cáncer

Una investigación liderada por el CSIC revela que las células que se desplazan de forma ameboide son más invasivas que las que lo hacen de modo elongada.
Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto el mecanismo que regula el tipo de movimiento de las células tumorales. Este proceso está mediado por la proteína RasGRF y su ausencia provoca que las células aumenten su capacidad invasiva.
El estudio, publicado en nature Cell Biology, revela que la acción de esta biomolécula convierte el movimiento elongado de dichas células en movimiento ameboide. Este cambio «les confiere mayor capacidad de invasión y metástasis», asegura el investigador del CSIC en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria responsable del trabajo, Piero Crespo.
Aunque los motivos por los que una célula cambia su forma de desplazarse no se conocen todavía, el equipo de Crespo ha descubierto que altos niveles de RasGRF inhiben las funciones de la enzima Cdc42, lo que mantiene el movimiento elongado de las células. Por el contrario, cuando la proteína no está presente, Cdc42 se hiperactiva y dicha actividad provoca la transformación del movimiento elongado en ameboide.
El movimiento elongado se basa en una morfología celular alargada, en el que la célula emite prolongaciones de su propia estructura. Por su parte, en el movimiento ameboide, la célula mantiene su estructura circular y se desplaza de forma similar a como «lo hacen las cadenas de un tanque», explica Crespo.
Según el investigador, «este movimiento es más rápido que el elongado y más eficaz a la hora de desplazarse por el medio en el que se desenvuelven las células, ya que les confiere una mayor capacidad para sortear obstáculos, como macromoléculas y estrecheces que pueden presentarse en el espacio extracelular».
Las células tumorales presentan ambos tipos de movimiento. El investigador del CSIC señala que «trabajos previos habían demostrado que aquellos con mayor cantidad de células con desplazamiento ameboide son los más agresivos». También se había observado que la proteína RasGRF está ausente en los tumores más virulentos. Ambos hechos han guiado al equipo de Crespo para descubrir que es esta misma proteína la que modula el cambio de movimiento.
El hallazgo, en el que han colaborado investigadores del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres (Reino Unido), revela el mecanismo molecular por el que se regula la capacidad invasiva de «un tumor tan agresivo y tan difícil de tratar como el melanoma», comenta el investigador del CSIC, y concluye: «Gracias a ello, en el futuro sabremos dónde apuntar en la búsqueda de nuevas dianas moleculares para tratar este tipo de tumores». Junio 20/2011 (JANO)

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Los diabéticos tienen un 10% mayor de probabilidades de desarrollar cáncer, según revela una investigación estadounidense publicada en diabets Care. En concreto, los varones diabéticos tienen más riesgo de desarrollar tumores de colón, páncreas, recto, vejiga, riñón o próstata; mientras que las mujeres son más propensas a desarrollar cáncer de mama, útero y leucemia. De hecho, los autores observaron que el cáncer de páncreas en diabéticos está presente en 16 de cada 10 000 casos, mientras que en pacientes no diabéticos no supera los 2 casos por cada 10 000 personas. Por su parte, la leucemia en mujeres triplica su frecuencia en las que presentan también diabetes, ya que su prevalencia es de 3 casos por cada 1000 mujeres, frente a 1 por cada 1000 en las no diabéticas. «La significativa asociación entre cáncer y diabetes no nos sorprende», asegura el epidemiólogo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, Chaoyang Li. Estudios anteriores también habían sugerido la posibilidad de esta asociación, aunque no de forma tan concreta. «Se necesita más investigación porque se desconoce el mecanismo que subyace a esta relación», reconoce el Dr. Li.
Mayo 16, 2011 (JANO)

