Los expertos en nutrición del todo el mundo abogan por una alimentación equilibrada y variada como la opción más adecuada para vivir más tiempo; un último estudio desafía este argumento y concluye que la dieta vegetariana es la mejor para conseguir este objetivo.
La investigación, publicada esta semana en el Journal of the American Medical Association (JAMA) y elaborada por expertos de la Universidad de Loma Linda (California), evaluó a más de 70.000 sujetos de la Iglesia Adventista de Séptimo Día durante seis años. Esta fe es conocida por promover una dieta basada en verduras y frutas, aunque no todos sus miembros siguen esta doctrina. Los investigadores estudiaron cuántos miembros seguían este tipo de alimentación y cuántos de los participantes murieron en este lapso de tiempo y por qué.
«La evidencia sugiere que los patrones dietéticos vegetarianos pueden estar asociados con una menor mortalidad, pero la relación no está bien establecida», señala el estudio. «Los resultados muestran una asociación global de los patrones de este tipo de alimentación con una menor mortalidad en comparación con el patrón de dieta no vegetariana», explican los autores.
Las conclusiones muestran que los vegetarianos registraron un 12% menos de muertes que los consumidores de carne durante el periodo de estudio y que estas personas tienen un 19% menos de posibilidades de morir. Según la investigación, este tipo de dieta protegió a los participantes de sufrir infarto de miocardio, padecer diabetes o fallo renal. La ventaja fue más evidente en los hombres que en las mujeres, mientras que esta dieta no mejoró la probabilidad de padecer de cáncer. “Y parece que el aporte de calorías no tiene nada ver”, señalaron los autores en un comunicado.
Los investigadores analizaron los datos mediante un cuestionario que clasificaba a los participantes en cinco categorías: no vegetariana, semivegetariana, pesco-vegetarianos (incluye mariscos), lacto-ovo-vegetariana (incluye productos lácteos y huevos) y vegana (excluye todos los productos animales). En los seis años de estudio, unas 2.570 personas murieron de los 73.3008 participantes. La incidencia de fallecimientos fue de 6 personas por cada 1.000 anualmente.
Los participantes que seguían la dieta vegetariana, según el estudio, eran personas con más edad, con más estudios, casados, que bebían menos alcohol, fumaban menos, hacían más ejercicio y tenían un estado físico más saludable y más delgados. Desde hace años en el país de las hamburguesas, un creciente número de ciudadanos ha optado por reducir su consumo cárnico por razones del cuidado de la salud.
En EE UU, el 35% de las mujeres y hombres padecen obesidad y entre los menores de 12 años el dato es alarmante: un 17% de los niños padece esta enfermedad. Además, el sobrepeso y la falta de actividad física causan unas 300.000 muertes prematuras en el país, según el Departamento de Salud. Ante la gravedad de estas cifras, son muchos los que confían en la dieta vegetariana para erradicar el problema.
Sean cuales sean las razones de fondo, lo que parece claro es que esta dieta gana adeptos cada día en EE UU, incluso en su versión más estricta -los veganos que no comen ningún producto de origen animal-. Según un estudio elaborado por el Grupo de Investigación Vegetariano, el número de veganos en el país se ha duplicado desde 2009, hasta representar el 2,5% de la población. Es decir, que 7,5 millones de estadounidenses seguirían en la actualidad este tipo de dieta según sus estimaciones. Este informe también concluyó que un 5% de la población estadounidense (unos 15 millones de personas) es vegetariana, y un 33% consume con frecuencia estos productos.
Fuente: www.diariosalud.net
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