cáncer de mama

Investigadores del Huntsman Cancer Institute (HCI) de la Universidad de Utah han descubierto un componente celular que produce que las células tumorales del cáncer de mama se extiendan a otras partes del cuerpo, por lo que podrán realizar una terapia que bloquee este proceso. Los resultados de la investigación fueron publicados en Cell Reports (doi: 10.1016/j.celrep.2013.12.010).

El nuevo descubrimiento se centra en una proteína llamada RON Kinase (RON), la cual activa las células tumorales hacia algunas áreas.

Normalmente la proteína RON opera la mayoría de las veces durante el desarrollo embrionario de la enfermedad y no se suele detectar en adultos sanos, aunque en el 50 %  de los casos esta proteína activa los genes responsables de la metástasis, provocando que se extienda el cáncer.

«Si hubiera un programa completo en las células tumorales que fuera importante para la metástasis, bloqueando una pequeña parte del programa, por ejemplo, la acción de un gen, probablemente no sería una estrategia efectiva», dijo Alana Welm, principal autor del estudio y profesor asociado al HCI. «Pero si se pudiera encontrar la manera de desconectar el programa completo, se tendrían más posibilidades de conseguir el efecto deseado. Nosotros hemos encontrado esa célula que desactive la metástasis por completo».

Su futuro trabajo incluirá investigaciones sobre el potencial de detectar el programa dependiente de RON en células tumorales, como vía para identificar pacientes que tengan más probabilidades de sufrir metástasis y establecer tratamientos adecuados para inhibir la proteína RON.
enero 3/2014 (Diario Médico)

Eyob H, Ekiz HA, Welm AL. RON promotes the metastatic spread of breast carcinomas by subverting antitumor immune responses. Oncoimmunology. 2013 Sep 1;2(9):e25670

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La incidencia del cáncer de mama aumentó un 20 % entre 2008 y 2012, con 1,67 millones de nuevos casos diagnosticados el año pasado, lo que lo convierte en el segundo tipo de cáncer más común en el mundo y, con diferencia, el más frecuente entre mujeres, tanto en el mundo desarrollado como en desarrollo.

La mortalidad de este tipo de cáncer se incrementó en esos cuatro años un 14 %, con un total de 522 000 muertes en 2012, aunque es aún la quinta causa de muerte por la enfermedad, según los últimos datos divulgados en Ginebra por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, entre mujeres el de mama es el tipo de cáncer más mortífero en el mundo en desarrollo (324 000 muertes en 2012) y el segundo que más muertes provocó en los países desarrollados (198 000), solo detrás del cáncer de pulmón.

«A medida que avanzan, los países en desarrollo experimentan cambios en el estilo de vida que aumentan la incidencia de la enfermedad, mientas que los avances médicos no llegan a tiempo a las mujeres de esas regiones», explicó David Forman, presidente del servicio de información de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que depende de la OMS.

Entre los cambios de estilo de vida con incidencia sobre el cáncer de mama, Forman destacó «la dieta, cambios hormonales y nuevas pautas reproductivas», ya que las mujeres tienen ahora menos hijos, más tarde y los amamantan durante menos tiempo.

Del total de casos de cáncer diagnosticados en 2012, el 25 % fueron de mama, de los que 883 000 se registraron en países menos desarrollados y 794 000 en el mundo desarrollado.

La prevalencia y mortalidad del cáncer de mama irá en aumento en los próximos años, ya que según las previsiones de la OMS, para 2025 habrá hasta de 2,5 millones de nuevos casos y hasta 800 000 muertes.

La parte positiva está en que el cáncer de mama es uno de los que más avances han logrado en su tratamiento, con un alto grado de efectividad si se detecta en fases tempranas, algo para que lo que es imprescindible incluir las mamografías en la rutina de los servicios médicos de todos los países.

