genética

Científicos hallaron una mutación genética que se produce en un tipo común de cáncer de pulmón habitual en los fumadores, lo que brindaría un blanco para el desarrollo de nuevos fármacos contra estos tumores frecuentemente mortales. En un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine, un equipo de investigadores dirigido por alemanes indicó que un gen conocido como FGFR1 era «un nuevo sospechoso» del cáncer de pulmón de células escamosas.
Los autores señalaron además que sus hallazgos conducirían al desarrollo de medicamentos para pacientes cuyas opciones terapéuticas actualmente son limitadas.
«Hasta ahora, las noticias para los pacientes con estos cánceres no han sido buenas», dijo Nicholas Turner, del Instituto de Investigación del Cáncer en Londres, que escribió un comentario en la misma revista. El experto añadió, que no obstante, este estudio brinda «el primer hilo de esperanza».
El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por tumores en todo el mundo, con 1,3 millones de decesos anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La amplia mayoría de los casos son provocados por el hábito de fumar.
El cáncer de pulmón de células no pequeñas representa alrededor del 80% de los casos y se divide en dos grandes grupos: los adenocarcinomas y los carcinomas escamosos.
El cáncer de pulmón de células escamosas suele responder mal tanto a la quimioterapia como a la radioterapia y no existen aún fármacos puntuales para su tratamiento.
Los investigadores, dirigidos por Roman Thomas del Instituto de Investigación Neurológica Max Planck en Alemania, crearon perfiles genéticos de una larga serie de células de cáncer de pulmón y hallaron que las muestras del cáncer de pulmón de células escamosas contenían más copias del gen FGFR1 que otros tipos de canceres.
«Testeamos una enorme cohorte de pacientes con cáncer de pulmón de todos los tipos y vimos específicamente este subtipo en los pacientes del grupo de cáncer pulmonar de células escamosas», indicó Thomas en una entrevista telefónica.
El autor dijo que más del 20% de las muestras de cáncer de pulmón de células escamosas mostraron copias del gen FGFR1.
Thomas manifestó que los hallazgos sugieren que los fármacos conocidos como inhibidores del FGFR, diseñados para bloquear la función de este gen, podrían ser útiles contra este tipo de cáncer de pulmón de células escamosas.
Varios laboratorios, incluidos Novartis y AstraZeneca, están desarrollando inhibidores del FGFR y cuentan con medicinas experimentales en estadio inicial de investigación para tratar otros tipos de cánceres, como el de mama y el mieloma. Londres, diciembre 19/2010 (Reuters)

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Los mecanismos que provocan la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad que mata las neuronas relacionadas con el movimiento y condena a las personas a la parálisis y a la muerte, podrían explicarse con el descubrimiento de un gen en el cromosoma 9, según estudio de un equipo ítalo-norteamericano.
Adriano Chio, del Centro de Esclerosis Lateral Amiotrófica del departamento de Neurociencia de la Universidad de Turín y del Hospital Molinette en Italia, uno de los autores del estudio, el gen VPC produce una proteína que actúa en el sistema de eliminación de los residuos celulares.
No es casual que en la ELA, afección conocida como enfermedad de Lou Gehrig; nombre de un jugador de béisbol que la padeció, las neuronas mueran envenenadas por la acumulación de sustancias tóxicas.
El estudio, sobre el ADN de familias italianas y estadounidenses con miembros que sufren de ELA, fue financiado, por otras entidades científicas dedicadas a la Neurogenética y por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa incurable caracterizada por la muerte de las neuronas motoras del cerebro y de la médula espinal. Lleva a la parálisis y a la muerte por bloqueo respiratorio después de algunas años de efectuado el diagnóstico.
En Italia, explicó Chio a ANSA, hay unos 5000 enfermos; la enfermedad habitualmente aparece de los 60 a 70 años y, gracias a los investigadores italianos, se ha demostrado que los jugadores de fútbol tienen seis veces más de riesgo de enfermarse precozmente, alrededor de los 40 años. Por este motivo, la FIGC decidió contribuir al estudio realizado entre Italia y Estados Unidos para comprender qué hay «detrás» de la enfermedad.
Inicialmente los especialistas analizaron por primera vez todo el ADN «codificante», es decir, el ADN que da instrucciones para producir las proteínas -llamadas exoma- de distintas familias italianas y norteamericanas con miembros enfermos de ELA
De este análisis sin precedentes, publicado en la revista Neuron, en tres enfermos de una familia italiana fue aislada una mutación del gen VPC. La misma situación se reprodujo luego en familias estadounidenses.
«El gen VPC no es el primero descubierto en la ELA hereditaria. Se conocen los genes FOS, SOD1, TDP-43, pero hasta ahora ninguno de ellos nos había permitido pensar un posible mecanismo molecular que causa la ELA», explicó Chio.
En cambio el VPC sugiere un mecanismo: la proteína está ligada al sistema de eliminación de residuos celulares y si no funcionan estos residuos se acumulan. Es decir, precisó Chio, se une estrechamente al rol del gen TDP-43 que, no por casualidad, se acumula de modo aberrante en las neuronas enfermas de ELA.
«En consecuencia el haber descubierto la incidencia del VPC, se revela como uno de los mecanismos que lleva al daño de las neuronas en la ELA», declaró Chio. Pero el trabajo no se detiene aquí, agregó.
El gen VPC en efecto explica alrededor del 2% de los casos. Hay otras formas familiares de ELA que afectan a otros genes y que el equipo ítalo-norteamericano seguirá buscando. Paralelamente se tratará de detectar sustancias que actúan sobre el gen VPC para recuperar la eliminación de residuos celulares.
Este hallazgo, incluso a distancia, puede permitir el acceso a tratamientos. En Estados Unidos, por ejemplo, están en práctica estudios piloto con algunos enfermos para experimentar un posible tratamiento para los casos de ELA que dependen del gen SOD1″, concluyó Chio.
Roma, diciembre 10/2010 (ANSA)

