Tomado de Russia Today
Dasia Taylor, de 17 años, trabajó con el extracto de este tubérculo para crear suturas que cambian de color cuando una herida se infecta.
Una estudiante de secundaria de Iowa (EE.UU.) ha inventado una tecnología sencilla y accesible que permite detectar heridas infectadas a través de suturas quirúrgicas teñidas con remolacha.
Dasia Taylor, de 17 años, asegura esta idea surgió después de descubrir suturas especiales que son capaces de detectar cambios en las heridas y sincronizar los datos con un teléfono inteligente. Sin embargo, según explicó a The Washington Post, muchos pacientes que necesitan esta tecnología «no podrían pagarla». Entonces, decidió desarrollar una alternativa más asequible que estuviera disponible para personas que provienen de países de bajos ingresos.
La adolescente encontró la solución del problema en la remolacha. Tomando en cuenta que la piel humana es naturalmente ácida con un pH aproximado de 5, y cuando una herida se infecta, este indicador sube a 8 o más. Para detectar los cambios no necesariamente se requiere de dispositivos electrónicos ya que muchas frutas y verduras son indicadores naturales de acidez.
Así, Taylor descubrió que las remolachas también cambian de color a medida que aumenta el nivel de pH y a partir del extracto de este tubérculo, la joven investigadora elaboró un aditivo para suturas que cambia de color de rojo brillante a morado oscuro cuando una herida se infecta.
A principios de 2021, este invento ayudó a Taylor a entrar en la lista de 40 finalistas de la competencia científica Regeneron Science Talent Search. Pero para la adolescente, la principal motivación detrás del estudio siempre ha sido el deseo de ayudar a las personas de países en vías del desarrollo, donde las infecciones en el sitio quirúrgico son más comunes y están asociadas con los índices de mortalidad, comentó la joven al medio estadounidense.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 11 % de los pacientes en países de ingresos bajos y medianos que se someten a cirugía contraen una infección en la herida. En África, este problema afecta hasta el 20 % de las mujeres que se someten a una cesárea.
«Cuando haces una investigación como esta, tienes que pensar en las vidas que vas a impactar […] tienes que asegurarte de que las personas a las que estás afectando puedan tener acceso a ellas», indicó Taylor. «No pasa un día en el que no pienso en las personas afectadas por la infección del sitio quirúrgico. Estas personas son mi ‘por qué'», agregó.
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