cáncer

Una prueba sanguínea extremadamente sensible y que puede detectar una célula cancerosa entre miles de millones de células saludables podría estar en breve disponible para los médicos.
Científicos de Boston que inventaron la prueba y la gigante farmacéutica Johnson & Johnson tenían previsto anunciar los esfuerzos que planean realizar para ponerla en el mercado. Por su parte, cuatro importantes centros contra el cáncer emprenderán este año estudios que utilizarán la prueba de forma experimental.
La presencia de algunas células cancerígenas en la sangre significa que un tumor se ha propagado o esta por hacerlo, a decir de muchos doctores. Una prueba que pueda detectar esas células tiene el potencial de transformar el tratamiento para muchos tipos de cáncer, en especial los de mama, próstata, colon y pulmón.
Los médicos desean utilizar en un principio la prueba en un intento por predecir qué tratamientos serían los mejores para los tumores de los pacientes y determinar de manera rápida si son eficaces.
Esto equivaldría a una biopsia líquida que evitaría la toma dolorosa de una muestra de tejido y permitiría una mejor observación de los pacientes que con imágenes periódicas de escáner, dijo el doctor Daniel Haber, jefe del centro para el cáncer del Hospital General de Massachusetts y uno de los inventores de la prueba.
Se espera que con el tiempo la prueba pueda servir para detectar el cáncer además de las mamografías, colonoscopías y otros métodos que se utilizan ahora y están lejos de ser los ideales.
«Estas pruebas tienen mucho potencial, por eso hay tanta expectativa», dijo el doctor Mark Kris, jefe de cáncer de pulmón en el centro del Cancer Memorial Sloan-Kettering en Nueva York. Kris no participó en el desarrollo de la prueba, pero el centro Sloan-Kettering es uno de los lugares que la estudiarán este año.
A muchas personas se les diagnostica el cáncer mediante la toma de biopsias con agujas. Las muestras a menudo no son suficientes para determinar qué genes o variables controlan el crecimiento de un tumor. En otros casos la muestra quizá ya no esté disponible para cuando el paciente es enviado al especialista que prescribirá el tratamiento.
Los médicos aplican de manera ordinaria un tratamiento con fármacos o radiaciones y efectúan un examen computarizado con escáner dos meses después para observar la reducción del tumor.
Algunos pacientes apenas viven lo suficiente para recibir uno o dos tratamientos, así que tendrían más opciones con una prueba que determinará la eficacia de los métodos lo más pronto posible, mediante la detección de células cancerígenas en la sangre.
Sería extraordinario que se pudiera saber con rapidez que «este medicamento está funcionando, continúese con él o no es eficaz, pruébese otro», expresó Haber.
La única prueba disponible en el mercado ahora para detectar células cancerígenas en la sangre solo facilita una cuenta de ellas, pero no las aglomera para que los médicos puedan analizarlas y elegir los tratamientos. Esta prueba es la CellSearch y la fabrica la unidad Veridex de Johnson & Johnson.
El interés en intentar aglomerar estas células surgió en el 2007, después de que Haber y sus colegas publicaran un estudio de la prueba efectuada en el hospital general de Massachusetts.
Boston, enero 3/2011 (AP)

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Una investigación reciente sugiere que las células de cáncer están proveídas con una pastilla suicida: una proteína en su superficie que les da la capacidad de enviar a las células inmunitarias una señal que les dicen «cómanme».
Ahora, el desafío es averiguar exactamente cómo lograr que las células de cáncer emitan la señal «no me coman» en lugar de la peligrosa señal «cómanme».
Un estudio que parece publicado en la revista Science Translational Medicine reporta que las células envían una atractiva señal que dice «cómanme» al mostrar la proteína calreticulina. Pero otra molécula, llamada CD47, permite a la mayoría de células de cáncer evitar la destrucción al enviar la señal contraria, «no me coman».
En una investigación anterior, científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford encontraron que un anticuerpo que bloquea la CD47, desactivando la señal, podría ayudar a combatir el cáncer, pero quedaban algunas incógnitas.
