marzo 2014 Archivos

El científico Joan Massagué ha descubierto un mecanismo que parece ser imprescindible para que las células cancerosas se extiendan a otros órganos. Si se consigue inactivar este mecanismo, explica Massagué, podrían evitarse una parte sustancial de las metástasis y reducir de manera significativa la mortalidad del cáncer, informa «La Vanguardia» en su edición digital. El laboratorio que dirige el científico catalán en el Memorial Sloan Kettering, de Nueva York (Estados Unidos), ya ha empezado a trabajar en el desarrollo de anticuerpos que impidan las metástasis y tiene previsto ensayarlos en ratones. Aunque los resultados son prometedores, Massagué advierte de que «no será fácil» y que «el éxito no está asegurado».

Las metástasis son la causa de la mayoría de muertes por cáncer, recuerda el investigador, ya que gran parte de tumores primarios no afectan a órganos vitales, pero las metástasis sí lo hacen. Por esta razón, a principios de la década pasada Massagué tomó la decisión de no seguir estudiando los tumores primarios y centrarse en el estudio de las metástasis. Ahora, diez años después de volcarse en este ámbito, tiene ante sí lo que parece ser un «mecanismo general de colonización de las metástasis», según declaró al rotativo barcelonés.

Los últimos resultados del hallazgo, publicados en la revista «Cell», explican cómo los cánceres de mama y los de pulmón crean metástasis en el cerebro. En los próximos meses, Massagué confía en demostrar que la extensión a otros órganos, aun causadas por otros tipos de tumor, se basan en el mismo mecanismo. «Si esto es así, como sospechamos, daría pie a desarrollar fármacos específicos contra las metástasis».

La piedera angular del mecanismo que ha identificado el equipo de Massagué es la plasmina, una enzima de la que se conocían sus efectos anticoagulantes. En el cerebro, la plasmina tiene además un efecto protector frente a agresiones externas como -entre otras- las células cancerosas que llegan de otros órganos a través de la sangre.

La plasmina, según han descubierto los investigadores del Memorial Sloan Kettering, tiene una doble acción protectora frente a las células cancerosas. Por un lado, impide que se adhieran a la pared externa de los vasos sanguíneos y formen un nuevo tumor. Por otro, provoca la autodestrucción de las células tumorales.

Una molécula de propiedades adhesivas: L1CAM

Este mecanismo elimina un elevado porcentaje de las células tumorales que acceden al cerebro, lo que explicaría que las metástasis se formen más tarde en el cerebro que en otros órganos. Sin embargo, algunas de esas células tumorales (una minoría) acaban generando un escudo para protegerse del ataque de la plasmina, recuperando así la capacidad de adherirse a los vasos sanguíneos. Para ello, utilizan una molécula llamada L1CAM que tiene propiedades adhesivas. Además, no se autodestruyen.

Massagué cree que el uso de un fármaco capaz de bloquear la molécula L1CAM evitaría que las células cancerosas se adhirieran a los vasos sanguíneos. De hecho, su equipo de investigación ya está diseñando un anticuerpo contra L1CAM con el objetivo de ensayarlo en ratones.

Falta comprobar, por supuesto, que el mecanismo que origina las metástasis en el cerebro sea el mismo que origina las metástasis en otros órganos. «Nuestra hipótesis es que, en muchos casos, las células iniciadoras de metástasis deben ser capaces de interactuar de este modo con los vasos sanguíneos, por lo que es probable que el mecanismo sea el mismo».
marzo 5/2014 (JANO.es)

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El uso indebido de medicamentos con receta avanza en todas las regiones del mundo y en muchos países este fenómeno supera ya al consumo de drogas ilícitas, de acuerdo con un informe difundido recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de 2013, existe una «creciente amenaza para la salud» en todo el mundo por el uso indebido de medicamentos de venta con receta, en especial en América del Norte.

«La Junta observa que en muchos países las tasas de prevalencia del uso indebido de los medicamentos de venta con receta son equiparables a las de otras sustancias sujetas a fiscalización internacional, cuando no más elevadas», destacó el informe.

El documento no ofrece cifras sobre el aumento, aunque subrayó que el consumo indebido de medicamentos con recetas es especialmente grave en América del Norte, donde «ha seguido constituyendo una amenaza para la salud pública de creciente magnitud y gravedad».

