Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son los trastornos mentales que mayor mortalidad presentan, según las conclusiones extraídas en el marco del 26º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual que se ha celebrado en Mallorca.
La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) ha explicado, en nota de prensa, que los TCA afectan entre el 1 y el 3 por ciento de la población, con picos en determinadas etapas como la adolescencia, cuando según datos de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia afectan entre el 4,1 y el 6,4 por ciento de las mujeres de 12 a 21 años, un 0,3 por ciento de los hombres.
«Se trata de trastornos multicausales, en los que intervienen distintos factores», ha explicado el catedrático de la Universitat de Barcelona, director de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital de Bellvitge (HUB) y miembro de la SEPD, Fernando Fernández Aranda, en el marco de su intervención en el congreso.
En esta línea, ha indicado que «no es casual que suelan aparecer sobre todo en la adolescencia, alrededor de los 13-18 años, una etapa en la que surgen una serie de conflictos y complejidades que generan problemáticas en las personas. La mayoría afronta esta etapa de tránsito y sus conflictos con normalidad, pero las personas con vulnerabilidad tienen un mayor riesgo de desarrollar un TCA».
Además, durante su ponencia ha lamentado que a los trastornos de la conducta alimentaria «no se les haya dado históricamente la importancia que tienen». «Sobre todo teniendo en cuenta que los TCA son los trastornos mentales que más mortalidad presentan», con una tasa en torno al 6 por ciento, y que «se debe sobre todo a una elevada tasa de suicidios y a las complicaciones propias de los TCA», ha puntualizado.
Según ha subrayado Fernández Aranda, entre los 10 y 20 años «no hay otro trastorno mental con una tasa tan elevada». En este sentido, ha recalcado también que cuatro de cada diez personas «no se van a recuperar o solo muy parcialmente». «Una cuestión –ha continuado– que tiene un impacto a todos los niveles (individual, familiar, académico, emocional, laboral o sanitario) durante décadas», ha apuntado.
Por otra parte, ha explicado que el porcentaje de pacientes con TCA que tienen otro trastorno mental varía en función del momento en el que se atiende a la persona afectada. Así, en una etapa temprana, la comorbilidad con otro trastorno «suele ser más baja», mientras que a lo largo de los años la presencia de trastornos afectivos o de personalidad se sitúa entre el 20 y el 80 por ciento.
De este modo, se estima que hasta uno de cada cuatro pacientes con TCA presenta algún trastorno por abuso de sustancias, fundamentalmente tabaco, alcohol, cafeína y cannabis. «Suele ocurrir que esto pasa inadvertido y que no se recibe la atención que se precisa», ha indicado, remarcando la importancia de atender de forma integral al paciente haciendo hincapié en ambos trastornos.
«Esta perspectiva es necesaria porque vemos que los casos de pacientes que presentan TCA junto con abuso de sustancias son aquellos con mayor severidad y psicopatología, rasgos de personalidad más disfuncionales, más afectados a nivel cognitivo y son también los que presentan peor resultado al tratamiento y duración, así que son necesarios abordajes coordinados y multidisciplinares», ha concluido.
Fuente: psiquiatría.com
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