cáncer de pulmón

Un equipo de científicos descubrió una proteína denominada isocitrato deshidrogenasa (IDH1) presente en altos niveles en el cáncer pulmonar, que podría favorecer el diagnóstico no invasivo de esta enfermedad.

Según la revista especializada Clinical Cancer Research (doi: 10.1158/1078-0432.CCR-13-0046.), la sustancia es identificable en la sangre por lo que puede ser un nuevo biomarcador para detectar el cáncer de pulmón de células no pequeñas, el cual es el más común que existe.

Los expertos encontraron que IDH1 se pudo hallar en la sangre de los pacientes con un 76 % de sensibilidad y un 77 % de especificidad.

De igual forma, cuando utilizaron un modelo matemático para combinar la identificación de esta proteína con la detección de los marcadores existentes CEA, Cyfra21-1 y CA125, la sensibilidad aumentó al 86 %.

El equipo de científicos empleó muestras de sangre de 943 pacientes con NSCLC y 479 controles sanos, reclutados entre 2007 y 2011.

De acuerdo con los autores del trabajo, ninguno de los enfermos tenía diagnóstico de cáncer ni fue tratado por esa dolencia en los tres años anteriores al estudio.

En base a los datos obtenidos, los expertos plantean que el IDH1 se puede utilizar para detectar cáncer de pulmón en estadio 1; sin embargo, también podría ser utilizado para detectar la fase precancerosa.

No obstante, el grupo investigativo advierte que se necesitan más estudios para arribar a conclusiones contundentes sobre esa posibilidad.

Investigaciones anteriores explican que cuando se respira, el aire pasa a través de la nariz, baja por la tráquea y llega hasta los pulmones, donde se disemina a través de conductos llamados bronquios.

La mayoría de los cánceres pulmonares comienzan en las células que recubren estos conductos y el consumo de cigarrillo es la principal causa de este tipo de dolencia.
septiembre 17/2013 (PL)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Sun N, Chen Z, Tan F, Zhang B, Yao R, Zhou C.Isocitrate dehydrogenase 1 is a novel plasma biomarker for the diagnosis of non-small cell lung cancer.Clin Cancer Res. 2013 Sep 15;19(18):5136-45.

Un herramienta de software podría ayudar a identificar cuando una mancha observada en un escáner de pulmón de un fumador es o no cancerosa, afirma la revista especializada New England Journal of Medicine (doi: 10.1056/NEJMoa1214726.).

Según los autores, el método de evaluación del riesgo clínico descrito en el estudio ayudó a determinar en nueve de cada 10 ocasiones si una mancha o lesión era benigna o maligna.

Los investigadores probaron la herramienta en una población de casi tres mil personas, entre ellas ex y actuales fumadores de 50 a 75 años.

De esta forma, encontraron que los nódulos más grandes no significaban siempre cáncer y que estos se encontraban más a menudo en la parte alta del pulmón.

La publicación refiere que el modelo de análisis del riesgo ayudó a determinar correctamente en el 94 % de los casos si el nódulo fue o no canceroso.

Además, ayudó a diagnosticar pequeños nódulos engañosos que tienen como máximo 10 milímetros de tamaño en un 90 % de los casos.

Los modelos de predicción incluyen una calculadora de riesgo que evalúa la edad, el sexo, el historial familiar, enfisema, localización del nódulo y otras características.

El cáncer de pulmón es un conjunto de enfermedades resultantes del crecimiento maligno de células del tracto respiratorio, en particular del tejido pulmonar.

Constituye una de las afecciones malignas más comunes del mundo y estudios previos afirman que la causa más común de contraerlo es el tabaquismo, siendo el 95 % de pacientes con cáncer de pulmón fumadores que mantienen el vicio o ya lo dejaron.
agosto 6/2013  (PL)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

McWilliams A, Tammemagi MC, Mayo JR, Roberts H, Liu G, Soghrati K, Lam S. Probability of cancer in pulmonary nodules detected on first screening CT. N Engl J Med. 2013 Sep 5;369(10):910-9.

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Los pacientes con cáncer de pulmón que reciben  un medicamento que actúa contra una disfunción genética viven más y con menores  efectos secundarios que aquellos sometidos a quimioterapias tradicionales, reveló estudio.

Investigadores encontraron que los pacientes con alteraciones en el gen ALK  que recibieron el medicamento crizotinib del laboratorio farmacéutico Pfizer se  mantuvieron libres de cáncer hasta por casi cinco meses más.

