Psiquiatras recomiendan al personal sanitario cuidarse a sí mismo para mantener su salud mental

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El estrés que conlleva las dificultades en la atención médica durante un brote epidémico como coronavirus (Covid-19), exige que el personal sanitario por el bien de su salud mental trate de cuidarse a sí mismo y animar a otros a autocuidarse, recomiendan desde la Sociedad Española de psiquiatría.Según un documento, que ha sido desarrollado junto a compañeros del Instituto de psiquiatría y Salud Mental del hospital General Universitario Gregorio Marañón, existen siete retos a los que se enfrenta el personal sanitario durante esta crisis.

El primero es el desbordamiento en la demanda asistencial; el segundo es que existe un mayor riesgo de contraer la enfermedad; el tercero es que el equipo puede ser insuficiente, poco confortable, limita la movilidad y la comunicación y la seguridad que produce puede ser incierta.

En cuarto lugar, destacan que «conforme aumenta la demanda y la asistencia, la angustia del paciente y las familias puede ser cada vez más difícil de manejar para el personal sanitario». El quinto es que, aunque ayudar a quienes lo necesitan puede ser gratificante, también es difícil para el personal sanitario, ya que «los trabajadores pueden experimentar miedo, pena, frustración, culpa, insomnio y agotamiento».

El sexto es que ante una crisis como la de la Covid-19 está exponiendo al personal sanitario a un sufrimiento intenso ante una muerte en aislamiento que tiene a las familias desconsoladas por no poder acompañar y ayudar a sus seres queridos.

En último lugar, la falta de medios, la sobrecarga y la propia
evolución incierta de los pacientes, «hacen que en ocasiones el profesional se vea obligado a tomas de decisión complejas, en un breve tiempo, generando intensos dilemas morales y culpa».

¿QUÉ PUEDEN SENTIR?

Ante situaciones de estrés intenso, los profesionales pueden sentir ansiedad, impotencia, frustración, miedo, culpa, irritabilidad, tristeza o anestesia emocional; por otro lado se pueden sentir aislados, hiperactivos, necesidad de llanto o evitar personas y conflictos, así como dificultad para el autocuidado y descansar.

El cerebro también les puede jugar una mala pasada con confusión o pensamientos contradictorios; dificultades de concentración, para pensar de forma clara o para tomar decisiones; dificultades de memoria; pensamientos obsesivos y dudas; pesadillas, fatiga por compasión o sensación de irrealidad.

Fiscalmente estos profesionales pueden sentir dificultades respiratorias: presión en el pecho o hiperventilación; sudoración excesiva, temblores, cefaleas, mareos, molestias gastrointestinales, contracturas musculares, taquicardias, parestesias, agotamiento físico, insomnio o alteraciones del apetito.

CONSEJOS PARA HACERLE FRENTE

El personal sanitario suele pensar que siempre hay que estar disponible para el otro y que sus necesidades son secundarias, sin pensar que no comer y no descansar produce agotamiento. Hay que asegurarse de comer, beber y dormir regularmente, ya que «no hacerlo pone en riesgo su salud mental y física y también puede comprometer su capacidad para atender a los pacientes».

Siempre que sea posible, debe de tratar de hacer algo no relacionado con el trabajo que encuentre reconfortante, divertido o relajante, como escuchar música, leer un libro o hablar con un amigo puede ayudar.

«Algunas personas pueden sentirse culpables si no están trabajando a tiempo completo o si se están tomando el tiempo para divertirse cuando tantos otros están sufriendo. Entienda que tomar un descanso adecuado derivará en una mejor atención a los pacientes», afirma.

También se debe de tratar de mantener los hábitos que permitan las medidas de restricción; planificar una rutina fuera del trabajo; y permitirse pedir ayuda, utilizar la ventilación emocional, reconocer al equipo asistencial; recordar que lo que es posible no es probable; aplicar las estrategias de regulación emocional que conozca; participar en reuniones para mantenerse informado de la situación, planes y eventos; ponerse en contacto con sus seres queridos, si es posible; y comunicarse con sus colegas de manera clara y alentadora

Fuente periodística: Europa Press.
Texto completo: psiquiatria.com

 

 

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