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Las mutaciones en la localización del gen LMO1 se asocian en gran medida con la susceptibilidad al desarrollo de neuroblastoma, lo que podrían influir en la posibilidad de futuras alteraciones que pueden conducir a la progresión maligna, según un estudio del Hospital Infantil de Filadelfia, Estados Unidos, que se publica en la edición digital de la revista Nature.
El neuroblastoma es un cáncer asociado al sistema nervioso simpático que da lugar al 10% de la tasa de mortalidad por cáncer pediátrico. El gen LMO1 se expresa principalmente en el sistema nervioso y, junto con otros miembros de esta familia genética, se encuentra muy implicado en las causas del cáncer humano.
Los científicos, dirigidos por John Maris, utilizaron un método genómico integral para mostrar que mutaciones genéticas comunes asociadas con la predisposición al neuroblastoma podrían también marcar regiones del genoma proclives a las alteraciones somáticas y que pueden influir en la progresión tumoral.
Los autores sugieren que en los cánceres infantiles, como el neuroblastoma, el poder real de los estudios de asociación amplia del genoma podría estar en la identificación de las dianas terapéuticas y los marcadores biológicos de la agresividad de la enfermedad.
Madrid, diciembre 2/2010 (Europa Press)

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Científicos de la Universidad de Santiago de Compostela y la Unidad de Investigación del Hospital del Jove de Gijón en Asturias, España, descubrieron que el factor de transcripción Pit-1 (FTP-1) en los tumores de mama puede servir para determinar el pronóstico de estas pacientes, al tiempo que ayuda a predecir el riesgo de metástasis, según los resultados de una investigación publicados en la The Journal of Clinical Investigation.
Los expertos analizaron las líneas celulares tumorales de ratones inmunodeficientes y observaron que los niveles elevados del FTP-1 en las mama son pro-tumorogénicos, ya que favorecen la proliferación celular y disminuye la apoptosis o muerte celular. Esto induce una mayor expansión y el desarrollo de metástasis en los pulmones.
El hallazgo se corroboró al analizar muestras de carcinomas mamarios humanos, en las cuales se encontró una asociación significativa entre una mayor expresión del FTP-1 y la aparición de metástasis.
Dicho marcador genético se había descrito originariamente en la hipófisis, donde juega un papel clave en la diferenciación celular y en la regulación de la hormona hipofisaria, como la del crecimiento y prolactina. De hecho, la ausencia del FTP-1 en la hipófisis provoca, por ejemplo, el enanismo.
Según los resultados, la determinación de FTP-1 en biopsias de tumores de mama podría ser utilizada como un factor de pronóstico en pacientes con la afección, específicamente en el caso del carcinoma ductal infiltrante, el más frecuente de estos tumores.
Del mismo modo, niveles elevados de FTP-1 podrían indicar un mal pronóstico en pacientes con ganglios positivos, por lo que estas pacientes «serían susceptibles de un tratamiento más agresivo y un seguimiento más estrecho». Por el contrario, en las pacientes con niveles de expresión de FTP-1 bajos, su pronóstico sería más favorable, y podrían evitarse conductas terapéuticas más agresivas.
Los autores, que forman parte del Comité Científico de la Fundación para la Investigación con Células Madres Uterinas (FICEMU) consideran que esta proteína se puede convertir en una diana terapéutica en estos tumores.
Estudios previos realizados por el equipo demostraron que la vitamina D inhibe el FTP-1, lo que podría sugerir posibles tratamientos con la vitamina o análogos de la misma en pacientes con tumores (menos en los tipo hipercalcémicos) que tengan una sobreexpresión del FTP-1.
Madrid, noviembre 11/2010 (Europa Press)