Asentó que el problema, en especial en Estados Unidos y Canadá, contribuye a que la región de América del Norte siga siendo la que mayor número de muertos registra por abuso en el consumo de drogas en el mundo.

«Hay una equivocada percepción de que los medicamentos con receta son menos susceptibles de abuso que las drogas ilícitas», consideró Raymond Yans, presidente de la JIFE.

El informe indicó que encuestas muestran que un porcentaje significativo de individuos abusan de drogas con receta por primera vez luego de obtenerlas de un familiar o amigo que las ha adquirido de manera legal.

La Junta informó que entre las causas que amplifican el problema están la excesiva oferta de estos medicamentos, otorgados a menudo por doctores sin escrúpulos o por proveedores de medicamentos con escasos controles para dispensar o resurtir recetas.

El texto también estableció que solo una de cada seis personas que utilizan drogas en el mundo, unos 4.5 millones de individuos, recibe tratamiento adecuado, lo que genera un costo de 35 mil millones de dólares anuales.

El costo de la prevención y el tratamiento, sin embargo, genera ahorros significativos en términos de atención médica posterior y de comisión de delitos.

La Junta concluyó que cada dólar que un gobierno gasta en tratamientos ahorra 10 dólares en costos futuros relacionados con el consumo de drogas.
marzo 7/2014 (Notimex)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Una dieta con mucha carne y quesos puede ser tan dañina como el fumar, pero un consumo moderado de proteínas es saludable después de los 65 años de edad, según un estudio que publicó la revista Cell Metabolism (10.1016/j.cmet.2014.02.006).

Los investigadores hicieron un seguimiento de la dieta y las condiciones de salud de una amplia muestra de adultos durante dos décadas, y encontraron que el consumo continuado de proteínas animales hace que una persona tenga cuatro veces más probabilidades de morir de cáncer que alguien con una dieta baja en proteínas.

Esto es un riesgo de mortalidad por cáncer comparable al que corre una persona que fuma.

«Existe la noción equivocada de que, porque todos comemos, es fácil y simple entender la nutrición», señaló el autor principal del estudio, Valter Longo, profesor de la Escuela de Gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California.

El consumo excesivo de proteína no sólo aparece vinculado a un incremento sustancial en la mortalidad por cáncer sino que las personas de edad mediana que comen mucha proteína de origen animal, incluidas carnes, leche y queso, son más susceptibles a una muerte temprana en general, según esta investigación.

De hecho los amantes de la dieta con alto contenido de proteínas fueron un 74 % más propensos a morir dentro del período del estudio que sus pares que consumían menos proteínas. También fueron varias veces más propensos a morir como consecuencia de la diabetes.

El asunto de cuánta proteína debe incluirse en una dieta saludable ha sido controvertido por mucho tiempo, agitado ocasionalmente por la popularidad de las dietas con alto contenido proteínico como las de las marcas Paleo y Atkins.

El estudio de la USC encontró que la adultez no es una fase monolítica de la vida ya que la biología cambia a medida que las personas envejecen.

La proteína controla la hormona del crecimiento IGF-I que ayuda en la etapa de crecimiento del cuerpo pero se ha vinculado con la susceptibilidad al cáncer. Los niveles de IGF-I caen sustancialmente después de los 65 años de edad y eso contribuye a un debilitamiento y pérdida de músculo.

El estudio llevó a la conclusión de que, si bien la ingesta elevada de proteínas puede ser dañina en la edad media, una dieta con niveles moderados o altos de proteína después de los 65 años de edad puede hacer que las personas sean menos susceptibles a las enfermedades.

Un aspecto importante del estudio es que los investigadores determinaron que las proteínas procedentes de plantas, tales como los frijoles, no parecen tener los mismos efectos sobre la mortalidad que tienen las proteínas de origen animal.

«La mayoría de la gente en Estados Unidos come casi el doble de las proteínas que deberían ingerir y quizá el mejor cambio sería bajar la ingesta diaria de todas las proteínas pero especialmente las de origen animal», señaló Longo.

Las conclusiones de este estudio sustentan las recomendaciones de varias agencias de salud según las cuales un consumo saludable es de unos 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal cada día en la edad mediana.

Por ejemplo, una persona que pesa 59 kilogramos debería consumir cada día entre 45 y 50 gramos de proteína por día con una preferencia por las proteínas de origen vegetal, como las legumbres.

