cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón superará al de mama como principal causa de muerte por esta enfermedad

entre las mujeres en los próximos años, según un estudio publicado recientemente.

Este incremento, que ya se está viendo en el Reino Unido y Polonia y se acelerará hasta el

2020, refleja el aumento de la cantidad de mujeres que empezaron a fumar en las pasadas

décadas de los sesenta y setenta, de acuerdo con la revista médica.

El análisis, hecho en los 27 países de la Unión Europea por el profesor Carlo La Vecchia de

la Universidad italiana de Milán, indica que tras este aumento en los próximos años, los

casos de cáncer de pulmón caerán pues las mujeres fuman cada vez menos.

Los expertos estiman que en 2013 unas 82 640 mujeres europeas morirán a causa de un cáncer

de pulmón mientras que 88 886 lo harán por cáncer de mama, aunque esta situación empezará a

cambiar a partir de 2015, cuando el de pulmón superará al de mama.

Los investigadores observaron la situación de todos los tipos de cáncer en los 27 países de

la Unión Europea, y en particular en Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y el Reino

Unido.

De acuerdo con la publicación, cada vez hay más personas que desarrollan cáncer, pero menos

las que mueren por este mal.

«En lo que se refiere al cáncer de pulmón, esperamos que los casos de muertes empiecen a

descender en torno al 2020 o 2025 ahora que la nueva generación de mujeres fuma menos», dijo

La Vecchia, que inició este estudio en 2007 a partir de información médica de los países

europeos.
febrero 13/2013 (EFE)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana

Prensa Latina S.A.»

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Las mujeres que fuman han tenido más riesgo de morir por cáncer de pulmón y por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en las últimas décadas respecto a las mujeres fumadoras de hace 20 ó 40 años, según un artículo publicado en el New England Journal of Medicine (DOI: 10.1056/NEJMsa1211127) sobre los cambios que se han dado en el hábito de fumar.

El hábito de fumar de las mujeres de hoy en día se asemeja más al de los hombres, en comparación a las mujeres de pasadas generaciones. Para averiguar si este cambio ha hecho que estos patrones se asemejen a los de los hombres, el investigador Michael J. Thun, antigo vicepresidente de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), analizó los casos de muerte por cáncer de un periodo de cincuenta años, dividiéndolo en tres fases (1959-65, 1982-88 y 2000-2010), comparando cinco largos estudios contemporáneos con dos históricos de cohortes de la ACS. El estudio estaba formado por un total de 2,2 millones de adultos de 50 años o más.

En las mujeres que fumaban durante los años 60, el riesgo de fallecer por cáncer de pulmón era 2,7 veces mayor en comparación a las que no fumaban. El riesgo de morir por una enfermedad pulmonar obstructiva crónica era cuatro veces mayor en las mujeres que fumaban que en las que no lo hacían; en la cohorte contemporánea, el riesgo aumentaba  22,5 veces más respecto a las que no fumaban.

Los hombres y mujeres fumadores de las cohortes contemporáneas tenían unos niveles de riesgo muy similares de padecer cáncer de pulmón  (en comparación con los no fumadores), una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades isquémicas cardíacas, hemorragia cerebral, y otras cardiopatías.

Esta investigación confirmaba también que dejar de fumar a cualquier edad reduce drásticamente el riesgo de padecer enfermedades provocadas por el tabaco, y que dejar de fumar es más efectivo que reducir el número de cigarrillos que se fuman.
enero 23/2013 (AFP)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Michael J. Thun, Brian D. Carter, Diane Feskanich, Neal D. Freedman, Ross Prentice, Alan D. Lopez. 50-Year Trends in Smoking-Related Mortality in the United States. N Engl J Med 2013; 368:351-364 ene  24, 2013

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Un equipo internacional de científicos identificó tres regiones genéticas asociadas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón en mujeres asiáticas que nunca habían fumado. Dijeron que sus hallazgos proporcionan más pruebas de que el riesgo de cáncer de pulmón en las personas que nunca han fumado, sobre todo entre las mujeres asiáticas, podría estar asociado con características genéticas específicas que lo distinguen del cáncer del pulmón en fumadores. Ampliar…

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Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid ha descubierto una de las vías moleculares que subyacen al cáncer de pulmón, identificando un fármaco experimental que bloquea el crecimiento de este tipo de cáncer en ratones. La investigación ha sido publicada en Cancer Cell.

