Un grupo de investigadores españoles, liderado por Miguel Calero, del Instituto de Salud Carlos III, trata de averiguar si una biopsia de piel puede convertirse en una herramienta de diagnóstico precoz del alzheimer, una enfermedad que en España afecta a 430 000 personas.
Esta es una de las líneas de investigación que se llevan a cabo en la Fundación CIEN (Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas) y que se presentará en el VII Simposio Internacional «Avances en la Enfermedad de Alzheimer», que se celebrará el 21 de septiembre, coincidiendo con el día mundial de esta dolencia.
El objetivo principal del proyecto de Calero, financiado en parte por la Fundación Reina Sofía, es analizar las alteraciones moleculares periféricas -distintas a las manifestadas en el cerebro- asociadas al alzheimer mediante biopsias de piel en pacientes y personas sanas.
En este sentido, Calero explicó que la enfermedad de Alzheimer es una dolencia del sistema nervioso central y recordó que es complicado acceder al cerebro, de ahí esta investigación en curso.
Las células cutáneas comparten la misma dotación genética y están sometidas a los mismos factores bioquímicos que las del sistema nervioso central, pudiendo padecer alteraciones comunes, según concretó.
Los cambios moleculares asociados a esta dolencia que experimenten las células cutáneas podrían servir como biomarcadores de la enfermedad, incluso en etapas iniciales, y como elementos para evaluar su evolución y la respuesta del paciente a las diferentes terapias.
De confirmarse, la biopsia se convertiría en una herramienta diagnóstica mínimamente invasiva, sencilla y económica.
Calero señaló que el proyecto, que comenzó en octubre del 2008, está en fase exploratoria y aún son necesarios estudios más amplios para confirmarlo, si bien dijo ser optimista.
El progresivo envejecimiento de la población en las sociedades occidentales, «especialmente significativo» en España, hace que las previsiones de los expertos apunten a que el número de casos diagnosticados de alzheimer en el mundo aumente en torno al 75% en los próximos 25 años si esta tendencia se mantiene.
De ser así, según los expertos, se situaría como la enfermedad del siglo XXI y uno de los principales retos biomédicos.
Avanzar en el conocimiento de esta enfermedad podría, además, ser la clave para reducir el gasto social y sanitario, ha indicado Pablo Martínez, coordinador de la jornada del 21 de septiembre y que será presidida por la Reina.
En España, en el 2010, los gastos relacionados con demencias -610 000 personas padecen en España algún tipo de demencia- ascienden aproximadamente a 14 000 millones de euros anuales (unos 17 920 millones de dólares).
Las asociaciones de afectados estiman que son necesarios 30 000 euros al año (38 400 dólares) para mantener bien a un enfermo de alzheimer.
En este sentido, la colaboración público-privada y el esfuerzo en investigación y desarrollo resultan claves, de ahí que una posible reducción en los presupuestos estatales en investigación podría poner en «peligro» todos los proyectos de la Fundación CIEN, según el doctor Martínez.
Emilio Marmaneu, de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares y Enfermos de alzheimer, insistió en la importancia del diagnóstico precoz y en realizar un «screening» (búsqueda sistematizada de casos en una población), como en el cáncer de mama o próstata, lo que, según los expertos, es aún «irrealizable».
Abogó, además, por un plan nacional de la enfermedad de Alzheimer, lo que se está negociando con los grupos parlamentarios. Madrid, septiembre 16/2010 (EFE)