«Este estudio demuestra el valor de examinar el tejido del pulmón con  cáncer para determinar que haya una alteración del gen ALK, y subraya el  potencial de la genética del cáncer para encontrar tratamientos para cada  paciente», dijo uno de los autores del estudio, Pasi Janne, del instituto del  cáncer Dana-Farber de Harvard.

«ALK se ha convertido en el segundo gen alterado que hemos podido tratar  con otros medicamentos diferentes a la quimioterapia», dijo.

Tan sólo 5% de los pacientes con el cáncer de pulmón más común tienen el  gen ALK modificado, pero el crizotinib podría ayudar a unos 5000 pacientes al  año en Estados Unidos.

Una fase avanzada del estudio con 347 pacientes con células de cáncer de  pulmón mostró que aquellos que recibieron el medicamento pasaron 7,7 meses  antes de que la enfermedad empeorara, mientras que ese tiempo fue de 3 meses en  aquellos que recibieron quimioterapia.
junio 1/2013 (AFP) –

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Shaw AT, Kim DW, Nakagawa K, Seto T, Crinó L, Jänne PA. Crizotinib versus Chemotherapy in Advanced ALK-Positive Lung Cancer. N Engl J Med. 2013 Jun 1.DOI: 10.1056/NEJMoa1214886

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Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, en el país los tumores de pulmón ocupan el cuarto lugar por su incidencia (detrás de los de mama, de próstata y de colon), pero son los que más muertes causan, con alrededor de 9000 anuales.

Casi tres cuartas partes de las consultas corresponden a tumores llamados «de células no pequeñas». En los casos avanzados (que son la mayoría, porque es un tipo de cáncer que no se detecta precozmente), las únicas herramientas terapéuticas con que contaban los oncólogos eran la radioterapia y la quimioterapia. Pero tras más de 18 años de investigaciones, un consorcio público-privado que impulsó en el país el laboratorio Elea acaba de presentar el primer medicamento innovador que se da a conocer para esta patología en la última década: una vacuna terapéutica. No previene el tumor, pero promueve su destrucción por el sistema inmune del propio organismo.

» Después de 18 años de desarrollo, llegamos a la mayoría de edad -bromea el doctor Daniel Alonso, director del Laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad de Quilmes, investigador del Conicet y director científico del Consorcio de Investigación ID+i-. Hoy estamos en condiciones de ofrecer un nuevo recurso para un grupo de pacientes para los que no había muchas alternativas.»

En ensayos clínicos controlados a doble ciego (ni el médico ni el paciente sabían qué se les estaba administrando), el fármaco, cuyo nombre científico es racotumomab , triplicó el porcentaje de pacientes que viven dos años después de la aplicación de la vacuna, de 8 a 24%. Los «buenos respondedores» pueden prolongar bastante más su sobrevida.

«El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más mortales que vemos -explica el doctor Luis Fein, director de investigación del Instituto de Oncología de Rosario, investigador del ensayo clínico de la vacuna y presidente del Grupo Argentino de Investigación Clínica en Oncología-. En etapa avanzada, sólo teníamos un tratamiento paliativo. En el estadio IV, una vez que la enfermedad se diseminó, la sobrevida promedio era de entre seis y ocho meses. Eso se puede mejorar con la quimio y la radioterapia, que siguen siendo la indicación básica para estos pacientes. La vacuna no suplanta esta estrategia, pero ofrece una nueva opción para que la mejoría se prolongue.»

El racotumomab se desarrolló a partir de una colaboración con el Instituto de Inmunología Molecular de La Habana, Cuba. Allí y aquí, más de 90 científicos pertenecientes a la Universidad de Quilmes, el Instituto Roffo, el hospital Garrahan, el Conicet y la Universidad de Buenos Aires trabajaron en la identificación de un antígeno (una sustancia que promueve la formación de anticuerpos, porque el sistema inmune la reconoce como una amenaza) que sólo expresan las células tumorales, pero no las sanas, y en el desarrollo de un anticuerpo monoclonal que, al inducir al cuerpo a reaccionar contra ese antígeno, ataca al tumor y sus metástasis, pero no al tejido normal.

«Esto es importantísimo porque estos antígenos se encuentran en la superficie de las células tumorales y por lo tanto son accesibles al sistema inmune -subraya Alonso-. Y como están ausentes de los tejidos normales, nos permite focalizar la acción terapéutica.»

