cáncer

Científicos australianos y británicos pudieron observar por primera vez el funcionamiento de una proteína capaz de destruir células cancerígenas desde su interior, avance que permitirá abrir nuevas vías para combatir el cáncer, el paludismo o la diabetes mellitus, anunciaron investigadores.
La descripción de la estructura molecular de esta proteína, llamada perforin, y su funcionamiento fue publicada en el último número de la revista Nature. «Esta proteína perfora células tomadas por virus o que se han transformado en células cancerígenas, y permite la entrada de enzimas tóxicas que luego las matan desde su interior», explicó en un comunicado el director del proyecto, James Whisstock, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia.
«Sin esta proteína nuestro sistema inmunológico no puede destruir estas células. Ahora que sabemos cuál es su funcionamiento, podemos empezar a ver cómo se puede combatir el cáncer, el paludismo o la diabetes», añadió Whisstock.
La investigación -que ha durado diez años- concluye las observaciones que inició hace 110 años el premio nobel Jules Bordet, que apuntaban a la capacidad del sistema inmunológico humano de crear agujeros en células específicas. La observación fue posible por el uso combinado de información obtenida del sincrotrón de Australia y de microscopios de alta potencia del College de Birkbeck de Londres.
«El descubrimiento da una respuesta fundamental al misterio de la inmunología», dijo Whisstock quien apuntó que la insuficiencia de la proteína perforin acelera el desarrollo de tumores en particular la leucemia, según se comprobó en experimentos con ratones.
La proteína también puede atacar células sanas por una deficiencia del sistema inmunológico, como en el estadio inicial de la diabetes mellitus, o por el rechazo de un tejido tras un trasplante de médula ósea, destacó Whisstock.
En la investigación colaboraron científicos de la Universidad de Monash y del Centro de Cáncer Peter MacCallum de Melbourne, y del Birkbeck College de Londres.
Sídney, noviembre 1/2010 (EFE)

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Investigadores estadounidenses introducen nuevas pruebas para atenuar el dolor en pacientes sometidos a biopsias y aspirado de médula ósea, mediante la proyección de imágenes de la naturaleza con sonidos reales.
La muestra de escenas relajantes ayuda a los pacientes a reducir el nivel de dolor cuando se someten a estos tratamientos difíciles e incómodos, a los cuales deben acudir con regularidad, explicó el autor principal del estudio, Noah Lechtzin, de la Universidad John Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos.
En los ensayos se les asignó a los pacientes el tratamiento convencional y mientras eran sometidos al procedimiento se les mostraban escenas de la naturaleza con sonidos naturales o escenas urbanas con sonidos de ciudad, explicó.
También medimos el nivel de dolor mediante el Instrumento Hopkins de Índice de Dolor, con una escala de 10 puntos. El dolor de moderado a severo se marcó a partir de cuatro, detalla el científico.
Los pacientes expuestos a sonidos e imágenes de la naturaleza registraron un promedio de 3,9 en la escala de dolor. Una reducción significativa, a juicio de los investigadores.
La elección de imágenes es muy importante para la puesta en práctica de esta teoría con todo su potencial, añadió el académico estadounidense.
Washington, octubre 20/2010 (PL)

