Pasar el día activo favorece el envejecimiento saludable

Llevar una vida activa, aun sin hacer ejercicio de manera regular, estuvo asociado con una mejor salud cardíaca y longevidad en un estudio sobre un grupo de adultos mayores de Suecia.

Un estudio con 3.900 hombres y mujeres de más de 60 años de Estocolmo, los resultados se suman a la evidencia de que el sedentarismo sería muy dañino. «Sabemos desde hace 60 años que la actividad física es importante para el corazón», dijo la autora principal, Elin Ekblom-Bak, del Laboratorio de Fisiología del Trabajo Åstrand de la Escuela Sueca de Deportes y Ciencia de la Salud, Estocolmo. Pero señaló que, hasta hace poco, los científicos «se habían olvidado» de la actividad general diaria. Hacer ejercicio intenso o no sólo demanda una fracción de tiempo en el día. Eso deja el resto del día para quedarse sentados o hacer actividades, como hacer trabajos en el hogar, cortar el césped, arreglar el jardín, reparar el automóvil o pescar. En los adultos mayores, dedicarle más tiempo a esas actividades de baja intensidad reduciría el sedentarismo, según el equipo de Ekblom-Bak en British Journal of Sports Medicine.

En el período 1997-1999, más de 5.000 adultos de 60 años participaron del estudio, que incluyó un cuestionario inicial sobre la salud, el estilo de vida y las actividades diarias, seguido de evaluaciones clínicas. Al inicio del estudio, los participantes más activos, independientemente del nivel de ejercicio, tendían a tener la cintura más pequeña y niveles de colesterol más saludables. El equipo los siguió durante 12,5 años, en los que casi 500 participantes sufrieron un primer infarto o accidente cerebrovascular (ACV) y casi 400 murieron por cualquier causa.

Los que hacían muchas actividades diarias eran menos propensos a tener un trastorno cardíaco y lo eran aún menos a morir que los más sedentarios. Por cada 100 sedentarios que tuvieron un infarto o un ACV, 73 personas muy activas sufrieron las mismas complicaciones. Por cada 100 sedentarias que murieron, fallecieron 70 personas muy activas. «Son resultados fascinantes», dijo David Dunstan, del Instituto del Corazón y la Diabetes Baker IDI, Melbourne, Australia.

«Pero no sorprenden porque otros estudios similares, pero con una mirada distinta, están demostrando lo mismo, pero inversamente, porque existe una gran correlación entre el tiempo que una persona pasa sentada y la actividad física general», agregó. Mientras se está sentado, los músculos no se contraen y el flujo sanguíneo disminuye. Esto reduce la eficiencia de muchos procesos sanguíneos, como la absorción de la glucosa en sangre, según indico Dunstan. Dijo que la actividad contrarresta ese efecto. «Además de hacer ejercicio con regularidad para mejorar la salud, hay que alentar a la gente a pensar qué está haciendo durante el resto del día, cuando no están ejercitando», señaló por correo electrónico.

«Hacer ejercicio regular sigue siendo importante. Vimos que los que ejercitaban regularmente y hacían actividades el resto del día tenían el perfil de riesgo más bajo», sostuvo Ekblom-Bak. Dunstan comentó que el ejercicio moderado a intenso fortalece el músculo cardíaco y otros músculos, y hasta regularía la presión sanguínea más que la actividad física en general. Pero consideró importante que los médicos, y la sociedad en general, promuevan las actividades diarias y no sólo el ejercicio.

FUENTE: Reuters Health