Científicos del IRB Barcelona han identificado las células tumorales residuales que, después de la extirpación de un tumor primario colorrectal, hacen que reaparezca el cáncer en otros órganos, como el hígado y el pulmón. Ampliar…
Científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia «Josep Carreras» han descubierto una molécula en el genoma no codificante que provoca la proliferación de células y facilita que las tumorales se multipliquen y expandan. Los resultados se publican en Nature Communications. Sonia Guil, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, y Lourdes Farré, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), han descrito cómo en una región del genoma no codificante existe una molécula intermedia implicada en la regulación de procesos clave para el desarrollo y diferenciación de las células, y para la expansión de células tumorales. Ampliar…
Científicos españoles demostraron por primera vez que la detección de células tumorales circulantes en sangre permite predecir la respuesta que un paciente con cáncer avanzado tendrá a la quimioterapia e incluso los efectos secundarios asociados que padecerán.
La clave está en la identificación de proteínas concretas en estas células, que las hacen especialmente sensibles a fármacos específicos, informó la Universidad de Granada, donde se llevó a cabo la investigación.
Los científicos pertenecen al grupo de investigación de Células Tumorales Circulantes y Metástasis de Genyo (Centro de Genómica e Investigación Oncológica).
Fueron premiados en el Congreso Internacional sobre Enfermedad Mínima Residual del cáncer celebrado recientemente en París, por su estudio sobre el uso de estas células como herramienta clínica para determinar la respuesta a tratamientos administrados a pacientes de cáncer de colon avanzado.
Los pacientes se sometieron a un tratamiento estándar en esta enfermedad que incluye QT (quimioterapia) y un anticuerpo monoclonal específico que reduce la vascularización del tumor.
La importancia de las células tumorales circulantes en sangre como origen de las metástasis, responsables de más de nueve de cada diez muertes por cáncer, centra desde hace más de cuatro años el trabajo de este grupo, liderado por los profesores de la Universidad de Granada José Antonio Lorente, María José Serrano y José Luis García Puche.
Este ensayo es uno de los ocho estudios que este grupo de investigación mantiene abiertos en pacientes afectados por varias patologías de especial relevancia en la oncología, como cáncer de mama, de pulmón, carcinomatosis peritoneal o cáncer de próstata. EFE
octubre 30/2013 (EFE).-
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Nature Medicine publicó un estudio pionero sobre una proteína que regula la expresión de cientos de genes con un papel crucial en la progresión del cáncer de páncreas, los gliomas y posiblemente muchos otros tipos de tumores. El estudio, de los investigadores Raúl Méndez, profesor en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB, ICREA Barcelona) y Pilar Navarro del IMIM (Institut de Recerca del Hospital del Mar, en Barcelona), describe un nuevo mecanismo de reprogramación para la expresión de los genes responsables de convertir una célula sana en una célula tumoral; los científicos identificaron la proteína CPEB4 como un «director de orquesta celular» que activa de cientos de genes asociados con el crecimiento del tumor. «La particularidad es que no es solo la mutación de un gen específico lo que promueve el crecimiento del tumor, sino también la expresión de una proteína en un sitio incorrecto, que produciría cientos de moléculas mensajeras -que transmiten información genética para la síntesis de proteínas- sin que estos genes muten. Este proceso conduce a la expresión de muchos genes normales pero, en cantidades inadecuadas, se asemeja más a las primeras etapas del desarrollo embrionario que a las etapas de desarrollo de órganos de adultos «, explica Raúl Méndez, experto en la familia de proteínas CPEB. Elena Ortiz-Zapater, autora principal del artículo, y Pilar Navarro aclaran que «este sería el caso del activador tisular del plasminógeno (tPA), una proteína que normalmente no se encuentran en el páncreas sano, sino que muestra una alta expresión en los tumores de páncreas». Una de las conclusiones destacadas en el estudio es que en los tejidos examinados, el páncreas y el cerebro, la CPEB4 no se detecta en las células sanas, solo en los tumores. Por lo tanto, la inhibición de esta proteína tendría un efecto anti-tumoral y pocos efectos adversos. Mediante experimentos con células humanas de cáncer en ratones, los investigadores demostraron que la disminución de los niveles de CPEB4 en células de cáncer reduce el tamaño de los tumores hasta en un 80%. Aunque el estudio se limita a dos tipos de tumor, de acuerdo con los autores, «debido a los efectos observados en los tumores examinados y el tipo de genes regulados por este mecanismo, se espera que esté involucrado en muchos otros tipos de cáncer». Este estudio abre nuevas vías para el desarrollo de nuevos tratamientos para el cáncer, por lo que los investigadores están diseñando y analizando inhibidores de la CPEB4 de potencial interés terapéutico. «Las aplicaciones clínicas son muy prometedores, pero es necesaria una intensa investigación para identificar moléculas inhibidoras y ponerlas a prueba en varios modelos antes de determinar su potencial clínico y su uso en los pacientes», advierten Navarro y Méndez.
Diciembre 5/2011 (Diario Salud)
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