Los investigadores califican como dieta con alto contenido de proteínas una en la cual al menos el 20 % de las calorías provienen de proteínas, incluidas las proteínas de origen vegetal o animal.

Una dieta moderada incluye del 10 al 19 % de calorías provenientes de proteína, y una dieta baja es la que incluye menos del 10 % de proteína.
marzo 4/2014 (EFE).-

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Morgan E. Levine, Jorge A. Suarez, Sebastian Brandhorst, Priya Balasubramanian, Chia-Wei Cheng, Valter D. Longo.Low Protein Intake Is Associated with a Major Reduction in IGF-1, Cancer, and Overall Mortality in the 65 and Younger but Not Older Population. Cell Metabolism, Volume 19, Issue 3, 407-417, 4 Mar 2014

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Los expertos reunidos en el XXXIX Congreso Anual de la Asociación Española para el estudio del Hígado (AEEH) han presentado un nuevo método diagnóstico para detectar esteatohepatitis no alcohólica (EHNA o NASH por sus siglas en inglés) sin necesidad de realizar una biopsia. La esteatohepatitis es una enfermedad del hígado que se produce por la inflamación y daño de este órgano, como consecuencia de una acumulación excesiva de grasa en forma de triglicéridos, en lo que se conoce como enfermedad del hígado graso (HGNA o NAFLD).

Considerada como una de las epidemias clínicas del siglo XXI debido al consumo generalizado de una dieta excesivamente calórica, el hígado graso se produce por «la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Su origen es desconocido aunque suele ir asociado a la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia, y cuando esta infiltración grasa se complica, el hígado se inflama y aparece la esteatohepatitis, una enfermedad que debe ser tratada precozmente porque puede desembocar en cirrosis o cáncer», explica el Dr. Manuel Romero, miembro de la AEEH y catedrático de medicina de la Universidad de Sevilla.

La esteatohepatitis es una enfermedad completamente asintomática, que genera una pequeña alteración de la bioquímica hepática junto con alteraciones metabólicas (síndrome metabólico) como la hipertensión, obesidad, dislipemia, diabetes, etc.

La detección de hígado graso ocurre muchas veces en un chequeo rutinario y es confirmado mediante una simple analítica de sangre o una ecografía. Ahora bien, el diagnóstico de la esteatohepatitis es un poco más complejo ya que requiere de la realización de una biopsia, por lo que es mucho menos accesible e incomodo para el paciente. «Justamente por este motivo se ha desarrollado un nuevo método diagnóstico capaz de detectar si el paciente padece inflamación hepática a través de una resonancia magnética y, mediante un posterior análisis en el ordenador, nos mostrará su diagnóstico con una seguridad claramente superior a los métodos de los que disponemos a día de hoy», destaca el Dr. Manuel Romero.

Actualmente, en torno al 20 % de los españoles padecen hígado graso, cifra que está aumentando potencialmente entre los jóvenes. Entre un 10 y 15 %  de los pacientes con hígado graso desarrollan esteatohepatitis, lo que representa un 2-3% de la población total española o lo que es lo mismo, más de un millón de personas.

Esta inflamación hepática, caracterizada por la acumulación de grasa, es producida principalmente por dos causas diferenciadas: por el consumo de alcohol en exceso (esteatohepatitis alcohólica) y por tener un perfil de obesidad o diabetes (esteatohepatitis no alcohólica). Aún así, en los últimos estudios realizados, se ha detectado que entre un 30% – 40% de los pacientes que presentan una esteatohepatitis no alcohólica es debido a causas genéticas. «Se ha comprobado que la presencia de una mutación en el gen PNPLA3 puede conllevar a que la persona sea más propensa a acumular grasa en el hígado y, por tanto, a desarrollar esta enfermedad sin necesidad de tener unos perfiles clínicos desfavorables. Se calcula que solo el 3%-5% de la población española tiene este gen mutado y que más de un tercio de ellos tendrán tendencia a desarrollar enfermedad hepática», puntualiza el Dr. Romero.

Las dos complicaciones más graves que derivan directamente de esta enfermedad serían, por un lado, la progresión natural de la enfermedad hepática, es decir, un primer proceso a la cirrosis que podría llegar a producir cáncer de hígado, y, por otro, el incremento del riesgo cardiovascular, ya que se ha visto que las personas que poseen el hígado inflamado tienen mayor riesgo cardiovascular que las personas con hígado sano.