«Con la correcta combinación de medidas, que abarcan quimioterapia, radioterapia, tratamientos hormonales y cirugía, podemos curar casi el 95 % de los casos de cáncer de mama», afirmó el presidente de la sección de prevención de la IARC, Rengaswamy Sankaranarayanan.

Frente a las escasas diferencias en cáncer de mama entre países desarrollados y en desarrollo, el cáncer en el cuello uterino si que presenta una tasa de prevalencia mucho mayor en los países de bajos ingresos, donde se concentran cerca del 85 % de los casos, con especial incidencia en África Subsahariana e India.

El pasado año se diagnosticaron 528 000 nuevos casos de cáncer cervical en el mundo y 266 000 muertes relacionadas, de las que el 87 % se produjeron en el mundo menos desarrollado.

No obstante, la incidencia de este cáncer se puede recortar drásticamente en las próximas generaciones gracias a la vacuna contra el virus del papiloma -una de las principales causas de cáncer cervical-, hasta en un 80 % de los casos si se administra a las jóvenes antes del inicio de las relaciones sexuales.

En total, el pasado año se detectaron 14,1 millones de casos de cáncer -7,4 millones entre hombres y 6,6 entre mujeres-, un 11 % más que en 2008, mientras que su mortalidad aumentó un 7,8 %, hasta los 8,2 millones de muertes.

Los tipos de cáncer más comunes son el de pulmón, que representa el 13 % del total (1,8 millones de casos); el de mama (12 %) y el de colon, que supone el 9,7 % del total (1,4 millones de casos).

Los cánceres más letales son el de pulmón, con 1,6 millones de muertes en 2012 (19,4 % del total); el de hígado, que causó 800 000 muertes (9,1 %) y el de estómago, con 700 000 muertes (8,8 %).
diciembre 11/2013 (EFE)

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Desarrollan un test genómico que ofrece un diagnóstico más preciso del perfil molecular del cáncer de mama.

Un estudio internacional coordinado por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) evaluará la utilidad de un nuevo test genómico de segunda generación, denominado  ProsignaTM o PAM50, que además de ofrecer un diagnóstico más exacto del perfil molecular del cáncer de mama, ayuda a predecir el riesgo de recaída. Geicam se encargará de realizar el estudio original en Europa, el primero que se hace en el mundo en tal sentido para esta prueba de diagnóstico in vitro.

A diferencia de otras técnicas genómicas disponibles, según Miguel Martín, presidente de Geicam e investigador principal del estudio, «los datos que aporta el PAM50 se correlacionan con la clínica diaria de los oncólogos, al estadificar el tumor en los subtipos intrínsecos originales -luminal A, luminal B, basal y HER2-, además de proporcionar información precisa sobre el riesgo de recaída y la necesidad de administrar tratamiento quimioterápico adyuvante».

Así, el estudio analizará el cambio de decisión terapéutica que el oncólogo médico realiza tras conocer el resultado de la prueba, en relación con la decisión tomada antes de conocerlo. Su uso ayudaría a reducir tratamientos innecesarios o incorrectos, a la vez que podría rescatar a algunas pacientes de aparente buen pronóstico pero que iban a recaer en ausencia de quimioterapia, con el aumento de calidad de vida y ahorro sanitario.

Acortar plazos
A diferencia de las pruebas actuales, las muestras no viajarían a otros países, sino que serían analizadas en nuestro país y los resultados estarán disponibles en un plazo de entre 5 y 10 días, la mitad del necesario para las técnicas genómicas actuales.

Los hospitales Gregorio Marañón, en Madrid, y  Valle de Hebrón Instituto de Oncología, en Barcelona, serán los primeros centros en el ámbito nacional y europeo en incorporar esta técnica genómica. En el Marañón se están analizando ya muestras de las 200 pacientes candidatas al estudio. Se efectuará un estudio idéntico en Alemania con el mismo protocolo diseñado por Geicam.
julio 22/2013 (Diario Médico)

En esencia, el cáncer es una célula en miles de millones que empieza a funcionar mal. En el caso del cáncer de mama, la gran mayoría de las veces esa célula maligna se encuentra en los conductos que llevan leche desde la glándula mamaria hasta al pezón. Pero, ¿por qué allí y no en otra parte? ¿Qué hay en esa zona?