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La elevada variabilidad de los tumores raros entraña grandes dificultades diagnósticas y terapéuticas. No obstante, en los últimos años, y según los expertos, se han producido importantes cambios en ciertos tipos tumorales que están permitiendo avanzar en sus perfiles moleculares, así como en el arsenal terapéutico. Los tumores raros suponen el 20% de todos los procesos neoplásicos sólidos. Entre la comunidad científica se les considera como el «cuarto tumor de mayor volumen» porque, después de los cánceres más frecuentes como el de mama, colon o pulmón, constituyen una especie de «cajón de sastre» en el que pueden encontrarse tumores del sistema endocrino, los de tiroides refractarios, neuroendocrinos de origen pancreático, neuroendocrinos extrapancreáticos, timomas, melanomas, linfomas y retinoblastomas del ojo, tumores raros de cabeza y cuello, gineocológicos, meduloblastomas y cordomas, sarcomas, leiomiosarcomas.  Su variabilidad, en cuanto a bases moleculares, presentación, localización, respuesta a fármacos y supervivencia es de una elevada variedad, lo que suele dificultar su diagnóstico y su abordaje y lo que pone de manifiesto la necesidad de que estos procesos sean abordados por equipos de referencia y de experiencia en un engranaje multidisciplinar. Sus propias características entrañan que el diagnóstico de estos tumores también sea peculiar. En algunos con los que ya se lleva trabajando hace años, como el cáncer de tiroides, la detección no es problemática. Sin embargo, en otros tipos, como los tumores neuroendocrinos, por ejemplo, «lo habitual es tener un retraso en el diagnóstico entre siete y ocho años. Por ello, en el momento del diagnóstico se acompañan de metástasis. Es muy posible que un diagnóstico precoz cambiaría la historia natural de la enfermedad», han explicado Jaume Capdevila y Enrique Grande, de los servicios de Oncología Médica de los hospitales Valle de Hebrón, en Barcelona, y Ramón y Cajal, en Madrid, respectivamente, y coordinadores científicos del I Simposio Nacional de Tumores Raros, que se ha celebrado en Madrid. Para Grande, en el manejo del cáncer, y concretamente en este tipo de tumores, debe primar el engranaje multidisciplinar: no solo el profesional que va a tratar al paciente debe estar entrenado y tener experiencia, sino también quien diagnostica la enfermedad, tanto desde el punto de vista clínico como patológico. «Tan clave es obtener un diagnóstico precoz y correcto como disponer de adecuados profesionales, médicos o quirúrgicos, para el tratamiento. Todos deben ir en la misma línea. La excelencia en los centros de referencia tiene que ir ligada en su conjunto y no en una sola especialidad porque de ello depende la orientación hacia el diagnóstico de los tumores raros». Además, como la gran mayoría de estos procesos carece de un componente hereditario o genético claro, «el diagnóstico de sospecha es aún más complejo», ha señalado Capdevila. Según los oncólogos, una de las mayores esperanzas para este grupo de tumores es avanzar en sus perfiles moleculares de forma que se consiga un mayor rendimiento en su manejo. El diagnóstico molecular tumoral orienta hacia la individualización, la selectividad y la menor toxicidad de los tratamientos. Reproduciendo el panorama de otros procesos neoplásicos, en estos tumores también se empiezan a vislumbrar datos moleculares cuyas alteraciones están en su origen. En este sentido, Capdevila ha recalcado que en caso de los tumores neuroendocrinos de origen pancreático, por ejemplo, «se han producido cambios muy interesantes, así como en el cáncer medular de tiroides, que supone el 10% del cáncer de tiroides, fundamentalmente en el desarrollo de más agentes terapéuticos». La aparición de nuevas dianas de tratamiento y el mayor conocimiento en las rutas moleculares, que comparten con otros tumores sólidos, también redundará, a juicio de Grande, en «la consecución de mayores tasas de respuestas y de supervivencia global».
Mayo 9/2011 (Diario Médico)

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El gen tumorsupresor p53, que aparece mutado en casi la mitad de todos los cánceres, no es una excepción. Frederic Rousseau, de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), y Joost Schymkowitz, de la Universidad Católica de Lovaina, también en Bélgica,  coordinaron un trabajo que demuestra que un segmento del p53 que se encuentra expuesto en las versiones mutadas del gen está desestabilizado estructuralmente. El estudio se publica en la edición más reciente de Nature Chemical Biology. Este segmento puede alimentar la agregación de la proteína e interferir con la función no solo ya del gen normal p53, sino también de otras proteínas relacionadas con él. Estos datos aportan una nueva perspectiva sobre cómo determinadas mutaciones en p53 llegan a interrumpir la actividad de otras proteínas y de esta forma influir en la progresión tumoral. Los autores concluyen también que falta por determinar si otros genes tumorsupresores pueden adquirir mutaciones similares a la identificada y si ello, añadido a la acumulación de otro tipo de lesiones genéticas, explicaría otros tumores.
Marzo 30/2011 (Diario Médico).

