Fue un año largo pero aprendimos y nos hicimos fuertes; fue un tiempo de aislamiento pero estuvimos más cerca que nunca. Tuvimos miedo, angustia, dolor, incertidumbre. Estuvimos perplejos, incrédulos, asustados, enojados. Lloramos, aplaudimos, gritamos, nos ayudamos. Enterramos a nuestros muertos sin velatorio, los despedimos en silencio.
Crecimos. Aprendimos epidemiología, tecnología, virología. Supimos de anticuerpos, curvas y PCR. Nunca nos pasó tanto en tan poco tiempo. Y aquí estamos. Somos sobrevivientes de un tiempo que nos estalló en la cara. Es diciembre y tenemos derecho a emocionarnos, a llorar, a abrazarnos en silencio por tantos abrazos que no nos pudimos dar, a besarnos con el alma, a acariciarnos con las miradas. Y saben? vamos a celebrar más que nunca, porque ahora sabemos lo que el tiempo vale, lo que significa abrir los ojos cada mañana.
Llegamos al final y solo es el principio, porque nos hemos despertado y por eso no fue un año perdido. Si lo sabemos ver entenderemos que hemos ganado más que nunca. Así que este diciembre tenemos que pensar en algo más importante que los turrones y los arbolitos. Corramos a decirles del amor a los que queremos; salgamos a disculparnos con los que herimos; miremos alrededor y ayudemos a los que han quedado rezagados en el camino. Y no perdamos tiempo ¡seamos mejores¡
El nuevo año nos necesita unidos para seguir avanzando y para amar la vida más que siempre. GRACIAS ha de ser la palabra de orden para despedir este año aciago y para “bienvenir” el 2021. Yo por lo pronto lo esperaré a lo cubano, con un buen café. Y para ti que lees este mensaje: Salud, todo el amor y muy próspero año nuevo!!
Editoras
Dra. MsC. Marlene Vera Aragón
Especialista de 1er Grado en Psiquiatría
Departamento de Salud Mental Centro Habana
Dra. MsC. Yamira Puentes Rodríguez
Especialista de 1er y 2do Grado en Psiquiatría y 1er grado MGI
Centro Nacional de Educación Sexual
Comentar: