enfermedad de Parkinson

Una terapia experimental para la enfermedad de Parkinson (EP) parece reducir sus síntomas mediante la reorganización funcional de la conectividad cerebral. Los investigadores seleccionaron a 15 pacientes con EP que en un ensayo anterior habían recibido ácido glutámico decarboxilasa (GAD), una enzima neuronal involucrado en la síntesis del neurotransmisor GABA, en el núcleo subtalámico. Ampliar…

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Investigadores de la Universidad de Pennsylvania han descubierto que las sinucleopatías, un grupo de enfermedades en las que se incluye la de párkinson, se distinguen por diferentes especies de alfa sinucleína mal conformada en diferentes tipos de células nerviosas. Este tipo de relación no había sido nunca antes establecida en ninguna otra enfermedad neurodegenerativa, afirma Chao Peng, director del estudio. Ampliar…

La enfermedad de Parkinson es crónica y degenerativa, afecta una zona del cerebro en donde las células producen dopamina, que entre otras funciones participa en la actividad locomotora; en el mundo existen 4.6 millones de personas mayores de 50 años con ese padecimiento, cifra que podría duplicarse en 2030.   Lo anterior, explicó la agencia informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), de acuerdo con el estudio Diagnóstico y Tratamiento de la enfermedad de Parkinson inicial y avanzada en el tercer nivel de atención realizado por la Secretaría de Salud (SSA) en 2010. Ampliar…

Una biopsia de la piel serviría para diagnosticar de forma precoz y hasta el momento, impensable, enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson, según propone un trabajo llevado a cabo por científicos mexicanos. A falta de que se corroboren sus resultados, los autores los presentarán en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología. Ampliar…

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Un equipo de científicos de la Universidad de Edimburgo, en el Reino Unido, ha creado por primer vez células nerviosas cerebrales de uno de los tipos de párkinson de progresión más rápida. Esto puede facilitar el desarrollo de nuevos fármacos. La investigación se ha publicado en Nature Communications.  Para desarrollarlas, los investigadores emplearon muestras de piel de un paciente que tenía este tipo y generaron células nerviosas del cerebro afectadas por la enfermedad.
De esta forma, el desarrollo podría ayudar a los científicos a determinar por qué algunas células nerviosas mueren, además de hacer más fácil probar nuevos medicamentos que podrían detener el progreso de la enfermedad. En concreto, el objetivo es encontrar los fármacos que pueden prevenir la muerte de las neuronas, que se afectan por la enfermedad de Parkinson.
«Los medicamentos actuales alivian los síntomas de la enfermedad. Este estudio proporciona una nueva perspectiva, y abre una nueva área de investigación para descubrir fármacos modificadores», según Tito Kunath, del Centro de Investigación del Consejo de Medicina Regenerativa de la Universidad de Edimburgo
En concreto, las células de las neuronas fueron generadas de un paciente con una forma de párkinson que progresa rápidamente y puede ser diagnosticada en la treintena. Los pacientes que padecen este forma de párkinson tienen el doble de un tipo de genes que producen la proteína alfa-sinucleína que el resto de la población. Aunque esta forma de párkinson es rara, la proteína implicada está vinculada a prácticamente todos los tipos de la enfermedad.
«Como este tipo de Parkinson progresa rápidamente, podrá ser más fácil ver los efectos de los fármacos probados para evitar que las células nerviosas específicas de la enfermedad mueran», señala Michael Devine, del Instituto de Neurología de la Escuela Universitaria de Londres, en el Reino Unido. Agosto  28/08/2011 (Diario Médico)

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Científicos de Estados Unidos comprueba en ratones que una cepa de la bacteria causante de úlceras gastroduodenales conlleva la aparición de la enfermedad neurodegenerativa en pocas semanas.
Investigadores de la Louisiana State University (Estados Unidos) aseguran que Helicobacter pylori, bacteria causante de úlceras gastroduodenales, podría desempeñar también un importante papel en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Según los resultados de una investigación en ratones presentada en el marco del encuentro anual de la Sociedad Americana de Microbiología, que se celebra en Nueva Orléans (Estados Unidos), se ha observado que «la infección con una cepa particular de la bacteria H. pylori conlleva la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson entre 3 y 5 meses después».
Este hallazgo, apunta Traci Testerman, autora del estudio, puede sugerir una relación entre esta infección y el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa en humanos.
De hecho, diversas investigaciones han mostrado una correlación entre las úlceras estomacales y la enfermedad de Parkinson desde 1960, incluso antes de que se supiese que el H. pylori es la causa de las úlceras. Más recientemente, una serie de estudios halló que las personas con enfermedad de Parkinson tenían más riesgo de estar infectadas por esta bacteria, al tiempo que, una vez tratadas y curadas de la infección, también conseguían una ligera mejora del párkinson, en comparación con no infectados.
Testerman y su equipo desarrollaron un modelo animal con colesterol modificado para comprender más eficazmente el papel del H. pylori en la enfermedad de Parkinson, para lo que infectaron a un grupo de ratones de diferentes edades con tres cepas diferentes de bacterias, para posteriormente iniciar un seguimiento de su actividad locomotora y los niveles de dopamina en el cerebro.
Los ratones infectados con una de las cepas mostraron «una reducción significativa de ambos», sobre todo en los roedores de más edad, lo que muestra que el envejecimiento les hace más susceptibles al párkinson, como sucede en humanos.
«Nuestro modelo de ratón demuestra un efecto directo de la infección por H. pylori es el desarrollo de la enfermedad de Parkinson, si bien no todas las cepas han demostrado ser igual de dañinas», concluye Telerman.
Asimismo, compararon estos resultados con otro grupo de ratones con hipercolesterolemia pero sin la infección de esta bacteria, observando que en algunos casos también habían iniciado los síntomas, lo que muestra que esto puede favorecer la aparición de la enfermedad.
Mayo 23/2011 (JANO)

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