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El equipo del laboratorio de Investigación Traslacional en Cáncer Pediátrico del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) ha identificado la implicación de una vía de señalización -vía Notch- en la agresividad, la capacidad invasora y de metástasis de los rabdomiosarcoma, un tipo de cáncer infantil. Este descubrimiento permitirá aplicar un tratamiento para bloquear el desarrollo de metástasis, según se desprende de un estudio que publica Clinical Cancer Research. El cáncer infantil afecta a unos 900 niños cada año en España. El 8% de los tumores detectados, entre 80 y 90 anuales, son un rabdomiosarcoma. Se trata de tumores malignos que pueden aparecer en gran variedad de localizaciones (extremidades, cabeza y cuello, nariz, orejas). Según su localización y subtipo histológico y molecular serán más o menos agresivos, con más capacidad invasora, destructora o de metástasis. En los casos más favorables puede tener una tasa de curación de un 80-90%. Pero, si la enfermedad está en fase avanzada o se presenta con metástasis, el pronóstico es mucho más desfavorable.La investigación en cáncer pediátrico del VHIR tiene como objetivo buscar tratamientos altamente efectivos para el casi millar de niños a los que, anualmente en España, se les diagnostica un cáncer. La investigación traslacional en este campo ha generado grandes avances y este último hallazgo puede permitir incorporar un nuevo diseño terapéutico en la quimioterapia estándar. Conocer la vía de señalización celular responsable de la agresividad de los rabdomiosarcoma es un gran paso y permitirá identificar qué tumores tendrán más capacidad para invadir tejidos cercanos y para hacer metástasis a distancia», indica la Dra. Soledad Gallego, responsable de este estudio, «permitiendo además, aplicar un tratamiento adicional para bloquear el desarrollo de metástasis».
La vía de señalización Notch desempeña un papel clave en la proliferación celular, el crecimiento, la diferenciación y la apoptosis de las células. Esta vía tiene una especial implicación en la resistencia a la apoptosis en células tumorales y también controla el mapa de ruta que utilizarán las células para decidir migrar hacia un destino u otro. La sobreexpresión de componentes de esta vía está implicada en diversos tipos de tumores, su capacidad migratoria y por tanto, la agresividad que los caracteriza. Aunque en el cáncer infantil ha habido un notable aumento de la supervivencia durante los últimos 15 años, un 20% de los niños con cáncer no se curan. Oncólogos pediátricos e investigadores han visto como el aumento de la supervivencia de estos últimos años, gracias a nuevos tratamientos más individualizados y a una mejor definición molecular del tumor, ha mejorado de forma progresiva. Este trabajo del VHIR abre nuevas posibilidades de tratamiento, tanto para investigadores y clínicos como para padres y niños afectados. Las implicaciones terapéuticas de este hallazgo son claras y potencialmente inmediatas, pues ya existe terapia para bloquear la vía Notch.
marzo 15/2011, JANO

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Según el Instituto de Obesidad, los varones obesos son más proclives al cáncer de colon y próstata, mientras que las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama, útero u ovario. El Instituto de Obesidad quiere alertar sobre la relación existente entre el sobrepeso y el desarrollo de determinados cánceres y pone de manifiesto que, en Europa, alrededor de 125 000 casos de tumores están asociados al exceso de peso. En Estados Unidos cerca de 100 000 personas desarrollan cáncer como consecuencia de igual problema, según datos publicados recientemente por el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer. En este sentido y considerando que cerca de un 60% de los españoles presenta actualmente obesidad o sobrepeso, el Instituto de Obesidad quiere alertar de esta relación  pese a que reconoce que todavía cabe profundizar entre los mecanismos que generan dicha asociación. «Se ha comprobado que los hombres obesos son más proclives a sufrir cáncer de colon o próstata, mientras que las mujeres obesas tienden a padecer de cáncer de mama, útero u ovarios», asegura la entidad. Estos datos han llevado a numerosos profesionales a señalar que, probablemente, la obesidad pueda convertirse en la principal causa atribuible de cáncer durante la próxima década. En este sentido recuerda que, si bien estas enfermedades tienen un importante e incontrolable factor genético, «no es menos cierta la importancia en su desarrollo de factores ambientales y estilos de vida». Por ello recomienda formas de vida saludables que ayuden a mantener un peso adecuado, una dieta equilibrada y ejercicio físico diario como algunas de las claves del éxito en la prevención de tumores.
Marzo 2, 2011, Jano

