Los resultados de la investigación indican que los fumadores y los exfumadores muestran unas concentraciones de nonanal superiores a la de los no fumadores, en los que su existencia es casi nula. Antonio Aguilar-Ros, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo y miembro de la investigación, especifica que no se han tenido en cuenta dentro de la muestra a los fumadores pasivos y que para la consideración de un fumador como tal, «se han tomado como referencia los criterios de la sociedad científica».
Durante el estudio se analizaron diferentes compuestos orgánicos volátiles en el aire exhalado de un total de 89 pacientes con distintas patologías respiratorias. Para el análisis de los mismos, se les asignó un grupo en función del consumo de tabaco: 35 no fumadores, 24 exfumadores y 30 fumadores activos. Para la obtención de resultados se utilizaron técnicas de desorción térmica, cromatografía de gases y espectrometría de masas para la interpretación de seis compuestos orgánicos volátiles, cuya identificación y cuantificación se llevó a cabo mediante el tiempo de retención, su espectro de masas, así como la comparación con estándares cromatográficos. La presencia de nonanal en los pacientes muestra que las personas fumadoras padecen un claro daño celular que podría derivar en una patología inflamatoria o tumoral. Además, esta presencia en individuos que abandonaron el hábito de fumar mucho tiempo atrás, indica que la lesión celular podría permanecer a largo plazo, aunque no se ha podido determinar su duración exacta o el cese de su aparición.
Por ello, el análisis confirma que el tabaco es una causa de estrés oxidativo ya que provoca la destrucción de las células y la aparición de compuestos orgánicos volátiles dañinos para la salud. A pesar de esos indicios, no se puede establecer una relación clara entre la cantidad de tabaco consumido y niveles del nonanal, aunque mientras más se prolongue este hábito más riesgo existirá de padecer otro tipo de enfermedades. Por ello, es necesario tener en cuenta que el estrés oxidativo produce daños irreversibles estructurales y funcionales de las células, como alteraciones en proteínas esenciales, peroxidación lípida, rotura de cadenas y variaciones de las bases nitrogenadas del ADN, un aumento intracelular elevado de Ca2+ libre e incluso apoptosis y necrosis. Aun así, Aguilar-Ros aclara que «el daño en la membrana celular es un factor más, y no es determinante sino acumulativo a otra serie de factores de riesgo de sufrir una patología inflamatoria o pulmonar».
Arma de doble filo
Además, el profesor considera este estudio una «arma de doble filo» a la hora de influir en la iniciación e incidencia de este hábito, ya que podría disuadir a posibles nuevos fumadores de iniciarse en su consumo por riesgo de adquirir un deterioro celular permanente, pero también desestimar la decisión de abandonar el hábito a los que ya son fumadores por la noción de que el daño ya adquirido no se eliminará. Sin embargo, Aguilar advierte de que aunque el daño celular sea permanente, mientras más se alarga el consumo de tabaco, mayores son las probabilidades de desarrollar enfermedades pulmonares.
En esta investigación en la que participa la Universidad CEU San Pablo, financiada por el Instituto de Salud Carlos III, Neumomadrid 2008 y SEPAR 2010, también han colaborado el Hospital Central de la Defensa, el Hospital 12 de Octubre, la Universidad Complutense y la de Alcalá de Henares.
Próximas investigaciones
Este estudio forma parte de un proyecto más amplio que pretende avanzar en la detección precoz del cáncer de pulmón y clarificar los mecanismos celulares relacionados con el desarrollo de ésta y otras enfermedades pulmonares. Aguilar-Ros también ha informado de dos futuras investigaciones en este campo, una en lo referente al cáncer de pulmón y otra que indagará más sobre los efectos del tabaco, con la utilización de encuestas a fumadores y ex fumadores, cuyo objetivo consiste en desarrollar herramientas que eviten la proliferación de este hábito y su abandono por completo.
Tomado de Diario Médico
José Javier Jareño-Estebana, M. Ángeles Muñoz-Lucasb, Belén Carrillo-Arandac, José Ángel Maldonado-Sanzd, Ignacio de Granda-Orivee, Antonio Aguilar-Rosf. Estudio de compuestos orgánicos volátiles en aire exhalado en una población clínicamente sana: efecto del tabaquismo. Arch Bronconeumol. 2013;49:457-61. – Vol. 49 Núm.11
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