Las variaciones de color de la piel son uno de los mejores ejemplos para explicar a los niños cómo la selección natural actúa sobre el ser humano, aseguró la antropóloga Nina Jablonski, en una conferencia en Washington. Jablonsky, directora del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Pensilvania afirmó que la curiosidad que muestran los niños por saber por qué los humanos presentan diferentes pigmentos en la piel, puede ser convertido en una herramienta educativa.
«El mecanismo de la evolución puede ser totalmente entendido con el color de la piel», dijo durante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS).
Las teorías científicas indican que los cambios del color de la piel se deben a la selección evolutiva de la pigmentación causada por el sol.
Nuestros ancestros perdieron poco a poco la capa más gruesa de la piel para permitir la refrigeración corporal por evaporación a través del sudor, dejándola desnuda y expuesta directamente al sol, por eso en los trópicos, debido a la selección natural, los individuos generan una pigmentación oscura para protegerse del sol.
La radiación ultravioleta B produce la vitamina D en la piel humana, pero puede destruir el ácido fólico, fundamental para el rápido crecimiento de las células, especialmente durante el embarazo. La destrucción de ácido fólico y las deficiencias en vitamina D son factores evolutivos, ya que las madres con deficiencia de ácido fólico tienen menos hijos que sobreviven y las mujeres con deficiencia de vitamina D son menos fértiles que las mujeres sanas.
La pigmentación de la piel oscura protege a las personas de la destrucción del folato (forma aniónica del ácido fólico) en las zonas tropicales, lo que permite una reproducción normal. Sin embargo, los humanos que se trasladaron del África para las zonas subtropicales o hacia el norte (Canadá, Rusia, Escandinavia, Europa occidental y Mongolia) no pudieron producir suficiente vitamina D para mantener esa pigmentación y prosperaron las personas de piel más clara.
Jablonski aseguró que estas diferencias pueden resultar más interesantes a los alumnos que el estudio de los cambios en el color de las alas de las polillas, un ejemplo muy utilizado para explicar la teoría de la evolución por selección natural. La doctora señaló que la adaptación del hombre al medio natural es todavía más interesante cuando se estudia el mecanismo del bronceado.
«En las latitudes medias el bronceado ha evolucionado varias veces como un mecanismo para proteger a los humanos, en parte, de los efectos perniciosos del sol», señaló.
Se ha demostrado que en los diferentes tonos de piel también interviene la información que tienen los genes sobre la exposición a la que estuvieron sometidos nuestros antepasados, otro factor que puede resultar interesante a los niños aplicándolo a sí mismos.
«Lo bueno es que podemos enseñar los principios de la evolución usando nuestro propio cuerpo como ejemplo y al mismo tiempo aliviar el estrés social que existe sobre el color de la piel», señaló.
Washington, febrero 20/2011 (EFE)
PUBLIQUE EL COMENTARIO