David Gilley, de la escuela de medicina de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, y Connie Eaves, del Laboratorio Terry Fox de la Agencia para el Cáncer en Vancouver, Canadá, quedaron perplejos al saber la respuesta.

En su estudio, publicado en la revista especializada Stem Cell Reports, explican cómo descubrieron que todas las mujeres -propensas o no a desarrollar cáncer de mama- tienen una clase particular de células normales precursoras con telómeros extremadamente cortos.

«Esperábamos ver algunas diferencias en las células madre, pero esto fue una gran sorpresa», le cuenta a BBC Mundo Gilley.

Los científicos se dieron cuenta de que estos cromosomas, al tener unos extremos tan pequeños, hacen que las células sean propensas a mutaciones que pueden desarrollar cáncer, si logran mantenerse con vida.

Mujeres normales

A diferencia de muchos trabajos sobre el cáncer, esta investigación se hizo en mujeres normales que donaron sus tejidos tras someterse a una operación de reducción de mamas por razones estéticas.

«Lo que buscábamos era posibles vulnerabilidades en células normales que las hicieran volverse en malignas», explicó el experto.

Las células luminares progenitoras se dividen en lo que se llaman células diferenciadas o finales, que a su vez forman el conducto en la mama. Es en estas células madre donde se origina el cáncer de mama.

Cuando se pierde la función de los telómeros, cuya función es evitar que los extremos del cromosoma se junten o recombinen con otros, lo que ocurre es un verdadero caos en el siguiente ciclo celular.

Si bien todas las mujeres tienen estos telómeros supercortos, no todas desarrollan cáncer de mama.

Esto se debe a que «la mayoría de las veces esto es beneficioso y en el 99,999999 % de los casos todo va bien, pero en casos muy raros, en una etapa más tardía de la vida, esto se revela y hace algo perjudicial, que es lo que lleva a que una célula sea maligna», explica Gilley.

Prevención

Para los expertos, este estudio les permite entender qué es lo que inicia un cáncer y establecer marcadores que sirvan en exámenes, a partir de muestras de tejido o de sangre, y poder monitorear a las mujeres, especialmente a aquellas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad.

«Lo que intentamos hacer fue mirar el cáncer de una forma distinta. Nos fijamos en cómo empieza», le explica a BBC Mundo Gilley.

«Porque una vez que la enfermedad se ha desarrollado -particularmente en algunos tipos de cáncer de mama-, una vez que la paciente se presenta con un tumor, es menos lo que se puede hacer».

El experto afirma que su modelo se parece más al de prevención de enfermedades cardiovasculares, donde ya no se espera a que el paciente llegue en una fase tardía.

«Lo que ocurre ahora es que las personas van al médico y monitorea la presión arterial, los niveles de colesterol… y en esencia lo que queremos hacer y creemos que será extremadamente beneficioso para el paciente es monitorear y detectar un riesgo de cáncer, de la misma forma que tomas la presión para detectar alguna enfermedad cardiovascular», explica Gilley.

Según el especialista, si seguimos con la analogía del corazón, lo que ocurre hoy en día es que se espera a que la persona tenga un infarto (llámese cáncer) para actuar.
julio 9/2013 (DiarioSalud.net)

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Un equipo de científicos identificó cómo se inicia un cáncer de mama y por qué surge en los conductos que van desde la glándula mamaria hasta el pezón.

La investigación, publicada en la revista Stem Cell Reports, explica que el cáncer de mama se origina en las llamadas células madre, las cuales se dividen en dos, diferenciadas o finales que, a su vez, forman el conducto en el seno.