A pesar de ello, la esteatohepatitis es una enfermedad que se puede revertir mediante la práctica regular de ejercicio físico y una dieta saludable, junto con el control de las principales enfermedades que se asocian a la esteatohepatitis, como es la obesidad y la diabetes. Aun así, el Dr. Manuel Romero añade que, «el problema es que resulta tremendamente difícil convencer al paciente para que haga deporte, con lo que nos vemos obligados a desarrollar nuevos tratamientos que permitan lograr el control de la enfermedad». En este sentido, también se presentará en el congreso un estudio que muestra el impacto positivo del ejercicio físico y la dieta durante un año en esta enfermedad. Además, en el marco del congreso, se discutirán las posibilidades terapéuticas de fármacos prometedores como el ácido obeticólico, la quercetina o el GFT-505″, añade el hepatólogo.

En el marco de la AEEH se ha conformado el Grupo Nacional para el Estudio de la Esteatohepatitis, un equipo formado por dieciocho grupos de investigación, quince hospitales y tres centros de investigación básica, que tiene el objetivo de elaborar el primer registro sobre esta enfermedad y potenciar la investigación traslacional y de colaboración.

Los hepatólogos reclaman una estrategia nacional en hepatología

El Congreso ha albegado la presentación del Libro Blanco de la Hepatología en España, una iniciativa liderada por la AEEH, con la colaboración de Porib y Gilead, que pretende poner de manifiesto el rol de la hepatología en nuestro país, dando a conocer datos sobre los recursos asistenciales, humanos, diagnósticos y terapéuticos, que están disponibles actualmente para el manejo de estos pacientes.

Gracias a este trabajo, en el que han participado un total de 161 hospitales españoles de referencia, sabemos, por primera vez, que nuestro país dispone de un total de 590 médicos destinados al manejo de los pacientes hepáticos (ratio de 1,28 por cada 100 000 habitantes), y que, además, el 56% de estos especialistas se localizan en los hospitales de más de 500 camas y que poseen una edad media de 47 años.

El documento también revela que la mortalidad asociada a las enfermedades hepáticas (8%) duplica la tasa de mortalidad por cualquier otra causa dentro de los servicios hospitalarios de gastroenterología y medicina interna (3%) y la tasa de mortalidad de los hospitales consultados (4%). Además, las enfermedades hepáticas son responsables del 2% del total de ingresos que se produjeron en nuestro país en el año 2011 (3 640 064), y es la segunda enfermedad que ha experimentado un mayor crecimiento en el número de ingresos en los últimos cinco años.

Otro dato analizado en la investigación realizada por la AEEH, ha sido saber cuales son las patologías hepáticas más frecuentes de las consultas externas, es decir, aquellas revisiones que realiza el especialista a aquellos pacientes que ya no están hospitalizados. Así, se ha visto que el 80% de las consultas se debieron a hepatitis virales (36%), trasplante hepático (27%) y cirrosis (16).

En este sentido el Dr. Calleja señala que «estos datos nos hacen preveer que la carga asistencial asociada a las patologías hepáticas irá en aumento durante los próximos años, con lo que es necesario que las autoridades sanitarias se comprometen a diseñar una estrategia nacional en hepatología, que pueda garantizar una calidad asistencial a todos los pacientes».
febrero 24/2014 (JANO)

Un nuevo estudio podría aportar otra razón para mantener la calma ante el estrés. Los investigadores afirman que los arranques de ira podrían aumentar las probabilidades de sufrir un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular (ACV) en las horas posteriores al incidente.

Los investigadores se apresuraron a indicar que el riesgo absoluto de cualquier persona de sufrir un problema cardiaco después de un estallido de ira sigue siendo muy bajo. No obstante, la revisión de múltiples estudios halló que el riesgo aumentó considerablemente en comparación con los periodos de calma.

«No es sorprendente que se observe dicha asociación, ya que sabemos que el enojo está asociado con un aumento en la respuesta del sistema nervioso del cuerpo ante el estrés», dijo un experto, el Dr. Sripal Bangalore, profesor asistente de medicina en el Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

Esta respuesta nada saludable incluye «aumentos de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, los cuales pueden tener consecuencias adversas inmediatas», señaló Bangalore, que no participó en el estudio nuevo.