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Cardiólogos internacionales revelaron que tras 20 años de observación del uso de la aspirina o ácido acetilsalicílico, se ha descubierto que reduce el riesgo de desarrollar o morir de ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal.
En entrevista, Carlo Patrono, jefe del Departamento de Farmacología en la Universidad Católica de la Escuela de Medicina La Sapienza en Roma, dijo que ese hallazgo surge de la observación y no de estudios específicos, por lo que la autoridad reguladora debe aprobarlo.
El especialista participó con la conferencia «Beneficios de la aspirina en la prevención del riesgo cardiovascular» en la quinta Reunión Internacional de Líderes en Cardiometabolismo y Hemostasis, que este sábado concluye en el balneario del noroeste mexicano. «Existen algunos hallazgos provenientes de análisis de largo plazo acerca de estudios de prevención cardiovascular que sugieren que la aspirina puede también reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer y la muerte por cáncer», enfatizó.
Explicó que lo anterior es válido en particular para los cánceres del conducto gastrointestinal o del esófago, pues el consumir aspirina en bajas dosis en tratamiento para prevenir un infarto o accidente cardiovascular tiene un efecto aparentemente protector.
Estos descubrimientos, resaltó, aún no han sido examinados por ninguna autoridad sanitaria reguladora como la FDA en Estados Unidos y su similar en Europa, «por lo que todavía no existe una indicación aprobada para uso de la aspirina como quimioprevención».
Sin embargo, insistió en que los efectos observados por más de 20 años abren nuevos horizontes y representan una novedad en cuanto a aplicaciones futuras de este fármaco que surgió ya hace como un siglo.
«Pero lo que se necesita es una acción coordinada conjunta entre los laboratorios farmacéuticos (Bayer) que la producen, entidades comerciales y las autoridades reguladoras como la FDA en Estados Unidos y su similar en Europa para que se apruebe su nuevo uso».
Por ello es necesario revisar si existe evidencia reguladora y decidir qué otros estudios se requieren para confirmar o desechar este efecto quimioprotector aparente, agregó el experto.
Informó que este hallazgo de que la aspirina puede reducir riesgos y muerte por cáncer, surgió en el 2010 como resultado de la observación de un neurólogo de la Universidad de Oxford, quien recopiló datos de seguimiento en pacientes que habían ingresado en estudios de prevención cardiovascular.
«El hallazgo más interesante fue que estos estudios, que como promedio son de cuatro a cinco años, no había una diferencia aparente en los índices de cáncer entre aspirina y placebo, algunos durante más de 20 años, pero hubo una ligera desviación de las curvas que describían la frecuencia en la incidencia del cáncer», expuso el médico italiano.
Continuó que después de 20 años de seguimiento se observó que la aspirina reduce el riesgo de cáncer y de muerte por esta causa particularmente el colorrectal; pero la limitación de este estudio es que no fue diseñado con el objeto de estudiar el cáncer.
«De tal manera que queda en manos de las autoridades reguladoras decidir si existe suficiente evidencia como para poder aprobar una nueva indicación para este fármaco o si se necesita hacer estudios clínicos aleatorios para demostrarlo», insistió.
Comentó que también se ha descubierto que la aspirina para la artritis reumatoidea y migraña existen indicaciones claramente establecidas que se basan en sus propiedades analgésicas, es decir, que quitan el dolor, y desinflamatorias.
Sin embargo, con el fin de lograr estos objetivos, se necesita recomendar dosis diarias mayores que para el tratamiento cardiovascular, que pueden dañar el estómago y provocar úlceras, por lo que se tiene que valorar entre riesgo y beneficio.
En lo que se refiere al alzhéimer, se ha sugerido que la aspirina podría tener un efecto protector en el desarrollo de esta enfermedad crónica-neurodegenerativa, pero esto no ha sido demostrado por ningún estudio clínico.
«Hay ciertos datos de naturaleza observacional que sugieren que puede haber un efecto protector, pero son solo hipótesis que no han sido validadas por ningún estudio clínico de asignación aleatoria».
En general reconoció que existe un uso más polémico de la aspirina para prevención primaria, es decir, para personas que no tienen antecedentes de complicaciones cardiovasculares, porque puede haber problemas de hemorragia.
Existen efectos claramente establecidos para la protección vascular, esto se aplica tanto a la prevención secundaria en pacientes de alto riesgo como en el tratamiento agudo de infarto de miocardio, de accidente  cerebrovascular isquémico y síndromes coronarios agudos.
En estos distintos entornos, la aspirina a bajas dosis es un fármaco que puede salvarles la vida a las personas, pero en la gente que no sufre estos riesgos recordó que los efectos adversos son las complicaciones provocadas por sangrado o hemorragia.
«La aspirina aun en el uso de prevención de enfermedad cardiovascular puede incrementar el riesgo de sangrado de una lesión preexistente del estómago o en el duodeno y rara vez se puede presentar en el cerebro», detalló.
El especialista alertó sobre el abuso en el consumo de este fármaco, pues la aspirina también puede inducir una hemorragia cerebral, aunque es un evento mucho menos común que el sangrado gastrointestinal superior.
Cuando se incrementa la dosis de aspirina también se pueden provocar efectos adversos adicionales, incluyendo nuevas úlceras.
Los Cabos, BCS., febrero 19/2011 (Notimex)

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