«Muchas células normales del organismo tienen la CD47, pero no se ven afectadas por el anticuerpo anti CD47?, comentó en un comunicado de prensa de la universidad Mark Chao, estudiante de postgrado de la Universidad de Stanford y autor líder del estudio. «En ese momento, sabíamos que el tratamiento con anticuerpos del CD47 mataba selectivamente solo a las células de cáncer sin ser tóxico para la mayoría de células normales, aunque no sabíamos por qué».
Ahora, la investigación ha demostrado que la calreticulina existe en una variedad de cánceres, entre ellos algunos tipos de leucemia, el linfoma no Hodgkin, y los cánceres de vejiga, cerebro y ovario. Esta investigación demuestra que el motivo de que el bloqueo de la señal «no me coman» de la CD47 funciona para eliminar el cáncer aunque, las leucemias, los linfomas y muchos tumores sólidos también presentan la señal «cómanme» de la calreticulina, apuntó en el comunicado de prensa el Dr. Irving Weissman, director del Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa de la Universidad de Stanford, e investigador co-principal del estudio. «La investigación también muestra que la mayoría de poblaciones de células normales no muestran la calreticulina, y por tanto no son afectadas cuando las exponemos al anticuerpo bloqueador anti CD47?.
El próximo paso es comprender cómo funciona la calreticulina. «Deseamos saber cómo contribuye al proceso de la enfermedad y qué sucede en la célula que provoca que la proteína se mueva a la superficie celular», apuntó en el comunicado el Dr. Ravindra Majeti, profesor asistente de Hematología e investigador co-principal del estudio.
«Cualquiera de estos mecanismos ofrece nuevas formas potenciales de tratar la enfermedad al interferir con estos procesos», señaló Majeti.
Stanford, diciembre 26/2010 (HealthDay)

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Los tumores invaden tejidos sanos debido a la falta de cadherina, una sustancia que facilita la unión entre células, publican investigadores canadienses en la revista Neoplasia.
Ubicada en la superficie celular responsable de la unión entre una célula y otra para mantener a un tejido íntegro organizado, la cadherina es una proteína  adherente, que impide la invasión de células hacia otras regiones del organismo.
Sin embargo, para los autores del estudio, del Instituto Neurológico de Montreal, aún no está claro qué ocurre con esta sustancia cuando se desarrolla un tumor y se propagaba a otras partes del cuerpo, o sea, en las metástasis.
Nuestro estudio demuestra que una forma no adherente de cadherina N, llamada proNcad, está presente en una proporción mucho más alta en las superficies de los melanomas, las células del tumor cerebral, de mama y de próstata, destacó Deborah Maret, autora principal.
Los niveles elevados de esta sustancia no adherente promueven el desprendimiento, la migración y la invasión de las células tumorales, añadió la especialista.
A su juicio, este hallazgo conducirá a nuevas herramientas de diagnóstico y mejores estrategias para prevenir el desarrollo y propagación de tumores malignos.
Washington, 14 dic (PL)

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Investigadores están ultimando detalles de dispositivos altamente sensibles que atrapan porciones del cáncer en la sangre y ofrecen una «biopsia líquida» que daría a los médicos y farmacéuticas una mejor manera de determinar si las medicinas contra la enfermedad son efectivas.
Hace mucho que los científicos saben que las células cancerosas pueden desprenderse del tumor principal y circular en la sangre, pero éstas son tan escasas y frágiles que han sido difíciles de atrapar y estudiar de forma significativa.
Johnson & Johnson, cuenta con el único análisis aprobado en el mercado estadounidense, pero los investigadores dicen que su utilidad es limitada porque solo captura unas pocas células.
Por ello, varios equipos regresaron a la etapa de diseño y están cerca de desarrollar análisis más sensibles. Si funcionan, podrían dar lugar a una nueva era de tratamientos personalizados para el cáncer en los cuales los doctores usan células cancerosas de la sangre de un paciente para conducir el tratamiento.
«Una vez que tienes estas células, tienes el mismo cáncer que estás tratando de atacar en la palma de tu mano. Puedes empezar a dirigir la terapia desde el tubo de ensayo», dijo el doctor Bob McCormack de la unidad Veridex de Johnson & Johnson.