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Si usted supiera que le queda un año de vida, ¿se realizaría exámenes médicos que no necesitaría? Resulta que una cifra sorprendente de pacientes con cáncer en etapa terminal se realiza exámenes inútiles en busca de cánceres nuevos que no podrían eliminarlos.
Un estudio con pacientes del Medicare -servicio de salud gubernamental para adultos mayores- con cánceres tan avanzados que tenían expectativas de vida limitadas y con poca esperanza de curación revela una cultura de revisión en piloto automático», dijo la doctora Camelia Sima, del Centro Oncológico Conmemorativo Sloan-Kettering en Nueva York y autora principal del estudio.
La investigación encontró que los pacientes con cáncer avanzado se realizan mucho menos exámenes que las personas sana. No obstante, el 9% de las mujeres que padecían cáncer se sometieron a mamografías y el 6% a exámenes de Papanicolaou para detección de cáncer cervicouterino, 15% de los hombres fueron revisados por cáncer de próstata y 2% de los pacientes se sometieron a exámenes para detectar cáncer colorrectal.
«El realizar exámenes a pacientes cuya expectativa de vida es extremadamente limitada debido al cáncer simplemente no es algo que justifique los fondos invertidos», señaló el doctor Allen Lichter, director general de la Sociedad de Oncología Clínica de Estados Unidos, quien no estuvo involucrado en el estudio. «Los autores han hecho un servicio maravilloso al señalar esto», agregó el experto.
El estudio, publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA) y financiado por el Instituto Nacional de Oncología, es el primero que revisa el asunto del exceso de exámenes a pacientes con cáncer en etapa terminal. Además plantea nuevos cuestionamientos sobre diagnósticos y tratamientos excesivos en el sistema de salud de Estados Unidos.
Los beneficios de la detección temprana del cáncer son claros en algunos pacientes. Pero es incierto, por ejemplo, qué tan temprano iniciar de manera regular los exámenes mamográficos a las mujeres. Los hombres mayores de 75 años deberían realizarse el examen de antígeno prostático especifico (PSA) para detectar cáncer de próstata, de acuerdo con directrices del gobierno, pero una tercera parte de ellos lo hace.
¿Cuál es el perjuicio? Demasiados exámenes pueden incrementar la ansiedad de los pacientes y llevar a procedimientos de seguimiento innecesarios, así como tratamientos de radiación y cirugía que pueden tener complicaciones graves.
«Las personas tienen que comprender mejor que muchos exámenes de detección son espadas de doble filo» que deberían ser utilizados de forma selectiva y no indiscriminadamente, enfatizó el doctor Howard Brody, de la División Médica de la Universidad de Texas en Galveston, quien no estuvo involucrado en el estudio.
Chicago, octubre 13/2010 (AP)

Científicos británicos trabajan en el desarrollo de un conjunto de biomarcadores de elevada seguridad para determinar la presencia de tumores como por ejemplo en el caso del de próstata.
Volcados en la búsqueda de sustancias con un gran potencial para detectar tumores en su fase inicial o predecir su evolución con una muestra de sangre, otro de sus estudios describe un procedimiento para descubrir la mayoría de los cánceres de colon, justo a sus inicios.
Desde los primeros momentos de un tumor las células dañadas secretan moléculas que pueden detectarse en sangre periférica, señaló Jesús García-Foncillas, codirector del Programa de Biomarcadores en Oncología del Instituto Roche, uno de los autores de la investigación.
Esas sustancias aparecen en cantidades muy pequeñas cuando el cáncer es incipiente y con frecuencia solo se observan de forma clara cuando el tumor está en fase avanzada, explicó.
En la actualidad los oncólogos utilizan otros biomarcadores que se encuentran en la sangre que no van destinados al diagnóstico, sino al seguimiento de la evolución de los tumores.
Algunas sustancias aportan información útil sobre el pronóstico de la dolencia y muestran si responde de forma adecuada a la medicación, destacan los investigadores.
Washington, octubre 5/2010 (PL)

