 Apr 30;80(18):1684-1692.

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Una nueva investigación de la Clínica Mayo (Estados Unidos) sugiere que la sangre puede tener indicios de si las mujeres posmenopáusicas corren riesgo de sufrir problemas de memoria y accidente cerebrovascular.
En concreto, se trata de la tendencia de coagulación de la sangre la que puede contribuir a las áreas de daño cerebral llamadas hiperintensidades de la materia blanca, según el estudio publicado en la revista Neurology (doi: 10.1212/WNL.0b013e3182840c9f).
El estudio involucró a 95 mujeres con una edad media de 53 años, que recientemente habían pasado por la menopausia y de las que se tomaron imágenes por resonancia magnética (IRM) al inicio del estudio. Después, recibieron un placebo, la terapia hormonal oral o el parche hormonal en la piel y se les hicieron imágenes de resonancia magnética periódicamente durante los siguientes cuatro años.
Durante la investigación, las mujeres con niveles más altos de microvesículas trombogénicas, las plaquetas más propensas a causar que la sangre se coagule, tenían más tendencia a mayores aumentos en la cantidad de hiperintensidades de la sustancia blanca (que se muestra
como concentradas áreas blancas en una imagen de resonancia magnética), lo que puede conducir a la pérdida de memoria.
«Este estudio sugiere que la tendencia de la sangre a coagularse puede contribuir a una cascada de eventos que conducen al desarrollo de daño cerebral en mujeres que recientemente han pasado por la menopausia», explica el autor de la investigación, Kejal Kantarci, MD, de la Clínica Mayo. A su juicio, una forma de detener la progresión de estas hiperintensidades de la materia blanca sería impedir que las plaquetas desarrollen estas microvesículas.
Todas las mujeres tenían hiperintensidades de la materia blanca en el inicio del estudio. La cantidad aumentó en un volumen medio de 63 milímetros cúbicos a los 18 meses; 122 milímetros cúbicos, a los tres años, y 155 milímetros cúbicos en cuatro años.
febrero 18/2013 (Diario Salud) Raz L, Jayachandran M, Tosakulwong N, Lesnick TG, Wille SM, Kantarci K.Thrombogenic microvesicles and white matter hyperintensities in postmenopausal women.Neurology. 2013 Feb 13

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La estimulación externa durante el sueño puede ayudar a fortalecer la memoria, lo que a su vez puede ayudar a aprender, informa un estudio reciente.
Investigadores de la Universidad de Northwestern anotaron que esa estimulación podría reforzar lo que las personas ya han aprendido, pero no les ayuda a adquirir nuevas habilidades.
«La diferencia crítica es que nuestra investigación muestra que la memoria se fortalece respecto a algo que ya se ha aprendido», aseguró en un comunicado de prensa de la Northwestern el coautor del estudio Paul Reber, profesor asociado de psicología de la universidad. «En lugar de aprender algo nuevo durante el sueño, nos referimos a reforzar una memoria existente al reactivar la información recién adquirida».
Al llevar a cabo el estudio, los investigadores enseñaron a los participantes a tocar dos piezas de música al presionar ciertas teclas en ciertos momentos. Tras aprender a tocar las piezas artificialmente generadas, los participantes tomaron una siesta de 90 minutos. Mientras dormían, se reprodujo solo una de las canciones. Las suaves pistas musicales, anotaron los investigadores, se reprodujeron durante el sueño de ondas lentas, una etapa del sueño relacionada con el almacenamiento de las memorias.
Mientras los participantes dormían, los investigadores registraron su actividad eléctrica cerebral mediante electroencefalografía. Tras despertarse, los participantes cometieron menos errores al tocar la pieza que se reprodujo mientras dormían, en comparación con la que no se reprodujo.
«Nuestros resultados amplían investigaciones anteriores al mostrar que la estimulación externa durante el sueño puede influir sobre una habilidad compleja», apuntó en el comunicado de prensa el autor principal del estudio Ken Paller, profesor de psicología del Colegio de Artes y Ciencias Weinberg de la Northwestern.
«También hallamos que las señales electrofisiológicas durante el sueño se correlacionaban con el grado en que mejoró la memoria», añadió el autor líder James Antony, del Programa Interdepartamental de Neurociencias de la Northwestern. «Entonces, estas señales podrían estar midiendo los eventos cerebrales que producen la mejora de la memoria durante el sueño».
Los investigadores señalaron que investigan cómo sus hallazgos podrían posiblemente aplicarse a otros tipos de aprendizaje, por ejemplo al estudio de un idioma extranjero. Anotaron que su investigación podría también llevar a más estudios sobre el procesamiento de la memoria basado en el sueño con otros tipos de habilidades, hábitos y conductas.
El estudio aparece en la revista Nature Neuroscience.
junio 25/2012 (Medlineplus)

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Un estudio internacional, desarrollado en la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai de Nueva York con la participación de científicos españoles, demostró en cobayas que la proteína IGF-II resulta clave en los procesos de consolidación de la memoria y en la prevención del olvido.
Una de las responsables de esta investigación publicada en la revista Nature, Ana García-Osta, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, España, explicó que hasta ahora se desconocía la relación directa entre esta proteína y los procesos de la memoria. De lo que sí se tenía conocimiento era de su existencia y de que, pese a sus bajos niveles de concentración en el hipocampo cerebral, podría tener un papel en la supervivencia neuronal, agregó.
Los ratones a los que se les bloqueó la expresión del gen que codifica la proteína IGF-II (factor de crecimiento con estructura similar a la insulina tipo II) no pudieron almacenar nuevos recuerdos, mientras que aquellos a los que se suministró la molécula no olvidaron lo aprendido.
Los expertos comprobaron que resulta trascendental el momento en el que se suministra la proteína, pues debe coincidir con la fase en la que se producen los mecanismos moleculares relacionados con la fijación de los recuerdos. La incorporación de la molécula en el hipocampo tiene que producirse en un plazo de tiempo próximo al periodo de aprendizaje.
Otra de las conclusiones es que los roedores siguen recordando los nuevos conocimientos adquiridos hasta tres semanas después de que se les haya suministrado la citada proteína, algo que no se observa en los animales que reciben un placebo.
La investigadora española recordó que son varias las proteínas asociadas a la memoria y funcionan a modo de cascada a la hora de desencadenar los procesos necesarios para que una memoria a corto plazo se consolide; el IGF-II es una de las identificadas hasta el momento. Tras los prometedores resultados, esta molécula se perfila como «diana» para nuevas terapias que mejoren la función cognitiva. Los expertos investigan con animales que sufren alzhéimer por si la administración de esta proteína redujera la demencia, concluyó.
Madrid, enero 26/2011 (EFE)

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