Octubre, 2010
Las emociones o conductas negativas de una madre pueden empeorar la gravedad del asma de su hijo, sugiere una investigación reciente.
En el estudio, investigadores japoneses dieron seguimiento a 223 madres durante un año para evaluar cómo sus niveles de estrés, sus habilidades de afrontamiento y sus estilos de crianza influenciaban los síntomas de asma de sus hijos, que tenían entre dos y doce años de edad.
Entre los niños mayores de siete años, un empeoramiento del asma se asoció con una interferencia excesiva de parte de las madres, debido a que eran sobreprotectoras. Entre los niños menores de siete años, los síntomas más graves de asma se asociaron con la irritación y enojo crónicos de la madre, o una tendencia a suprimir expresiones de emoción, encontraron los investigadores.
«El estrés (o bienestar) de una madre podría transmitirse de forma verbal o no verbal al niño, y afectar el estado asmático del niño a través de una vía psicológica y fisiológica, como la inmunorreactividad a los alérgenos o una vulnerabilidad a infecciones de las vías respiratorias», explicó en un comunicado de prensa del editor de la revista Jun Nagano, del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de Kyushu en Fukuoka, Japón.
«Nuestros resultados sugieren que se debe aconsejar a las madres de niños más pequeños no preocuparse por caer en estilos de crianza ‘no favorables’, sino prestar más atención a la reducción de su propio estrés. A las madres de niños mayores, se les podría animar a aumentar su propio bienestar», concluyó Jun.
FUENTE: BioMed Central, news release, Oct. 7, 2010
HealthDay
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