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El cáncer está amenazando con abrumar a los países pobres y los gobiernos deberían organizar el tipo de respuesta global conjunta utilizado para combatir la epidemia del VIH/sida. En los países pobres, donde los fármacos contra el cáncer son escasos, la dolencia sigue resultando casi siempre letal.
«Las personas creen que el cáncer es una enfermedad de los ancianos, los ricos, los del norte, los occidentales, pero para 2020 el 70% de los nuevos casos de esta dolencia será en el mundo en desarrollo», dijo David Kerr, especialista en oncología de la Oxford University, en Gran Bretaña.
En tanto, solo alrededor del 5% de los recursos globales para el cáncer se destinan a países en desarrollo, donde es extremadamente bajo el conocimiento sobre la prevención de la enfermedad y sobre cómo administrar las medicinas para curarla o mantenerla controlada «Ghana tiene 25 millones de habitantes y cuatro oncólogos (…) En Sierra Leona no hay ninguno», dijo Kerr.
Más allá del foco en enfermedades infecciosas como el VIH y el paludismo, en los países pobres el cáncer causa la muerte de más personas por año que el sida, la tuberculosis y el paludismo combinados, y se estima que se volverá cada vez más letal.
Según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), la enfermedad puede provocar la muerte de más de 13,2 millones de personas por año para el 2030 -lo que equivale a casi el doble de los decesos que generó en el 2008- y la amplia mayoría sería en países de ingresos medios y bajos.
Los expertos estiman que el 75% de todas las personas que contraigan cáncer en las regiones pobres morirán como consecuencia de la dolencia, comparado con menos de la mitad de los pacientes oncológicos de las naciones ricas.
La semana pasada, varias entidades de lucha contra el cáncer señalaron que ahora es el momento de actuar.
Una actitud similar tomó en agosto un equipo de oncólgos que manifestaron que la disparidad en la atención del cáncer en los países pobres y ricos ya no es aceptable.
«Lo que tenemos ahora es una situación global (…) no como cuando apareció por primera vez el tratamiento para el VIH/sida», dijo a periodistas en una conferencia telefónica Julio Frenk, de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Al igual que con el VIH/sida, los expertos aseguran que la solución a la amenaza del cáncer en el mundo en desarrollo es un esfuerzo en varios frentes respaldado por donantes de recursos a nivel internacional.
«Si se piensa en la lucha contra el sida, gran parte de ella se debió a un aumento de la conciencia, la reprogramación social del uso de preservativos, etcétera», dijo Kerr. «El cáncer requiere el mismo enfoque holístico. Gran parte de esto se trata de invertir en el aumento del nivel de conciencia y en tratar de detectar el cáncer lo antes posible. Después de todo, es mucho más fácil curar un cáncer del tamaño de una uva que uno del tamaño de un pomelo», indicó el experto.
Los especialistas señalan que uno de los principales obstáculos al enfrentar la carga de cáncer en el mundo en desarrollo es el temor a que los medicamentos necesarios sean demasiado costosos e imposibles de financiar para los estados.
No obstante, argumentan, hay muchos fármacos genéricos para enfermedades como el cáncer de mama y algunos tumores infantiles que podrían tener un impacto drástico sobre la tasa de muertes de los países pobres, simplemente si existieran sistemas para
llevarlos a quienes los necesitan.
Londres, septiembre 29/2010 (Reuters)