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Un grupo de científicos halló tres nuevas variaciones genéticas ligadas al desarrollo del linfoma de Hodgkin, uno de los tipos de cáncer más comunes entre los adultos jóvenes, descubrimiento que ayudaría en el avance de mejores tratamientos.
Alrededor de un 25% de los casos con linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer originado en las células de la sangre llamadas linfocitos, se originaría por una infección del virus Epstein-Barr (EBV), pero la enfermedad también puede desarrollarse en pacientes que nunca han tenido exposición a ese virus.
Los científicos creían que los factores genéticos podrían estar involucrados, ya que los antecedentes familiares de la enfermedad aumentan el riesgo, pero hasta ahora no habían podido identificar algún factor específico de riesgo genético.
En un estudio publicado en la revista Nature Genetics, un equipo de científicos encontró tres nuevas variaciones en el código de ADN que aumentan los riesgos de desarrollar el linfoma de Hodgkin. Según la investigación, dos de las variaciones son más comunes en personas que no están expuestas al EBV.
El EBV es un tipo de herpes muy infeccioso que puede causar una serie de enfermedades que van desde leves síntomas de resfriado hasta «fiebre glandular» y otros trastornos potencialmente autoinmunes.
«Muchos casos del linfoma de Hodgkin están ligados al virus Epstein-Barr, pero hemos encontrado las primeras evidencias de los genes que podrían participar en el desarrollo de este cáncer en personas sin exposición al virus», dijo el profesor Richard Houlston, del Instituto de Investigación del Cáncer, encargado del estudio. «Entender los generadores biológicos del linfoma de Hodgkin es crucial ya que abre la puerta para crear nuevas terapias enfocadas en la enfermedad», agregó.
Los últimos datos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer muestran que al menos a 68 000 personas en el mundo fueron diagnosticadas con linfoma de Hodgkin en el 2008. La tasa de mortalidad global de este tipo de cáncer es de 21 700 personas anuales.
Londres, octubre 31/2010 (Reuters)

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Científicos hallaron más de treinta nuevas variaciones genéticas relacionadas con la obesidad y la acumulación de grasa, en una investigación que aseguran que podría ayudar a explicar por qué ciertas personas tienen tanto sobrepeso y por qué algunas tienen forma de «manzana y otras de pera». Un equipo de más de 400 científicos de 280 centros de investigación señaló que sus hallazgos brindan más idea de los procesos biológicos que pueden causar la obesidad, lo que en el futuro ayudarían a desarrollar nuevas formas de tratar o prevenir la enfermedad. Ampliar…

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Un grupo de científicos halló cómo una sola variación en el código genético de una persona puede conducir al desarrollo de cáncer de vejiga y señaló que su trabajo debería ayudar a crear nuevos fármacos para combatir la enfermedad.
Un estudio internacional dirigido por investigadores del Instituto de Investigación del Cáncer de Gran Bretaña (ICR) reveló que si las personas presentan cambios en una sola letra del código de ADN en el rs16888589 producían más proteína a través de un gen llamado EIFH3.
El equipo también mostró que tener niveles elevados de proteína EIFH3 conduce al desarrollo del cáncer de vejiga, una enfermedad que provoca la muerte de alrededor de medio millón de personas cada año y que es la segunda causa más común de muerte por tumores en el mundo.
«Es interesante que incluso un solo cambio en la secuencia de ADN pueda alterar cuánta proteína se produce y aumente el riesgo de esta enfermedad. Hallar proteínas involucradas en el desarrollo del cáncer es crucial, dado que son blancos posibles para nuevos medicamentos», dijo Richard Houlston, del ICR.
«Sabemos por otros cánceres que demasiada proteína EIFH3 conduce a un incremento en la proliferación, crecimiento y supervivencia celular, pero esta es la primera confirmación de que está involucrado en el desarrollo del cáncer de vejiga», añadió el autor del estudio, publicado en PLoS Genetics.
Investigaciones previas identificaron 14 variaciones de ADN que aumentaban el riesgo de cáncer de vejiga entre 1,5 y 2 veces.
Esas mutaciones, llamadas polimorfismos de nucleótidos (SNP), son cambios de una sola letra en el código de ADN, la secuencia de letras que representa la huella genética de cada persona.
El equipo de Houlston quería ver cuál de esas variaciones no solo estaban asociadas al cáncer de vejiga, sino que lo causaban. Los científicos dijeron que creían que habría varias mutaciones causantes de la enfermedad entre las 14 opciones.
En la investigación, los expertos controlaron a 2000 pacientes con cáncer de vejiga y a 2000 personas sin la enfermedad y hallaron cuatro SNP que se destacaron. Todos se encontraban cerca de un gen llamado EIFH3, y más estudios mostraron cómo uno de ellos, el rs16888589, causaba un cambio en la cantidad de proteína producida por el EIFH3.
«Este estudio es otro paso importante hacia la comprensión de las fallas genéticas que colocan a algunas personas en mayor riesgo de sufrir cáncer de vejiga y también nos da pistas sobre cómo se desarrolla la enfermedad», dijo Lesley Walker, director de información científica de la entidad benéfica Cancer Research UK, que financió parcialmente la investigación.
«Estudios como este abren posibilidades de desarrollar nuevos tratamientos que apunten a los cánceres (que se caracterizan por) fallas genéticas específicas», agregó Walker.
Londres, octubre 10/2010 (Reuters)

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