Hasta ahora, hay unas 25 compañías tecnológicas diferentes que compiten por desarrollar análisis, que van desde pequeños laboratorios a grandes corporaciones.
«El enorme interés es que esto es sangre. No se trata de meter una aguja en un órgano», dijo la doctora Minetta Liu del Hospital de la Georgetown University en Washington.
La mayoría de los análisis de las células tumorales que circulan por la sangre buscan células epiteliales, que conforman las capas externas de los órganos. Estas células no pertenecen a la sangre, pero se encuentran allí en el 85% y el 90% de los cánceres.
«La suposición es que estas células circulantes son las mismas células que matan», dijo el doctor Mehmet Toner, un ingeniero biomédico del Hospital General de Massachusetts y de la Escuela de Medicina de Harvard.
Si pueden ser detectados en la sangre antes de que ataquen un nuevo órgano en el cuerpo, los doctores podrían ser capaces de impedir que se propaguen, convirtiendo un cáncer letal como el de pulmón en una enfermedad crónica.
«Eso realmente podría poner todo el campo del cáncer patas para arriba», señaló Toner en una entrevista telefónica.
Tones y sus colegas publicaron el mes pasado un estudio que mostraba que su nuevo chip de silicona detectó más del 90% de las células cancerosas que los expertos habían añadido a las muestras de sangre.
El dispositivo, una versión mejorada de un chip desarrollado en 2007, tiene puntos microscópicos cubiertos con anticuerpos que funcionan como adhesivo para atrapar las células epiteliales pero no las células sanguíneas.
«Con la tecnología actual, uno puede encontrar una célula en un tubo de sangre de 8 milímetros. Uno encuentra cientos o miles de células en la misma cantidad de sangre,» dijo Toner.
Una vez atrapado, los científicos pueden realizar cualquier número de análisis para ver qué tipo de cáncer es y cuáles serían las mejores medicinas para tratarlo.
En lugar de capturar las células, científicos del Instituto de Investigación Scripps en California están usando imágenes digitales y computadoras de alta tecnología para contar y caracterizar las células.
«Empezamos a pensar en esto desde el otro extremo del espectro», dijo el doctor Peter Kuhn en una entrevista telefónica.
Con este enfoque, los investigadores disponen una sola capa de células sanguíneas sobre una lámina de vidrio y las etiquetan con un marcador fluorescente que resalta las células epiteliales. Usando un microscopio fluorescente, toman miles de imágenes digitales, ocupando hasta 100 gigabytes de información con cada prueba.
El grupo de Kuhn trabaja junto al equipo informático de alto desempeño de Microsoft para manejar los datos y le ha otorgado la licencia a Epic Sciences de California.
Hasta ahora, las compañías farmacéuticas están interesadas en el potencial de los nuevos análisis, pero siguen mostrándose escépticas, dice David Shalinksy, quien ayuda a evaluar las nuevas tecnologías contra el cáncer del gigante Pfizer Inc.
Parte de ese escepticismo proviene de la falta de sensibilidad del análisis de Veridex, que no ha logrado cumplir la promesa de ser una herramienta útil de investigación en materia de medicamentos.
Pero Shalinsky, cuya compañía está asesorando a Epic Sciences sobre cómo validar el análisis, también se siente alentado.
«El concepto de biopsia líquida es atractivo. Eso podría constituir un sustituto de lo que está ocurriendo en el tumor (…) nos daría la confirmación de que estamos dando en el blanco», dijo en una entrevista telefónica.
En el laboratorio de Harvard, la mayoría de los ensayos han sido realizados en cánceres de pulmón y de próstata, pero Toner dijo que también han trabajado con cáncer de mama, páncreas y cerebro.
Toner es parte de un denominado «equipo de estrellas» fundado por el grupo de la industria del entretenimiento Stand Up to Cancer, destinado a acelerar los descubrimientos en el campo.
El experto espera tener un sistema listo para ser puesto a prueba en laboratorios asociados el año que viene. Toner quiere entender bien la parte científica antes de otorgar la licencia, pero piensa que el chip podría estar en el mercado dentro de tres o cinco años.