Los expertos analizaron muestras de tejidos donados por mujeres sanas después de someterse a una operación de reducción de pecho por razones estéticas, aclara la publicación.

Tras el estudio, los especialistas encontraron que todas las mujeres tienen determinadas células con telómeros (extremos de los cromosomas) muy cortos que provocan mutaciones, las cuales pueden desarrollar cáncer.

El artículo refiere que al perderse la función de los telómeros y evitar que los extremos del cromosoma se junten o recombinen con otros, ocurre un caos en el siguiente ciclo celular.

Según los autores del trabajo, el estadounidense David Gilley y Connie Eaves, del laboratorio Terry Fox en Vancouver, Canadá, este estudio permite entender cómo se inicia un cáncer.

«Lo que buscábamos eran posibles vulnerabilidades en células normales que las hicieran volverse malignas», explicó uno de los científicos.

A través de este análisis también podrían establecerse marcadores para exámenes, a partir de muestras de tejido o de sangre, y poder monitorear a las mujeres, especialmente a aquellas con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama, sugieren los científicos.

Los especialistas esperan que su trabajo ayude a desarrollar controles médicos mucho antes de que aparezca el cáncer, pues «cuando la paciente se presenta con un tumor, es menos lo que se puede hacer», precisaron
Junio 5/2013 (PL)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Tanaka H, Abe S, Huda N, Tu L, Beam MJ, Grimes B, Gilley D.Telomere fusions in early human breast carcinoma.Proc Natl Acad Sci U S A. 2012 Ago 28;109(35):14098-103.Doi: 10.1073/pnas.1120062109

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Investigadores han estado trabajando por años para determinar si problemas genéticos están aumentando las tasas de cáncer mamario terminal en mujeres negras en Estados Unidos.

Ahora, el estudio genético más extenso hasta la fecha halló que una cada en cinco mujeres negras ya diagnosticadas con cáncer de mama y remitidas a estudios genéticos tenía al menos una de las 18 mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad.

El hallazgo, presentado el lunes en la reunión de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago, sugiere que mutaciones heredadas podrían ser más comunes de lo esperado en mujeres negras con cáncer de mama, señalando la necesidad de estudios genéticos más amplios y controles entre estas mujeres y sus familias.

Aunque las mujeres blancas en Estados Unidos son un poco más propensas a desarrollar cáncer de mama que las negras, en mujeres menores de 45 años el cáncer de mama es más común entre las afrodescendientes. Y es más mortal.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las mujeres negras en Estados Unidos tienen las mayores tasas de defunción por cáncer de mama de todos los grupos raciales y étnicos y son un 40 % más propensas a morir por cáncer de mama que las blancas.

«Durante muchos años hemos visto que el cáncer de mama causa un elevado número de víctimas entre las mujeres afroamericanas y este estudio comienza a resolver preguntas pendientes sobre qué está produciendo estas disparidades», dijo la doctora Jane Chuperk de la Universidad de Chicago.

Chuperk y sus colegas usaron un nuevo test de genoma disponible para investigadores académicos y llamado BROCA, el cual permitió al equipo examinar al mismo tiempo 18 genes susceptibles al cáncer de mama.

Sometieron a pruebas a 249 mujeres con cáncer de mama que fueron referidas a exámenes genéticos en la Universidad de Chicago.

En total, un 22 % de aquellas mujeres presentaba al menos una mutación que elevaba sus riesgos de desarrollar cáncer de mama. Las alteraciones en los genes conocidos de cáncer de mama BRCA1 y BRCA2 representaron alrededor de 79 % de las mutaciones.

Las mujeres con mutaciones de estos genes tienen de un 37 a un 85 % de riesgo durante su vida de desarrollar cáncer de mama, en comparación con el 12 % de probabilidad entre las mujeres en la población general.