Los investigadores han relacionado la proteína transmembranal Notch, hasta ahora identificada en el desarrollo de las leucemias, con el desarrollo de otros cánceres, en concreto el de páncreas y el de pulmón. «Hemos encontrado que esta proteína coopera con la proteína Ras oncogén, un elemento clave en la formación de los tumores en el pulmón», afirma Manuel Serrano, autor del estudio.

En el trabajo, el equipo de investigadores determinó una nueva vía molecular por la cual Notch regulaba la proliferación de células en el cáncer de pulmón. Además de esto, los investigadores observaron que los efectos terapéuticos del fármaco experimental llamado GSIs (Gamma-Secretase Inhibitors) bloqueaban la eficiencia de la proteína Notch. «Después de 15 días de tratamiento con los roedores modificados genéticamente, los tumores dejaron de crecer sin efectos secundarios relacionados con el tratamiento», asegura Antonio Maraver, coautor del estudio.

El conocimiento adquirido a lo largo de los años en cuanto a las propiedades farmacológicas del GSIs han permitido la aplicación inmediata en ensayos clínicos con humanos. «Los ensayos realizados por Serrano nos llevan a creer que el bloqueo de la proteína Notch podría ser beneficioso en el tratamiento del cáncer de pulmón. Aún estamos desarrollando el estudio, pero puedo anticipar que los resultados serán muy prometedores», concluye Manuel Hidalgo, director del Programa de Investigaciones Clínicas del CNIO. Agosto 13/2012 (Diario Médico)

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Uno de los mayores retos en el manejo del cáncer de pulmón es el tratamiento individualizado. En la III Conferencia Europea de Cáncer de Pulmón, en Ginebra, se han presentado los trabajos que hay en marcha. Los biomarcadores de respuesta a fármacos son imprescindibles para la terapia individualizada. El equipo de Oliver Gautschi, del grupo suizo de investigación clínica en cáncer, ha llevado a cabo un estudio retrospectivo con un clasificador de suero proteómico, denomiando VeriStrat, en pacientes con cáncer de pulmón no microcíticos tratados en primera línea con bevacizumab y erlotinib. Ampliar…

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Una investigación del IDIBELL muestra que la pérdida de la proteína BRG1 conlleva una carencia en la respuesta de las células a la vitamina A y los corticoides.
Un estudio liderado por el grupo de investigación de Genes y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) ha demostrado que la pérdida del gen BRG1 implica una carencia en la respuesta de las células al ácido retinoico y los corticoides. Estas hormonas están implicadas en procesos de diferenciación celular, lo que las convierte en claves en la lucha contra el cáncer. No en vano, una de las características de esta enfermedad viene dada por la pérdida de las células de su capacidad para diferenciarse. Actualmente, el ácido retinoico y los corticoides se están utilizando para el tratamiento de algunos tipos de leucemia.
El grupo de Genes y Cáncer del IDIBELL, liderado por la investigadora Montse Sánchez-Céspedes, descubrió hace unos años que el gen BRG1, supresor de tumores, presenta una mutación en el cáncer de pulmón de célula no pequeña. «La proteína BRG1 forma parte de un complejo remodelador de cromatina que regula la expresión de varios genes», ha explicado la investigadora, «y está relacionada con la diferenciación de las células pulmonares, ya que permite la respuesta de las células a determinadas hormonas y vitaminas del ambiente, como la vitamina A o los corticoides».
Cuando BRG1 está mutado y, por lo tanto, inactivo, las células tumorales no responden a la presencia de estas hormonas y continúan expandiéndose, de ahí que estos tumores sean refractarios a los tratamientos con vitamina A y corticoides.
«Por el momento», admite Sánchez-Céspedes, «no somos capaces de restituir la funcionalidad de un gen supresor de tumores, como es BRG1, en los pacientes. Por lo tanto, todavía estamos muy lejos de una aplicación terapéutica, pero el descubrimiento nos permite conocer mejor la biología de los tumores. Lo que queremos hacer en un futuro inmediato es buscar agentes que destruyan específicamente las células con BRG1 mutado, siguiendo la estrategia de los letales sintéticos».
En cualquier caso, el hallazgo sí puede ser útil en el avance de la medicina personalizada, ya que «explica por qué los pacientes con cáncer de pulmón son resistentes a estos tratamientos y podría servir para descartar las terapias con derivados de hormonas lipídicas en pacientes que presenten mutaciones en BRG1, no solo en cáncer de pulmón, sino también en cáncer de mama y próstata, entre otros».
Marzo 15/2012 (JANO.es)