Al equipo de Scripps puede tomarle más tiempo. Kuhn atribuye a Veridex haber impulsado el campo, pero quiere ser él quien lleve la tecnología al próximo nivel, posibilitando dar a los doctores una inmediata biopsia del cáncer cada vez q
ue un paciente llega al consultorio. «Esto cambiará el modo en que atendemos a cada paciente con cáncer», precisó Kuhn. Chicago, noviembre 22/2010 (Reuters)

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Los ejercicios físicos y una dieta adecuada se mostraron eficaces para controlar el crecimiento de tumores cancerígenos y mejorar la calidad de vida de animales con cáncer, según un estudio realizado por investigadores brasileños.
Una terapia diseñada por científicos de la Universidad de Campinas (Unicamp) y que combinaba dieta y ejercicio consiguió atenuar algunos de los efectos del cáncer, como la pérdida de peso y el crecimiento de los tumores, informó hoy este centro académico.
El estudio de Emilianne Miguel Salomao, investigadora del Laboratorio de Nutrición y Cáncer del Instituto de Biología de la Unicamp, mostró que la terapia es eficaz al menos en ratones de laboratorio con el llamado tumor Walker 256.
Los ratones a los que se les inyectó este tumor fueron sometidos a un tratamiento de enriquecimiento nutricional con leucina (aminoácido que funciona como fuente de energía de los músculos esqueléticos) y a sesiones de ejercicio físico por largo plazo. La terapia redujo el tamaño de los tumores de los ratones sometidos al experimento y disminuyó el riesgo de caquexia (pérdida de peso involuntaria) en los mismos. La caquexia provoca un impacto negativo en la habilidad de respuesta de los pacientes a los tratamientos contra el cáncer, por lo que interfiere en la expectativa y en la calidad de vida de los pacientes.
Los ejercicios y la dieta permitieron que los ratones ganaran peso, redujeron la degradación muscular esquelética de los animales, mejoraron la respuesta inflamatoria y aumentaron el diámetro de la fibra muscular.
«En los animales con el tumor que fueron tratados con dieta normal y sin ejercicios, en cambio, se registró un aumento de la degradación y consecuentemente, una reducción de la síntesis proteica muscular, así como un aumento de la respuesta inflamatoria», dijo la investigadora.
Según la especialista, mientras que la leucina disminuye la degradación de la proteína muscular esquelética, los ejercicios físicos promueven un aumento del consumo de glucosa, por lo que reducen la oferta de ese sustrato a las células tumorales.
La investigadora agregó que la degradación proteica es frecuentemente observada en los pacientes con cáncer y es el principal factor responsable por la reducción del tiempo de vida de los mismos.
«Los medios de comunicación divulgan muchas informaciones sobre la importancia de la actividad física para los problemas cardíacos o neurológicos, pero casi no divulgan la contribución del ejercicio para la calidad de vida en pacientes con cáncer», según Salomao. Agregó que la terapia con actividad física puede ser ofrecida a pacientes con cáncer en fase inicial o que estén en condiciones apropiadas. La investigadora admitió que la terapia no cura el cáncer, pero mejora la calidad de vida del paciente y favorece su estado anímico.
Río de Janeiro, 22 nov (Xinhua).

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Expertos del continente americano en la investigación del cáncer se reúnen a partir de hoy viernes en la ciudad brasileña de Río de Janeiro para compartir sus conocimientos con profesionales de la comunicación y favorecer así un mejor entendimiento de la enfermedad y su tratamiento.
Las organizaciones promotoras de esta reunión y taller interamericano de periodismo científico, bautizado como «Los Medios y la Investigación del Cáncer», son el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos y diversas instituciones de investigación en la materia de Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay.
Expertos de esas organizaciones detallarán a profesionales de la comunicación en qué consiste su trabajo y qué conocimientos son necesarios para entender mejor lo que se sabe de esta enfermedad tan extendida, que se ha convertido en la segunda causa de muerte en América Latina después de las afecciones cardiovasculares.
