Guía para el manejo psicológico del confinamiento y la crisis del COVID-19

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Esta guía ha sido elaborada por diferentes profesionales de la psicología Sanitaria española durante el periodo de confinamiento iniciado a raíz de la crisis del COVID-19.  Está orientada a población general con el fin de difundir información y consejos psicológicos para un desarrollo y proceso emocional sano durante el confinamiento. Su objetivo, no es otro que ayudar y orientar en estrategias psicológicas basadas en la evidencia científica que sabemos son de ayuda en la intervención y promoción de la salud.

Agradecemos a Blanca Peraile Alda e Isabel Martín Donoso por el trabajo de revisión de la guía.

1. BUEN USO DE LA INFORMACIÓN

Ante la presente situación de emergencia sanitaria y gracias a los múltiples medios de información, tenemos acceso directo a cantidad de datos que nos ayudan a conocer de manera inmediata el desarrollo y la evolución de la enfermedad a nivel global.

La utilidad principal de dicha información es dar a conocer por un lado, el estado actual de la enfermedad; y por otro (más importante) las pautas a seguir para poder hacer frente al problema que nos ocupa. Es decir, sin información es mucho más probable que cometamos un error y aumenta nuestra vulnerabilidad al contagio.

Si bien dicha información puede producir cierto malestar, en muchas ocasiones la propia preocupación nos llevará a buscar información que nos alivie y nos haga sentir seguridad. Esto está bien en la medida en que nos ayude a gestionar el problema, pero corremos el riesgo de realizar una búsqueda “compulsiva” que empeore nuestro malestar y deje de ser útil.

Para evitar esa sobreinformación y sobre todo el exceso de información sin utilidad, es recomendable establecer una serie de sencillas pautas:

1. Elegir fuentes fiables: medios oficiales (páginas oficiales de los diferentes  ministerios), profesionales específicos competentes en cada nivel de afectación (personal médico, profesionales de la psicología o el Derecho. . . ) y medios de comunicación a nivel estatal (televisión, prensa, etc. ).

2. Limitar el número de veces que accedemos a ellas. En la mayoría de ocasiones, para informarnos del estado actual de la situación basta con una única vez al día (bien por la mañana o por la noche).

3. Buscar información que sea relevante y objetiva a nivel inmediato, es decir: de poco sirve informarse acerca de lo que “se cree” que pasará en el futuro. Toda esa información está basada únicamente en suposiciones (por muy expertas que sean) y por lo tanto no es información ni veraz (porque aún no ha ocurrido), ni útil (puesto que no puedo solucionar ni hacer nada por algo que aún no está pasando).

Vea el texto  completo en psiquiatria.com

 

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