La pandemia por COVID-19 generó cambios en la cotidianeidad del individuo, la familia y repercusiones socioeconómicas importantes…se creía que esta situación podía aumentar el uso indebido de sustancias. Sin embargo…
RESUMEN
La pandemia por COVID-19 ha supuesto la aplicación de medidas de confinamiento a nivel mundial. Esto ha generado el cierre de centros educativos, ralentización de la economía, la percepción de amenaza e incertidumbre. Todo ello, junto al distanciamiento social y el confinamiento se creía que podía aumentar el uso indebido de sustancias como respuesta al estrés, la ansiedad o la depresión, como ha sucedido en otras situaciones de crisis.
Asimismo, era sensato pensar que las circunstancias propias del confinamiento propiciasen un uso más frecuente e intensivo de las pantallas (TIC) y, en consecuencia, un mayor riesgo de adicción a estas.
El Grupo de Investigación en Salud y Ajuste Psico-Social de la Universidad Internacional de Valencia, en colaboración con investigadores de la Universidad de Vigo y de la Universidad de Santiago de Compostela, impulsó un estudio durante el periodo de confinamiento para evaluar el impacto de las medidas de confinamiento por el COVID-19 en las adicciones con y sin sustancia.
Este estudio realizó una encuesta online a más de 4.000 personas (70% mujeres, 30% hombres) del conjunto de las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas de España, quedando una muestra final de 3779 participantes con edades comprendidas entre 18 y 64 años.
Los primeros resultados, presentados en la 11th European Society for Prevention Research Conference, señalan que el consumo de alcohol se ha reducido durante el confinamiento respecto a los niveles previos a la pandemia. Este hallazgo se explica, al menos en parte, como consecuencia de que los espacios en los que habitualmente se consumía alcohol (restaurantes, discotecas, festivales y pubs) estaban cerrados. También porque en el grupo de edad más joven, que son quienes hacen consumos más intensivos o binge drinking, han visto limitadas las oportunidades de asistir a botellones y han vuelto a vivir en el contexto familiar, el cuál ejerce un control en mayor o menor medida sobre estos consumos.
Respecto al consumo de cannabis, las personas que presentaban antes de la pandemia consumos de riesgo han disminuido la cantidad de porros consumidos durante el periodo del confinamiento. Una posible explicación a este hallazgo es que los consumidores han tenido que “estirar” el cannabis y/o hachís ante las dificultades para abastecerse durante el confinamiento, así como por la subida de precios que se observó.
En relación a las adicciones sin sustancia, se encontró que dos de cada diez jóvenes adultos mostraban indicadores de uso problemático de internet; y uno de cada diez un trastorno de juego online. Respecto a las conductas de riesgo online, se observó que el confinamiento no ha provocado un aumento de estas, incluso las tasas de prevalencia descienden ligeramente. Entre las prácticas de riesgo online destaca el sexting, generalmente descrito en adolescentes pero que en este estudio se constata en adultos.
Por último, las tasas de personas que realizaban apuestas online también descendió, siendo claramente explicable como consecuencia de la parada de las competiciones deportivas, principal fuente de apuestas. En definitiva, a partir del estudio se constata que las adicciones tienen un componente contextual determinante. La situación de confinamiento por el COVID-19 ha favorecido la disminución del consumo de alcohol y cannabis, así como de la realización de apuestas online; y, por tanto, los daños para la salud, sociales y económicos asociados.
Por su parte, ha aumentado el uso problemático de internet y las prácticas de riesgo online, como resultado de un mayor uso de las TIC y de la necesidad de contacto social online ante las limitaciones para el contacto offline. Estos hallazgos son de gran interés para profesionales del ámbito de la prevención de adicciones, así como para el diseño de políticas y estrategias de salud pública.
En este sentido, el Máster Universitario en Prevención en Drogodependencias y otras Conductas Adictivas de la Universidad Internacional de Valencia en el que imparten docencia los investigadores del estudio, incorpora estos hallazgos en su Plan de Estudios en la edición de Octubre que dará comienzo en fechas próximas. De este modo, la Universidad Internacional de Valencia muestra su compromiso con la sociedad frente a las adicciones y las consecuencias del COVID-19, su abordaje desde la evidencia científica y la aplicabilidad en los distintos ámbitos de actuación.
Los autores del estudio son:
Víctor José Villanueva Blasco¹; Verónica Villanueva Silvestre¹; Andrea Vázquez Martínez¹; Pere Blay Serrano¹; Patricia Motos Sellés¹; Manuel Isorna Folgar²; Antonio Rial Boubeta³ 1 Universidad Internacional de Valencia; 2 Universidad de Vigo; 3 Universidad de Santiago de Compostela.
Enlace al artículo: http://psiqu.com/2-62840
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