«Si comparamos la quimio o la radioterapia con la vacuna -ilustra el doctor Roberto Gómez, director médico de Elea-, se podría decir que las primeras son como una bomba, y con la última uno apunta con mira telescópica, dirige la acción al blanco específico.»

Por esta selectividad, la inmunización carece de efectos adversos relevantes, más allá de molestias ocasionales en el sitio de la inyección o, eventualmente, un cuadro de tipo gripal que desaparece espontáneamente.

Según explica Alonso, la parte más reactiva del antígeno tiene que ver con un componente azucarado. «Al parecer, los tumores, a través de mecanismos de captura, toman estos componentes de la dieta, particularmente de las carnes y leches de origen bovino, y sobreexpresan estos elementos que favorecen su velocidad metastásica -destaca-. Esto es muy bueno porque el blanco no sólo cumple una función en la biología del tumor, sino que es específico de las células cancerosas.»

La vacuna está indicada para casos avanzados, que hayan recibido quimio o radioterapia y que estén estables, porque si la enfermedad avanza muy rápido no hay tiempo para que el sistema inmune monte una respuesta eficiente. «Se comienza con un período de inducción, durante el cual se administran cinco dosis de la inyección intradérmica, una cada catorce días, para estimular inicialmente la inmunidad -detalla Gómez-. Y luego se continúa con un período de mantenimiento de un refuerzo mensual. La idea es estimular continuamente el sistema inmune, que es deprimido por el propio tumor.»

La nueva medicación será cubierta por las obras sociales y prepagas para las indicaciones aprobadas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, y estará disponible desde julio.

Para la directora del Consorcio ID+i, doctora Silvia Gold, se trata de «un medicamento absolutamente innovador, una nueva clase terapéutica. Hoy ofrece una alternativa a pacientes con cáncer de pulmón, pero también tiene un potencial que deberá estudiarse en otros tumores que presentan este mismo blanco».

«Se trata de un excelente ejemplo de colaboración entre los sectores público y privado, de culminación de la investigación básica, preclínica y clínica -opina el inmunólogo Gabriel Rabinovich, que no participó de la investigación-. También es destacable la decisión de una empresa farmacéutica de apostar a un proyecto de investigacion aún en etapas germinales. Ojalá existan muchas más que se animen a este tipo de inversiones y a la asociación con científicos de diferentes áreas».

«Por supuesto, no es una cura milagrosa -aclara Alonso-, sino una nueva opción terapéutica que se incorpora al arsenal contra una enfermedad muy compleja, como es el cáncer pulmonar avanzado.»
junio 1/2013 (Diario Salud)

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El cáncer de pulmón es la primera causa de mortalidad por cáncer en el hombre y la tercera en la mujer; con el fin de adelantar su diagnóstico, un grupo de científicos del Servicio de Neumología del Hospital Juan Ramón Jiménez y de la Universidad de Huelva llevan a cabo un estudio para comparar mediante técnicas basadas en espectrometría de masas de alta resolución los perfiles metabolómicos obtenidos en suero sanguíneo y orina de una población con cáncer de pulmón y sujetos controles.

«Hemos obtenido muestras de sangre, orina y líquido broncoalveolar, para su posterior análisis metabolómico, de un grupo de pacientes sometidos a broncoscopia (por sospecha del cáncer y otras enfermedades pulmonares no neoplásicas)», explica Jesús Grávalos, del Servicio de Neumología del citado hospital.

Mediante el uso de espectrometría de masas en tándem se han obtenido perfiles metabolómicos para los dos grupos de estudio. Posteriormente, se compararon estadísticamente esos perfiles gracias al análisis discriminante de mínimos cuadrados parciales, con el obejto de encontrar los metabolitos alterados por la enfermedad y emplearlos como potenciales biomarcadores.

En cuanto a los resultados preliminares -que proceden de muestras de sangre y orina de un estudio piloto constituido por siete pacientes controles y siete enfermos-, «observamos una clara discriminación metabolómica entre ambos grupos, con la obtención de diferentes metabolitos sobreexpresados en los fluidos biológicos procedentes de enfermos de cáncer», que pueden relacionarse con distintas anomalías bioquímicas asociadas al cáncer y, por tanto, podrían ser usados como biomarcadores.

En suero sanguíneo, se han encontrado marcadores como la colina, la fosfocolina y componentes de la familia de las glicerofosfocolinas, los ácidos málico y láctico, y la taurina; mientras que, en orina, los metabolitos sobreexpresados fueron la colina y fosfocolina, la carnitina, y los ácidos úrico e hipúrico.