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La inhibición de una quinasa conocida como c-RAF impide la aparición y el desarrollo del cáncer de pulmón inducido por los oncogenes K-RAS en modelos de ratón diseñados para reproducir fielmente los tumores humanos, según una investigación del Grupo de Oncología Experimental, que dirige Mariano Barbacid en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Los resultados del estudio,  publicados en  Cancer Cell, podrían permitir el desarrollo de una nueva línea de tratamiento específico para el cáncer de pulmón, mediante la utilización de inhibidores selectivos para esta quinasa. Los genes Ras y su ruta de señalización son los primeros genes mutados descubiertos en tumores humanos y los más estudiados en biomedicina. Desde 1993, se sabe que las proteínas Ras transmiten señales recibidas del exterior de la célula hasta el núcleo a través de una serie de quinasas denominas RAF, MEK y ERK. Mientras que las proteínas Ras interaccionan y activan a las quinasas RAF, estas a su vez activan las quinasas MEK, y estas las quinasas ERK. Esta cascada,  aparentemente lineal, se bifurca una vez que las quinasas ERK activan distintos factores de transcripción en el núcleo, diversificando así las señales recibidas del exterior según las distintas necesidades de las células. «Lo que aun nos quedaba por entender, a pesar de todos los esfuerzos realizados hasta ahora, es por qué existe esta cascada de quinasas cuando en principio parece que todo sería más fácil si las proteínas Ras activaran directamente al último eslabón de la cascada, es decir las quinasas ERK, sin necesidad de intermediarios», explica el Dr. Barbacid. Esta investigación, que cuenta con el apoyo de diferentes laboratorios de Estados Unidos, Canadá, Francia y Austria, ha eliminado estas quinasas en ratones normales y ratones genéticamente modificados con el fin de conocer su función real en el desarrollo de adenocarcinomas de pulmón. En las primeras fases de la investigación, la eliminación de las quinasas ERK y MEK impidió el desarrollo del tumor, pero cuando los científicos del CNIO eliminaron estas quinasas en ratones normales, los animales fallecieron en menos de dos semanas debido a problemas en múltiples órganos. Sin embargo, cuando los científicos españoles eliminaron las quinasas B-RAF y c-RAF, dos de los tres miembros de esta familia de quinasas del primer eslabón de la cascada, los resultados fueron positivos en cuanto a que no aparecieron este tipo de efectos secundarios. Además, en el caso de la quinasa c-RAF, con su eliminación se impidió completamente la aparición de tumores. «Mientras que la eliminación de la quinasa B-RAF no tuvo ninguna consecuencia para el desarrollo tumoral, la eliminación de la quinasa c-RAF impidió completamente la aparición de tumores. Desde un punto de vista científico, este resultado tiene una gran importancia ya que demuestra que la función de las quinasas B-RAF y c-RAF tiene que ser diferente y, en consecuencia, que la cascada de señalización de Ras no es lineal como se creía hasta ahora», detalla el Dr. Barbacid. «Esto implica -prosigue el investigador- que podremos inhibir la quinasa c-RAF con inhibidores selectivos sin que se produzcan efectos tóxicos en el paciente, asumiendo por supuesto, que estos resultados genéticos en ratones sean extrapolables a seres humanos. Es más, los inhibidores de c-RAF no tendrían que ser 100% selectivos -algo muy difícil de conseguir en los inhibidores de quinasas- ya que una inhibición colateral de B-RAF tampoco tendría consecuencias negativas, según estos resultados». En resumen, estos esperanzadores hallazgos sugieren que los inhibidores de c-RAF podrían ser efectivos contra el adenocarcinoma de pulmón, tal y como lo están siendo frente al melanoma los inhibidores de B-RAF.
Mayo, 4/ 2011 (Jano)

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