linfoma

“Si bien la biología molecular lleva décadas desempeñando un papel clave en el abordaje del cáncer de la sangre, cada vez son más las enfermedades en las que se identifican alteraciones moleculares asociadas que pueden ser importantes no solo en el diagnóstico y seguimiento, sino también en la aplicación de un tratamiento dirigido”, ha apuntado la Dra. María Teresa Gómez Casares, presidenta del Grupo de Biología Molecular de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), durante la Reunión Anual de este grupo cooperativo. Ampliar…

Un estudio ha revelado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central.

Un equipo multicéntrico, coordinado desde el Centro de Investigación del Cáncer por Alberto Orfao, ha demostrado que la detección de una de las más de diez proteínas tumorales evaluadas, la sCD19, mejora la sensibilidad de los métodos convencionales (microscopia) y modernos (citometría) para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central centrados en la localización de células tumorales, según ha explicado a Diario Médico el investigador.

«Demostramos que la presencia de niveles elevados de este biomarcador en líquido cefalorraquídeo se asocia con un peor pronóstico global de la enfermedad en linfomas agresivos», argumenta.

El trabajo, que se ha publicado en la revista «Blood» bajo el título «Contribution of cerebrospinal fluid sCD19 levels to the detection of CNS lymphoma and its impact on disease outcome», ha consistido en evaluar la eficacia de un nuevo método para la detección de infiltración/invasión del sistema nervioso central en linfomas agresivos. La prueba se basa en la detección de proteínas de la célula tumoral en líquido cefalorraquídeo.

Aplicaciones futuras
Poniendo las miras en el futuro, el hallazgo plantea fundamentalmente la posibilidad de emplear este tipo de determinación basado en un panel de biomarcadores ampliado para el cribado diagnóstico de enfermedades neoplásicas en el sistema nervioso central y su monitorización tras el tratamiento, precisa Orfao.

Estudio de muestras
Desde el año 2006 se centraliza en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca el estudio de muestras de líquido cefalorraquídeo de 91 hospitales de toda España para la detección de enfermedad en el sistema nervioso central en linfomas y leucemias agudas.

Se trata de un trabajo realizado gracias a la colaboración entre el Servicio General de Citometría de la Universidad de Salamanca, el Centro de Investigación del Cáncer y el Servicio de Hematología del Complejo Asistencial de Salamanca.

En este estudio concreto han participado 17 investigadores de 16 centros diferentes. En el centro salmantino han tenido especial relevancia en la realización del trabajo, además del propio Orfao, los investigadores Carmen Muñiz, Lourdes Martin, Antonio López y María Dolores Caballero.
marzo 14/2014(Diario Médico)

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Investigadores de la española Universidad de Navarra identificaron la función biológica de una proteína determinada, la FOXP1, que interviene en la progresión de linfomas.

Los científicos demostraron el rol que desempeña esa proteína en el correcto funcionamiento de la respuesta inmune y su vínculo con el desarrollo de un tipo de linfoma agresivo.

En un estudio publicado en Blood (doi: 10.1182/blood-2012-10-462846.), revista científica de la Sociedad Americana de Hematología, los especialistas explicaron que los llamados linfocitos B se reorganizan en microambientes para crear una respuesta inmune eficiente.

«Profundizamos en la relevancia funcional de la FOXP1 en los linfocitos B e investigamos su papel oncogénico en la célula de origen de la mayor parte de los linfomas», señalaron los autores principales del trabajo, dirigidos por José A. Martínez- Climent.

La investigación confirmó que esa proteína es un factor clave en la regulación de esos procesos malignos y en la formación de sus centros germinales, localizados en el bazo y los ganglios linfáticos.

«Además, participa directamente en la respuesta inmune humoral, regulando procesos de proliferación, diferenciación y reparación de ADN», refirieron los expertos.

«Esta proteína puede ser una diana terapéutica selectiva para un subgrupo de linfomas B que actualmente carece de tratamiento curativo», agregaron.