Grávalos concluye que «los grupos presentan perfiles metabolómicos diferentes que permiten su discriminación estadística». Asimismo, se identificaron los metabolitos que causan esa discriminación y se han relacionado con rutas ya asociadas a procesos neoplásicos. Esos resultados muestran la utilidad del empleo de distintas muestras en el cáncer pulmonar.
mayo 16/2013 (Diario Médico)

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Cerca del 6 % de las muestras de tejido de tumor pulmonar de pacientes no fumadores presentaron signos del virus del papiloma humano (VPH).
En un estudio que se presentó este miércoles en la reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR), en Washington.    El 10% de cáncer pulmonar se diagnostica en no fumadores; la presencia del virus plantea una hipótesis sobre el origen de estos tumores.

Ranee Mehra, oncóloga del Centro del Cáncer Fox Chase (Filadelfia), y autora principal, recuerda que hay trabajos sobre poblaciones asiáticas, donde es un tumor muy prevalente, que apuntan a una presencia bastante común del VPH en tumores de pulmón: «Tiene sentido, pues los pulmones están próximos a la cabeza y el cuello, donde se concentra cierto riesgo de desarrollo de cáncer por la exposición a determinadas cepas del VPH».

Tras examinar las muestras tumorales de 36 pacientes con cáncer  de pulmón no microcítico que nunca habían fumado, los investigadores constataron que en cuatro de ellos se encontraban las cepas 16 y 18 del VPH, conocidas por su efecto tumorigénico. De hecho, el virus se encontraba integrado en el ADN tumoral. Este dato alimenta una hipótesis que, según Metha, no está de momento demostrada. Aún hay elementos que clarificar, como la vía por la que el VPH alcanza al pulmón, que puede ser simplemente la inhalada.
abril 11/2013 (Diario Médico.com).

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Cambiar el pronóstico de la enfermedad tumoral es un reto del que empiezan a vislumbrarse ciertos resultados.
Los esfuerzos terapéuticos que se han realizado en la última década en cáncer de pulmón están empezando a dar sus frutos. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el desarrollo de ciertas vías moleculares implicadas en el origen y diseminación tumoral  (mutaciones en los genes EGFR, ALK, Kras, MET o ROS1, entre otros) y la posibilidad de inhibirlas farmacológicamente, ha inaugurado una era más optimista, un futuro en el que el objetivo prioritario es cambiar el pronóstico patológico y conseguir que sea una enfermedad crónica, según Natalia Carballo, jefa de Servicio de Oncología Radioterápica, y José Miguel Sánchez Torres, oncólogo médico, ambos del MD Anderson Cancer Center de Madrid, que han presentado el I Congreso Internacional sobre el futuro del cáncer de pulmón, organizado por las centros oncológicos  Anderson de Madrid, y de Houston, en Texas, y en el que está prevista la participación de una amplia representación de la oncología española e internacional.
El pulmonar, cáncer del que se diagnostican 25 000 nuevos casos al año en España, es uno de los de mayor mortalidad. Según Carballo, solo un 15 % de los diagnosticados (operables y no operables) sobreviven a los cinco años con los tratamientos actuales de citostáticos. Las medianas de supervivencia global se cifran en un año con quimioterapia estándar, pero cuando se administran algunos de los nuevos fármacos, algunos orales, que inhiben dianas moleculares, «la mediana se alarga a los dos o tres años, como mínimo», según el oncólogo, y ha añadido que «el objetivo es la cronificación de la enfermedad, que empieza a conseguirse, y para lo cual será absolutamente necesario emplear varias terapias moleculares. Ya empieza a haber tratamientos para segunda y tercera línea. Sin embargo, hay que recalcar que aún queda mucho por recorrer». Carballo también ha señalado que en estos momentos, y teniendo como base las dianas y las moléculas que las inhiben, las investigaciones están empezando a estratificar grupos y subgrupos de pacientes, catalogando el perfil genético de cada tumor pulmonar, para ajustar cada vez más las terapias.
Novedoso tratamiento con protones
Daniel Gómez, del MD Anderson de Estados Unidos, ha explicado algunos datos de un novedoso abordaje de radioterapia instaurado en el citado centro desde hace siete años y que muchos pacientes reciben bajo ensayo clínico: terapia con protones, que frente a la de fotones española, ofrece mejor distribución de dosis, con mayores dosis y menos toxicidad.

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