En el estudio, los investigadores analizaron los hallazgos de nueve estudios realizados entre 1966 y 2013 que incluyeron más de 4500 casos de ataque cardiaco, 462 casos de síndrome coronario agudo (un término genérico que incluye el ataque cardiaco o la angina de pecho), más de 800 casos de ACV y más de 300 casos de problemas con el ritmo cardiaco.

En el plazo de dos horas tras un estallido de ira, el riesgo de una persona de sufrir un ataque cardiaco o un síndrome coronario agudo era casi 5 veces más alto, su riesgo de ACV era casi 4 veces más alto y su riesgo de sufrir un trastorno del ritmo cardiaco peligroso llamado arritmia ventricular también aumentó, hallaron los investigadores.

El riesgo más alto lo tenían las personas que se enojaban más a menudo y que ya tenían factores de riesgo como, por ejemplo, problemas cardiacos previos, según los hallazgos, que fueron publicados en la revista European Heart Journal (doi:10.1093/eurheartj/ehu033 ).

En el estudio, el equipo dirigido por Elizabeth Mostofsky, instructora en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, afirmó que dado que los ataques de ira son relativamente raros y los efectos parecen ser transitorios, «el impacto sobre el riesgo absoluto de un individuo de sufrir un evento cardiovascular es pequeño».

Pero algunas personas podrían tener un riesgo más alto, añadió Mostofsky.

«Aunque el riesgo de sufrir un evento (cardiaco) agudo con un solo estallido de ira es relativamente bajo, el riesgo puede acumularse para las personas con episodios frecuentes de enojo», afirmó en un comunicado de prensa de la revista. «Esto es particularmente importante para las personas que tienen un riesgo más alto debido a que tienen otros factores de riesgo subyacentes o las que ya han sufrido un ataque cardiaco, un ACV o diabetes».

«Por ejemplo, una persona sin muchos factores de riesgo de enfermedades (cardiacas) que solo experimenta un episodio de enojo al mes tiene un riesgo adicional muy pequeño, pero una persona con múltiples factores de riesgo o con antecedentes de ataque cardiaco o ACV, y que se enoja con frecuencia, tiene un riesgo adicional absoluto más alto acumulado a lo largo del tiempo», señaló.

En las personas con un riesgo cardiaco bajo y que se enojaban solo una vez al mes, los estallidos de ira podrían resultar en un ataque cardiaco adicional por cada 10 000 personas al año, indicaron los investigadores. En las personas con un riesgo de problemas cardiacos alto, el aumento era de cuatro ataques cardiacos adicionales.

En las personas que se enojaban más a menudo, 5 estallidos de enojo al día llevarían aproximadamente a 158 ataques cardiacos adicionales por cada 10 000 personas al año para las que tienen un riesgo de problemas cardiacos bajo, y a 657 ataques cardiacos adicionales en las personas con un riesgo de problemas cardiacos alto.

Los hallazgos no muestran necesariamente que el enojo provoque ataques cardiacos u otros eventos cardiacos, solo que hay una asociación entre ellos, afirmaron los investigadores. No obstante, añadieron que los hallazgos eran bastante consistentes en todos los estudios incluidos en la revisión.

«Los cardiólogos conocen desde hace mucho los efectos adversos de la depresión tras un ataque cardiaco, pero este estudio enfatiza la necesidad de no solo realizar una evaluación para la depresión, sino también de evaluar si hay otros componentes de estrés mental», indicó Bangalore.

Otra experta se mostró de acuerdo.

«Al tratar a una paciente con alguna enfermedad (cardiaca), es importante determinar si el paciente reacciona rápidamente con enojo, ya que este rasgo de la personalidad podría aumentar el riesgo de ataques cardiacos y podría valer la pena que se tratara», afirmó la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.

«Tanto si se trata de una intervención conductual o de medicación, como médicos, debemos preguntar al paciente si tiene episodios de ira, ya que pueden aumentar el riesgo de ataques cardiacos y podrían ser una parte de lo que aconsejamos a nuestros pacientes en cuanto al cuidado de sí mismos», añadió.
marzo 5/2014(Medlineplus)

Mostofsky E, Penner EA, Mittleman MA. Outbursts of anger as a trigger of acute cardiovascular events: a systematic review and meta-analysis.Eur Heart J. 2014 Mar 3.