Alrededor del 21 % de las mujeres presentaba mutaciones de otros genes susceptibles al cáncer de mama, incluyendo el CHEK2, PALB2, ATM y PTEN. Las mutaciones en el rango de estos genes diferían entre las mujeres, lo que sugirió la necesidad de realizar más pruebas.

«Casi todas las mutaciones eran diferentes. Esto es importante. Para algunas poblaciones podemos usar exámenes que solo busquen unos puntos importantes de algunos genes. Esa técnica no funcionará en esta población con una diversidad genética tan grande», aseveró.

La doctora Sylvia Adams, especialista de la Universidad de Nueva York, dijo que los resultados de la investigación no deberían interpretarse como una prueba de que todas las mujeres negras deberían someterse a exámenes genéticos en busca de riesgo de cáncer de mama.

En lugar de esto, debería recordarles a los médicos que refieran a las mujeres negras jóvenes con cáncer de mama a estudios genéticos con la esperanza de detectar o prevenir la enfermedad entre miembros de sus familias.
junio 5/2013 (Reuters)

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El investigador José Eduardo Pérez indicó que parir antes de los 30 años y amamantar disminuyen la probabilidad de desarrollar cáncer de mama en mujeres que poseen los genes BRCA1 y 2.

El investigador adscrito al Departamento de Biología Celular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), precisó que el gen mutado no es sinónimo de cáncer mamario, solo implica una probabilidad de 60 a 80 % de desarrollarlo.

Sin embargo, Pérez Salazar mencionó que hay otros factores involucrados como una menopausia tardía, el consumo de alcohol o que las mujeres se embaracen y tengan un hijo después de los 30 años.

De acuerdo con el experto las mujeres con el gen mutado que, derivado del antecedente familiar, se realizan la mastectomía por una cuestión profiláctica, pueden evitar el desarrollo del cáncer mamario al retirar el tejido epitelial, pero solo en esos casos una operación de este tipo sería muy positiva.

En un comunicado del Cinvestav, el académico explicó que los genes BRCA1 y BRCA2 son conocidos como de tipo familiar, porque se heredan de madres a hijas.

Al respecto citó reportes que señalan que de 5 a 10 % de los casos de cáncer son consecuencia de genes de este tipo; es decir, las mujeres que presentan las mutaciones tienen mayor probabilidad de padecer cáncer de mama y ovario.

El experto acotó que la mutación se debe a una diversidad de factores que pueden ser químicos, ambientales o por el uso de algunos medicamentos. La madre los muta y lo hereda a las hijas, quienes tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer, señaló.

Pérez Salazar aconsejó a todas las mujeres someterse continuamente a ultrasonidos para detectar la presencia de pequeños tumores, porque lo importante es detectarlo en sus etapas iniciales.

Abundó que si está muy marcado el historial familiar del paciente, resulta muy benéfico el estudio de las mutaciones en los genes BRCA tanto en el tipo 1 como el 2 y en algunos casos, la mastectomía.

En general hay algunos tumores que dependen del estrógeno y la progesterona, para los que existen tratamientos que detienen su producción y funciona muy bien, pero otros no dependen de esas hormonas, lo que significa que será mucho más agresivo el tumor.

El experto en biología celular explicó que ese es el caso de las jóvenes que tienden a padecer tumores que no dependen de la progesterona, lo que hace más agresivo su cáncer, a diferencia de las mujeres maduras.

Esto es importante saber porque existen estudios que indican que entre las mexicanas, el cáncer se presenta 10 años antes que en las europeas y sajonas; es decir, en nuestro país las jóvenes tienen mayor riesgo de desarrollar esa enfermedad.

Lo más importante en estos casos es realizar una revisión constante. En el caso de las personas con antecedentes de cáncer de mama, es necesario practicarse los estudios a nivel genómico para detectar mutaciones en los genes de BRCA1 y BRCA2, y una vez iniciada la vida adulta, se deben examinar constantemente, puntualizó.
mayo 23/2013 (Notimex)

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