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Algunas pacientes con cáncer de mama se recuperan igual de bien con una cirugía menos invasiva para extirparles ciertos ganglios linfáticos que quienes son sometidas a la operación agresiva que se utiliza normalmente y que elimina todos los ganglios, según estudio publicado en la revista Lancet Oncology.
En la prueba más grande que se haya hecho para comparar ambos procedimientos, investigadores estadounidenses y canadienses encontraron que no es necesario que las pacientes con cáncer de mama precoz sufran una cirugía más intervencionista para vivir más.
Los médicos pueden utilizar otro tipo de cirugía para extirpar únicamente el primer grupo de ganglios linfáticos, como los ganglios linfáticos centinela en la axila, pero muchos expertos han asumido que la cirugía más agresiva les da a las mujeres mayores oportunidades de vivir.
El estudio se refirió a las pacientes con cáncer de mama precoz, no a las mujeres que se les diagnóstico la enfermedad en estado avanzado y que se les orientó una mastectomía. Los científicos observaron 5611 pacientes con cáncer de mama precoz cuya afección no se había diseminado a los ganglios linfáticos. A alrededor de la mitad se les hicieron las dos cirugías y la otra mitad fue sometida a operaciones para quitarles solo algunos de sus nódulos linfáticos. La mayoría de las pacientes de ambos grupos también recibieron otros tratamientos, como radioterapia.
Después de un seguimiento de ocho años, los médicos no encontraron ninguna diferencia en las tasas de supervivencia. Entre las 1975 mujeres que recibieron las dos cirugías, 1660 estaban vivas después de ocho años. De las 2011 participantes a las que solamente se les retiró un ganglio o algunos pocos ganglios con operaciones menos invasiva, 1675 estaban vivas.
«Esto es bueno para los pacientes, porque se trata de una técnica menos agresiva que podría significar que menos pacientes desarrollen efectos secundarios desagradables (como inflamación importante de tejido)», dijo Meg McArthur, directora principal de políticas de la organización caritativa británica Breakthrough Breast Cancer, quien no participó en el estudio.
John Benson, de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, calificó la investigación de «germinal» ya que podría ayudar a atender a la mayoría de las pacientes en etapa temprana de la enfermedad. Este experto no estuvo vinculado con la investigación.
«Ahora será difícil de justificar (la cirugía agresiva), pues no hay una diferencia marcada en la supervivencia», enfatizó. Puede haber algunos casos donde sea preferible el procedimiento más invasivo, como cuando los tumores son más grandes o la enfermedad está más avanzada, agregó.
Todas las pacientes con cáncer de mama deben ser monitoreadas cuidadosamente después de sus cirugías. De las participantes que se sometieron al procedimiento menos invasivo, el cáncer reapareció en la región de ganglios linfáticos en 14 pacientes, en comparación con ocho mujeres que se les realizó la cirugía más agresiva, precisó Benson.
El estudio fue financiado por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, el Instituto Nacional del Cáncer y el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Londres, septiembre 21/2010 (AP)

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El cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina, después de las enfermedades cardiovasculares, reveló Socorro Gross, subdirectora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la Reunión Internacional por el Control Global del Cáncer que culminaba este viernes en Buenos Aires.
«En el 2008, las enfermedades crónicas de las que el cáncer forma parte junto con la diabetes mellitus y los accidentes cerebrovasculares, entre otras, generaron   2 370 000 muertes en la región», precisó.
En el 2005, aproximadamente 1,15 millones de personas murieron de cáncer en la  región y 480 000 de los casos eran de los países en América Latina y el Caribe  (ALC), agregó.
Para el 2030, se proyecta que más de 1,60 millones de personas morirán de cáncer y el aumento se debe a factores de riesgo como el consumo de tabaco, exceso de peso, obesidad o inactividad física, consumo nocivo de alcohol, entre otros.
«Uruguay, Barbados y Perú tienen tasas de incidencia elevadas», manifestó Gross y señaló que los cánceres más frecuentes en la región son, en el caso de los hombres, estómago, próstata y pulmón y en las mujeres cervicouterino, mama y estómago.
La experta recordó que América Latina es la región más inequitativa del mundo, con 190 millones de personas en la pobreza y que casi el 80% de las personas habitan en centros urbanos.
«Si hablamos de pobreza e inequidad, el cáncer está en medio de ellas»,  sostuvo.
La epidemióloga insistió en su exposición en que «cáncer no es sinónimo de  muerte» y aseguró que en muchos casos es una enfermedad tratable con  intervenciones que pueden aumentar los años de vida y mejorar su calidad.
En el desarrollo del encuentro, la presidenta Cristina Kirchner señaló que en  «Argentina se producen 200 000 nuevos casos de la enfermedad por año», al  inaugurar el Instituto Nacional del Cáncer.
De las 60 000 muertes anuales por la enfermedad, el cáncer de mama es el de mayor prevalencia con una tasa de 74 casos por cada 100 000 mujeres, seguido por el de próstata, con 58,4 casos por cada 100 000 hombres.
Buenos Aires, septiembre 13/2010  (AFP)

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