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El achachairú, un árbol frutal de origen boliviano, se mostró eficaz para combatir ciertos tipos de células cancerígenas en pruebas realizadas en laboratorio por científicos de la brasileña Universidad do Vale do Itajaí (Univali), se informó recientemente.

Los investigadores de la Univali consiguieron aislar dos compuestos de extractos de la planta que, al menos en laboratorio, tuvieron efecto para inhibir las células tumorales en casos de cáncer de próstata, mama y riñón, señaló este miércoles la universidad en un comunicado.

El descubrimiento, hecho en asociación con investigadores de la también brasileña Universidad de Campinas (Unicamp), fue destacado en un artículo publicado recientemente en una revista científica internacional.

El achachairú («Garcinia achachairu»), una fruta comestible muy apetecida por los bolivianos, que la usan para producir refrescos, helados y postres, constituye una «nueva esperanza en el combate del cáncer», señaló la Univali.

En Bolivia la medicina tradicional utiliza la cáscara de la fruta y la corteza del árbol del achachairú como cicatrizante y para tratar problemas como reumatismo, inflamación, problemas gástricos y manchas en la piel.

Pese a ser prácticamente desconocido en Brasil, el fruto ya fue adaptado a diferentes regiones brasileñas, entre las cuales Santa Catarina, estado del sur del país en que la Univali tiene su sede.

La investigación de la universidad brasileña fue realizada en el desarrollo de un proyecto apoyado por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted) para identificar nuevos agentes terapéuticos a partir de la biodiversidad regional.

«Hicimos pruebas con extractos de diferentes partes de la planta y obtuvimos los mejores resultados con las ramas», afirmó el investigador Rivaldo Niero, uno de los responsables por el estudio, citado en el comunicado de la Univali.

«Ya aislamos e identificamos dos sustancias raras que parecen ser las responsables por el efecto biológico evidenciado», agregó el científico, quien admitió que esas propiedades, así como su seguridad y toxicidad, aún tiene que ser probadas en humanos.

Valdir Cechinel Filho, otro de los investigadores de la Univali, explicó que los estudios proseguirán en adelante en asociación con el Centro de Investigación en Cáncer de la Universidad de Salamanca (España).

La nueva fase de la investigación, con pruebas en modelos «in vivo», se propone elucidar los mecanismos de acción de los principios activos, según Cechinel Filho.
marzo 13/2014 (EFE)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Un estudio ha revelado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central.

Un equipo multicéntrico, coordinado desde el Centro de Investigación del Cáncer por Alberto Orfao, ha demostrado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central centrados en la localización de células tumorales, según ha explicado a Diario Médico el investigador.

«Demostramos que la presencia de niveles elevados de este biomarcador en líquido cefalorraquídeo se asocia con un peor pronóstico global de la enfermedad en linfomas agresivos», argumenta.

El trabajo, que se ha publicado en la revista «Blood» bajo el título «Contribution of cerebrospinal fluid sCD19 levels to the detection of CNS lymphoma and its impact on disease outcome», ha consistido en evaluar la eficacia de un nuevo método para la detección de infiltración/invasión del sistema nervioso central en linfomas agresivos. La prueba se basa en la detección de proteínas de la célula tumoral en líquido cefalorraquídeo.

Aplicaciones futuras
Poniendo las miras en el futuro, el hallazgo plantea fundamentalmente la posibilidad de emplear este tipo de determinación basado en un panel de biomarcadores ampliado para el cribado diagnóstico de enfermedades neoplásicas en el sistema nervioso central y su monitorización tras el tratamiento, precisa Orfao.

Estudio de muestras
Desde el año 2006 se centraliza en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca el estudio de muestras de líquido cefalorraquídeo de 91 hospitales de toda España para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central en linfomas y leucemias agudas.

Se trata de un trabajo realizado gracias a la colaboración entre el Servicio General de Citometría de la Universidad de Salamanca, el Centro de Investigación del Cáncer y el Servicio de Hematología del Complejo Asistencial de Salamanca.

En este estudio concreto han participado 17 investigadores de 16 centros diferentes. En el centro salmantino han tenido especial relevancia en la realización del trabajo, además del propio Orfao, los investigadores Carmen Muñiz, Lourdes Martin, Antonio López y María Dolores Caballero.
marzo 14/2014(Diario Médico)

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