En conjunto, y según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se prevé que en el 2030 cerca de 11,8 millones de personas mueran cada año (unas 32 330 cada día) a causa de los distintos tipos de cáncer, un 15% más que los 7,4 millones de fallecimientos registrados en el 2004, en parte debido al progresivo envejecimiento de la población.
Además, los expertos reunidos en Río apuntarán cómo afectan los distintos tipos de cáncer a la población de sus respectivos países y con qué medios tecnológicos y terapéuticos cuentan para combatirlo y tratarlo.
Solo en Argentina cada año se detectan 200 000 nuevos casos de algún tipo de cáncer, un incremento que llevó a las autoridades del país a crear el pasado septiembre el Instituto Nacional del Cáncer, destinado a disminuir la incidencia y mortalidad de esta enfermedad en el país, donde es la primera causa de muerte entre personas de entre 35 y 64 años.
En Argentina, el cáncer ocasiona cada año unas 60 000 muertes, lo que equivale al 20% de las más de 300 000 defunciones anuales que se producen en ese país, según cifras oficiales.
En este taller interamericano también se enseñará a interpretar los resultados de las pruebas que se aplican a los pacientes y qué consecuencias tienen en ellos los distintos tratamientos de una enfermedad que según la OPS en dos décadas podría ser la causante de la muerte de más de 1,6 millones de personas solo en América Latina, debido a cambios demográficos y a una mayor exposición a los factores de riesgo.
De momento, el cáncer representa el 12,5% de las muertes de América Latina y el Caribe y, como en otras regiones del mundo, en el hombre son más comunes los cánceres de estómago, próstata y pulmón, y en la mujer los cervicouterino y de mama.
Según datos de la Fundación Mexicana de la Salud, solo en América Latina y el Caribe cada año mueren más de 40 000 mujeres de cáncer de mama y se registran más de 117 000 casos nuevos anuales. Para el 2020, habrá 154 000 nuevos casos, lo que representará un aumento del 31%, y morirán unas 52 500 pacientes.
En cuanto al cáncer cervical, la OPS calcula que cada año mueren en la región 30 000 personas a causa de esta enfermedad, aunque mientras que en Estados Unidos su tasa de mortalidad es de 2,5 mujeres por cada 100 000, en otros países de América es incluso diez veces mayor.
Río de Janeiro, noviembre 11/2010 (EFE)

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Científicos australianos y británicos pudieron observar por primera vez el funcionamiento de una proteína capaz de destruir células cancerígenas desde su interior, avance que permitirá abrir nuevas vías para combatir el cáncer, el paludismo o la diabetes mellitus, anunciaron investigadores.
La descripción de la estructura molecular de esta proteína, llamada perforin, y su funcionamiento fue publicada en el último número de la revista Nature. «Esta proteína perfora células tomadas por virus o que se han transformado en células cancerígenas, y permite la entrada de enzimas tóxicas que luego las matan desde su interior», explicó en un comunicado el director del proyecto, James Whisstock, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia.
«Sin esta proteína nuestro sistema inmunológico no puede destruir estas células. Ahora que sabemos cuál es su funcionamiento, podemos empezar a ver cómo se puede combatir el cáncer, el paludismo o la diabetes», añadió Whisstock.
La investigación -que ha durado diez años- concluye las observaciones que inició hace 110 años el premio nobel Jules Bordet, que apuntaban a la capacidad del sistema inmunológico humano de crear agujeros en células específicas. La observación fue posible por el uso combinado de información obtenida del sincrotrón de Australia y de microscopios de alta potencia del College de Birkbeck de Londres.
«El descubrimiento da una respuesta fundamental al misterio de la inmunología», dijo Whisstock quien apuntó que la insuficiencia de la proteína perforin acelera el desarrollo de tumores en particular la leucemia, según se comprobó en experimentos con ratones.
La proteína también puede atacar células sanas por una deficiencia del sistema inmunológico, como en el estadio inicial de la diabetes mellitus, o por el rechazo de un tejido tras un trasplante de médula ósea, destacó Whisstock.
En la investigación colaboraron científicos de la Universidad de Monash y del Centro de Cáncer Peter MacCallum de Melbourne, y del Birkbeck College de Londres.
Sídney, noviembre 1/2010 (EFE)

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