Según el estudio, los linfomas B representan el sexto cáncer más frecuente en los países desarrollados y constituyen un grupo heterogéneo de tumores variados que presentan distintas características biológicas y diferente evolución clínica.
mayo 27/2013 (PL)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Sagardoy A, Martinez-Ferrandis JI, Roa S, Bunting KL, Aznar MA, Elemento O.Downregulation of FOXP1 is required during germinal center B-cell function. Blood. 2013 May 23;121(21):4311-20. 2013 Abr 11

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El jefe del Departamento de Hematología del MD Anderson Cancer Center, José Francisco Tomas, ha subrayado este viernes la importancia de que, una vez diagnosticado el linfoma en un centro especializado, se le ponga «apellido» con el objetivo de aplicar un tratamiento concreto y, así, aumentar las posibilidades de curación.
El linfoma es una proliferación maligna de linfocitos, células defensivas del sistema inmunitario, que produce una merma en el funcionamiento del sistema inmunitario. Por ello, este experto ha recordado la importancia de que, ante el menor síntoma, el paciente acuda a consulta y, en el caso de que se diagnostique un linfoma, se le ponga un apellido cuanto antes, pues existen 30 variedades diferentes.
Dicho esto, ha precisado que, de esta treintena, el 90 % de los casos provienen de 6 o 7. Y, de este grupo, el linfoma B difuso de célula grande, supone el 30 %. En concreto, esta variedad de linfoma afecta especialmente a adultos mayores de 60 años y casi nunca a menores de 20 años. A pesar de su agresividad, en el 50 % de los casos se cura.
En el caso del linfoma de Hodgkin sus principales síntomas son por ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso.
En general, Tomas ha reconocido que no existe una «causa desencadenante» de este grupo de tumores y, por ello, no cuentan con unas medidas específicas para prevenir su aparición, salvo no fumar, pues el tabaquismo sí que podría estar implicado en su desarrollo.
septiembre 14/2012 (JANO.es)

Una investigación reciente sugiere una relación entre los implantes de mama y una forma poco común de linfoma, pero no se sabe si los implantes en realidad causan el cáncer o cómo podría desarrollarse la enfermedad.
Los investigadores también hallaron que este tipo de linfoma avanza lentamente, y que se puede tratar mediante extirpación quirúrgica del implante de mama y de la cápsula circundante. Los hallazgos se publican en la edición de abril de Plastic and Reconstructive Surgery .
Las preocupaciones sobre una posible relación entre los implantes de mama y el linfoma anaplásico de células grandes (LACG) surgieron por primera vez en 1996 con la publicación de un informe de médicos que describieron el caso de una mujer con implantes que desarrolló LACG en el tejido de al lado de uno de sus implantes.
Desde entonces, informes similares publicados han calculado que entre uno y tres casos de LACG se diagnosticarían cada año por cada millón de mujeres con implantes de mama.
Para este estudio, los investigadores revisaron la literatura médica sobre los implantes de mama y el LACG, y también convocaron un panel de expertos para evaluar la evidencia sobre una posible relación entre ambos.
«Todavía se necesita mucho más investigación para explorar la relación entre los implantes de mama y la LACG, y la significación clínica de esta enfermedad poco común, pero nuestros hallazgos proveen información útil tanto para las pacientes y los médicos de forma inmediata», aseguró en un comunicado de prensa de la RAND el autor principal, el Dr. Soeren Mattke.
En su revisión, Mattke y colegas identificaron 36 casos publicados de linfoma no Hodgkin entre mujeres con implantes de mama. De esos, se identificaron 29 con LACG. Los investigadores no encontraron evidencia de que el riesgo de la enfermedad recibiera la influencia de factores de riesgo de la paciente o de tipos particulares de implantes.
Algunas de las mujeres recibieron quimioterapia y/o radioterapia, pero la mayoría se sometió a cirugía para extirpar el implante afectado y el tejido circundante. No hubo muertes entre las 16 pacientes sobre las que había información de seguimiento disponible, señalaron los investigadores.
Los hallazgos de la revisión fueron presentados al panel de expertos, que concluyó que la evidencia sugiere una asociación entre los implantes de mama y el LACG, pero no prueba en definitiva que los implantes causen el cáncer ni explican cómo podrían desencadenarlo.
Los panelistas también recomendaron que la aparición de una bolsa llena de líquido cerca del implante de mama al menos seis meses tras la cirugía amerite una evaluación diagnóstica por LACG.
La Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos y la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos anunciaron hace poco un plan para crear un registro y recolectar datos sobre las mujeres con implantes de mama que han sido diagnosticadas con LACG.
Abril 21/2011 (HealthDay News) MedllinePlus

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